Por Jaume Esteve
16/12/2017
El western nunca pasa de moda y, si no, que le pregunten a HBO cuyo Westworld, pese a ser un western del Oeste atípico donde los haya, se ha convertido en una de las revelaciones de los últimos meses.
Netflix no quiere ser menos y quiere dar el salto al género con una propuesta más convencional pero, no por ello, sin un punto diferenciador que le haga ganarse la curiosidad del espectador. Godless, que se estrenó el 22 de noviembre, es un trabajo producido por Steven Soderbergh que supone el regreso de Jeff Daniels a la pequeña pantalla después de The Newsroom en un papel diametralmente opuesto al de aquel quijotesco Will McAvoy.
Soderbergh ha preferido adoptar un rol de productor ejecutivo mientras que el peso de la dirección ha caído sobre el guionista de Logan, Scott Frank, que dirige los siete capítulos de los que está formada esta miniserie y que nos llevará a un pueblo perdido en Nuevo Mexico donde el hundimiento de una mina ha matado a todos los hombres del lugar.
Gobernados con mujeres
El resultado es una sociedad gobernada por mujeres entre las que se esconde alguna forajida, como no podía ser de otra manera en el Oeste. La tranquilidad del pueblo se verá alterada por la llegada de un grupo de bandidos. El primero de ellos, Roy Goode (interpretado por Jack O’Connell), ha traicionado a su banda y busca refugio en la localidad mientras sus compañeros de pillerías, liderados por Frank Griffin, rol que ha adoptado Jeff Daniels, llegan a la población con sed de venganza.
Netflix ha jugado la baza femenina incluso en la promoción de Godless con un cartel que subraya el habitual “tierra de nadie” en el que se dirimen los conflictos del Oeste pero que en su acepción en inglés, no man’s land, lleva a un curioso juego de palabras.
Colaboración
Y no es causalidad que Steven Soderbergh esté detrás de un proyecto de este calado si tenemos en cuenta que el realizador también está trabajando en Ocean’s Eight, un spin-off de la popular franquicia que está protagonizado por mujeres.
Pero volviendo al Oeste de Godless, lo que nos espera en este nuevo trabajo es una colaboración entre las mentes pensantes que en su día dieron pie a Un Romance Muy Peligroso. Mientras que Frank apenas ha dirigido nada y se ha labrado una carrera como guionista, donde también se cuenta Minority Report, Soderbergh ha tenido una carrera más errática en los últimos años. Amenazó con retirarse a mediados de esta década aunque no ha abandonado la dirección y ha preferido centrarse en proyectos televisivos, ya sea The Knick, Godless o la futura Mosaic.
Guerra de la producción propia
Pero si algo demuestra el estreno de Godless es que no hay género que se escape a las grandes productoras en esta extraña era de la ficción televisiva en la que Amazon, Hulu, HBO y Netflix parecen abocadas a una lucha sin cuartel por enterrar al espectador con tanta producción propia. Puede que se esconda mucha morralla entre tanta oferta desmesurada, pero nombres como The Deuce, Handmaid’s Tale o Narcos son pruebas irrefutables de que la que estrategia, a largo plazo, está dejando grandes joyas para el espectador.
La mejor noticia para es que en esa búsqueda de la novedad y del producto diferente se están resucitando géneros minoritarios, tanto en el cine como en la televisión. Volver a disfrutar de un buen western siempre es una buena noticia. Desde que Deadwood abandonó la parrilla, y con la extraña excepción de Westworld, la televisión no ha contado con una ficción que vuelva a las raíces del género más clásico entre los clásicos.