Por Cambio16
25/06/2018
https://youtu.be/D05PHd2A80Y
Hace 14 años el líder indiscutible del PP, José María Aznar, dejo atado y bien atado al partido; nombrando a Mariano Rajoy como su sucesor. Esta vez Rajoy, derrotado por una moción de censura, ha preferido retirarse. Por consiguiente, da vía libre para que la militancia y sus compromisarios elijan libremente quien va hacerse con las riendas del partido. Esta circunstancia, jamás conocida en el partido conservador, ha abierto las puertas al desconcierto y a unas expectativas cuyos resultados quedan en el aire. De los siete candidatos que se presentan a las primeras “primarias” del PP; solo Soraya Sáenz de Santamaría, María Dolores de Cospedal y el joven Pablo Casado, salen como claros favoritos para acceder a la ronda definitiva.
Soraya, como todos la conocen, aporta como bagaje principal su capacidad de gestión como vicepresidente del gobierno con Mariano Rajoy. Mientras que Dolores de Cospedal es la mujer del partido. La que ha controlado el aparato y ha mantenido el timón en la zozobra que ha atravesado el PP con todos sus escándalos y la corrupción como factor principal. Ambas están abiertamente enfrentadas y no disimulan ni en publico sus desavenencias. La batalla entre las dos lideresas no provocara que la sangre llegue al rio. Pero si que puede dejar cicatrices que difícilmente sanaran.
El tapado, el que puede provocar la sorpresa en estas primarias y salir beneficiado de la pugna Soraya-Cospedal, es Pablo Casado que pretende encarnar el futuro y a las nuevas generaciones del partido. Joven, impetuoso y sin complejo Casado dice que quiere regenerar al PP.
Pero el principal problema del Partido Popular no es solamente elegir a su nuevo dirigente. El partido, que ha encontrado un revulsivo con su debate interno, tiene que buscar un espacio central. Un espacio que le homologue definitivamente con los partidos de centro derecha en Europa. Tiene que salir del lodazal de la corrupción y escenificar su ruptura con el pasado. Y tiene como adversario directo a Ciudadanos. Por ello, debe transmitir, además de modernidad, una cara mas amable, mas social y mas compasiva, si quiere recuperar el terreno perdido.