Google está pasando factura a los gobiernos de Europa que le aplican una tasa impositiva. El gigante de la tecnología ha incrementado las tarifas de sus servicios en el Reino Unido, Italia y Austria, dependiendo de las características del mercado. Son sus clientes y usuarios los que al final pagan esas alzas.
Una vez que entró en vigor la tasa Google, la subsidiaria de Alphabet Inc, procedió a aumentar sus precios. A esta decisión se unen Apple y Amazon, pero el ajuste varía según cada país y cada compañía. En el Reino Unido, la subida es del 2%, proporcional a la tasa aplicada. Del 3% en países como Italia o del 5% en países como Austria o Turquía.
La tasa Google es el impuesto a los gigantes de la economía digital que acumulan decenas de millones de clientes y cantidades considerables de dinero. Y la multinacional está procediendo a contrarrestar el egreso de la nueva carga impositiva.
En el caso de Google en el Reino Unido, se reportan ingresos de unos 1.600 millones de libras. Pero únicamente se pagan 44 millones en impuestos al declarar bajos beneficios. Según algunas compañías de analistas como eMarketer, Google estaría ingresando hasta 3 veces más.
Sin embargo, Google anunció que sus tarifas aumentarán 2% para los anunciantes del Reino Unido a partir de noviembre. Esto supone unos 120 millones de libras (135 millones de euros) adicionales.
Amazon se anticipó y desde el 1 de septiembre incrementó en 2% las tarifas de almacenamiento de logística y las de logística multicanal. De igual manera, Apple seguirá este camino aumentando los precios de las aplicaciones y de las compras dentro de las aplicaciones.
Google ajusta tarifas
En el caso de España, la tasa Google quedó pospuesta hasta finales de año. En el ínterin, el Gobierno deberá tomar una decisión al respecto, en vista de la presión de Estados Unidos. Donald Trump ha amenazado con un aumento de los aranceles si el tributo se aprueba. Mientras tanto, el Gobierno reitera que no dará marcha atrás.
Francia, que retrocedió en su aprobación a la tasa, espera que toda la Unión Europea la aplique.
Cuando el Ejecutivo español aprobó el impuesto, informó que pretendía gravar a las compañías que tuviesen ingresos anuales (a escala mundial), que pasaran los 750 millones de euros. Y cuyos ingresos en nuestro país superen los 3 millones. En total, el Gobierno confía en recaudar unos 800 millones de euros si, finalmente, la tasa ve la luz verde.
De acuerdo con un estudio de PWC, esta tasa tendrá un impacto de entre 515 y 665 millones de euros en el bolsillo de los españoles, debido al aumento de los precios que las grandes tecnológicas podrían aplicar sobre sus servicios.
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