Yoani Sánchez – 14ymedio
Hace tres décadas, cuando se movía el dial de cualquier aparato de radio en Cuba, resultaba poco probable no tropezarse, en varias emisoras, con la cálida voz de Pablo Milanés. Era el momento en que el fenómeno de la Nueva Trova estaba en su apogeo en la isla, y el cantautor protagonizaba conciertos, entrevistas, programas televisivos y hasta temas musicales de apoyo a un proceso político al que entregó no solo sus mejores acordes sino también su prestigio artístico.
Poco después, algo se rompió para siempre en aquella relación y este 22 de noviembre, cuando el artista murió a los 79 años de edad en Madrid, hacía mucho que se había convertido en un crítico abierto del régimen de La Habana.
El fallecimiento de Milanés cierra una etapa cultural, aunque todavía sigan en activo trovadores de su generación, al estilo de Silvio Rodríguez. Pone el punto final a una época. A diferencia de este último, el autor de himnos como “Yolanda”o “Yo no te pido” no solo había cautivado musicalmente a su público sino que también había logrado hacerse un hueco en el corazón de la audiencia.
Su fama de hombre bueno, sin odios y solidario con los jóvenes talentos le ganó mucho aprecio dentro y fuera de Cuba. A eso se sumaba su honestidad, una cualidad personal que lo hizo reconocer públicamente su distanciamiento del modelo ideológico que una vez había ayudado a ensalzar con sus canciones.
En julio de 2021, cuando miles de cubanos se lanzaron a las calles pidiendo un cambio de sistema y una apertura democrática, Milanés fue tajante en su apoyo a los ciudadanos y en su repudio al oficialismo.
«Es irresponsable y absurdo culpar y reprimir a un pueblo que se ha sacrificado y lo ha dado todo durante décadas para sostener un régimen que al final lo que hace es encarcelarlo», se lamentó en su cuenta de Facebook.
El artista aprovechó para recordar que llevaba un buen tiempo denunciando «las injusticias y errores en la política y gobierno de Cuba». Aquellas palabras han sido repetidas y recordadas en las últimas horas, al conocerse su muerte, como un digno epitafio al compositor de “El breve espacio en que no estás”.
El oficialismo cubano ha sido cauto hasta ahora en sus condolencias. Unos breves mensajes de despedida han salido de las cuentas de instituciones culturales y de algunos líderes partidistas, pero se nota el tono escueto y distante de estos obituarios. Milanés no es un muerto cómodo para un régimen acostumbrado a ensalzar solo a aquellos que lo aplauden con entusiasmo.
El trovador se les había convertido en un ser difícil, algo que quedó claro durante su último concierto en La Habana en junio de este año. En aquella ocasión, las autoridades quisieron recluir al artista en una pequeña sala que iban a llenar de acólitos de la Plaza de la Revolución, pero la indignación de sus seguidores obligó a cambiar el guion y trasladar la presentación para la más amplia Ciudad Deportiva. Eso sí, el lugar estaba repleto de policías políticos para evitar que el público coreara «¡libertad!» y otras consignas contestatarias.
Durante aquel espectáculo, muchos sintieron que, probablemente, estaban asistiendo a la última vez que Milanés cantaba en su país. Con la grandeza que lo caracterizaba, él no quiso ponerse sentimental o hacer hincapié en una posible despedida, pero su edad y su frágil salud levitaban sobre los miles de asistentes.
Las redes sociales se han llenado de mensajes de respeto y cariño por todo lo que entregó durante toda una vida a la gente. Junto a un legado musical impresionante, su principal testamento se resume en haber sido consecuente, una coherencia que espanta a la propaganda oficial pero que su público reconoce. Gracias por las canciones y por la sinceridad, querido Pablo.
Una larga y terrible enfermedad, una vida de esperanza
14ymedio
El cantautor cubano Pablo Milanés falleció el martes a los 79 años de edad en Madrid, donde se encontraba hospitalizado desde hace varias semanas. El músico tenía una inflamación en la vesícula biliar y una infección en el riñón.
La capilla ardiente del artista será instalada en el salón Cervantes de la Casa de América, en la plaza de Cibeles de la capital de España, este miércoles, entre las 10:30 y 15:30, «para todos aquellos que le quieran rendir homenaje», informa la página oficial del músico.
En La Habana, un grupo de admiradores difundieron en redes sociales que se reunirán en el parque de H y 21, en El Vedado, para honrar la memoria del artista cantando sus canciones. El lugar se encuentra custodiado desde muy temprano por piquete de policías.
Milanés sufría un tipo de cáncer –síndrome mielodisplásico– que disminuía su respuesta inmunológica y para cuyo tratamiento se trasladó hace cinco años a España.
En La Habana, un grupo de admiradores difundieron en redes sociales que se reunirán este mismo martes a las 3:00 pm en el parque de H y 21, en El Vedado, para honrar la memoria del artista cantando sus canciones
Al trascender su fallecimiento, las redes sociales se inundaron de mensajes de condolencias de músicos, personajes artísticos e incluso de políticos. «Te conocí rasgando el pecho de la muerte un día. Tú no sabías nada y era tú quien la llevaba de la mano», reza la primera estrofa de una canción que publicó Silvio Rodríguez en homenaje a Milanés, con quien trabajó en varias interpretaciones.
«Soy lo que soy gracias a su música. Su poesía imprescindible. La belleza de sus canciones nos hizo sentir menos solos», escribió el cantautor español Ismael Serrano.
«Gracias por tu música», agregó Alejandro Sanz. También el músico Raphael y la cantante española Rozalén recordaron el legado del mítico artista cubano.
De igual manera, el actor mexicano Diego Luna y el director Sergio Peris-Mencheta se sumaron a la ola de condolencias. Peris-Mencheta adjuntó en su publicación un vídeo con la interpretación de “Yo pisaré las calles”, una canción que describió como «de las letras más bellas que escuché».
Pablo Milanés nació en Bayamo, en la antigua provincia de Oriente, el 24 de febrero de 1943. Se inició tempranamente en el mundo musical como cantante en la radio local, a los seis años.
Su familia se instaló en La Habana poco tiempo después, lo cual permitió que el joven se relacionara con el ambiente sonoro de la capital, en pleno apogeo del filin y la música tradicional, aunque también fue influenciado por ritmos estadounidenses y brasileños y por los compositores clásicos.
En 1956 participó en el programa de televisión Estrellas nacientes, que lo dio a conocer a un público mayor. Y, en la década siguiente –marcada por el triunfo de la Revolución, en 1959– trabajó en grupos vocales como Los Armónicos y el conjunto Sensación, y frecuentó clubes nocturnos como El Gato Tuerto y el Saint John.
“Tú, mi desengaño”, compuesta en 1963, fue su primera canción, seguida de “Mis veintidós años” (1965), donde ya se reconocen los rasgos más característicos de su obra y el vínculo de sus melodías con el lenguaje poético de las letras.
Esa década también se encuentra marcada por su compromiso político con Castro, que no obstó para que fuera enviado –junto a otros artistas, intelectuales, religiosos y homosexuales considerados como «indeseables»– a una Unidad Militar de Apoyo a la Producción (Umap).
A partir de 1969 colabora con el Grupo de Experimentación Sonora del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, cuyo trabajo –bajo la dirección de Leo Brouwer– define la banda musical del cine de la época y, en cierto modo, de la propia revolución de Castro.
Milanés labora en el Grupo junto a los músicos y críticos más relevantes de la época, como Noel Nicola, Sergio Vitier, Eduardo Ramos, Leonardo Acosta, y también Silvio Rodríguez, Sara González y Amaury Pérez, protagonistas también del movimiento de la Nueva Trova.
Es la época en que nace “Yolanda”, uno de sus temas más emblemáticos, y otras canciones como “Quien me tienda la mano al pasar”, “Los caminos” y el disco Versos sencillos (1975), una musicalización de los poemas de José Martí. Para ese momento ya se ha disuelto el Grupo de Experimentación y sus integrantes comienzan sus carreras en solitario.
Se presenta en Europa y en países del bloque soviético, así como en España, México y otras naciones latinoamericanas y lanza Querido Pablo (1985), un álbum en el que colaboran cantautores como Mercedes Sosa y Chico Buarque.
En una década de tensión política y a punto de caer la Unión Soviética, estrena el programa de televisión Proposiciones (1987) y organiza la célebre gira Amo esta Isla, cuyo último concierto anticipa el Período Especial. En los años siguientes publica los discos Identidad, Canto de abuela, Orígenes y Despertar.
Milanés era considerado uno de los artistas latinoamericanos más importantes y llevó a cabo numerosos proyectos dentro y fuera de Cuba. Su muerte ocurrió después de varios promocionales de su disco Días de luz.
Pablo Milanés se pronunció con indignación contra la represión a las manifestaciones del 11 de julio de 2021. «Creo en los jóvenes, que con la ayuda de todos los cubanos, deben ser y serán el motor del cambio», dijo entonces. Además, calificó de «irresponsable y absurdo» el uso de la represión por parte el gobierno cubano contra el pueblo, «que se ha sacrificado y lo ha dado todo durante décadas para sostener un régimen que al final lo que hace es encarcelarlo».
Milanés también fue uno de los artistas que respaldó a la Marcha Cívica por el Cambio del 15 de noviembre de 2021. «Es hermoso que coincidamos en mostrar nuestro reclamo de libertades absolutas a través de las flores», escribió en un mensaje de apoyo a las protestas.
Su último concierto en La Habana, en junio de 2022, se realizó bajo un fuerte operativo policial y su presentación estuvo marcada por la emoción de un público que no escuchaba en vivo desde hacía varios años al autor de temas como “Años”, “El pecado original”, “La soledad”, “Nostalgias” y “Días de gloria”.