El Gobierno libanés dimitió en pleno este lunes para dar paso a una reestructuración política que aún dista de la reconstrucción que requiere Beirut. El gobernador de la ciudad informó que el número de muertos por la explosión de la semana pasada aumentó a 220, mientras que 110 personas siguen desaparecidas.
“Todo el gobierno libanés dimitió”, informo a la prensa el ministro de Salud, Hamad Hassan, tras concluir una reunión del gabinete. El primer ministro, Hassan Diab, quien también renunció, envió un mensaje al país por televisión.
«Las explosiones de Beirut son el resultado de la corrupción endémica. El sistema de corrupción es más grande que el propio Estado», dijo en su mensaje.
Los ministros de Información, Manal Abdel Samad; y Medio Ambiente, Damianos Kattar, fueron los primeros en presentar su renuncia, este domingo; mientras que la ministra de Justicia, Marie-Claude Najm; y el titular de Finanzas, Ghazi Wazni, lo hicieron este lunes en medio de la crisis política que se ha generado por la explosión del pasado martes.
El primer ministro ya había anunciado el sábado que pediría el adelanto de las elecciones parlamentarias. El gabinete estuvo en funciones desde enero, cuando se conformó con el respaldo del Movimiento Patriótico Libre (FPM) del presidente Michel Aoun y sus aliados de Amal y del grupo proiraní Hizbulá.
El Gobierno libanés dimitió luego de las protestas registradas en los últimos días que lo señalan de ser responsable de la explosión, por “negligente y corrupto”. La versión oficial indicó que el suceso ocurrió a consecuencia de la explosión de 2.750 toneladas de nitrato de amonio. También reconoció que la sustancia permaneció almacenada durante seis años en el puerto de Beirut sin las debidas medidas de seguridad.
Ejército suspendió rescates
Además de los muertos y desparecidos, las dos explosiones causaron heridas a unas 6.000 personas y otras 300.000 quedaron sin hogar. Las estimaciones indican que los daños superarían los 3.000 millones de dólares. Sin embargo, las pérdidas económicas colectivas del Líbano podrían alcanzar $15.000 millones.
El gobernador de Beirut, Marwan Abboud, informó que el número de muertos por la explosión se elevó a 220, mientras que otras 110 personas siguen desaparecidas. Sin embargo, el Ejército suspendió las labores de rescate debido a que no se habían encontrado sobrevivientes.
Entre las víctimas hay muchos trabajadores extranjeros, lo que ha dificultado su identificación, dijo el gobernador al canal de televisión Al Jadeed.
Una portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja, citado por el servicio de noticias de la BBC, dijo que las necesidades de las personas que perdieron sus hogares son «enormes». «Necesitan refugio, comida… También necesitan detergentes de limpieza y ayuda para recoger lo que queda de sus casas».
Cientos de miles de personas están viviendo en casas gravemente dañadas, muchas de ellas sin ventanas ni puertas, reportó la BBC. Muchas ni siquiera están recibiendo agua ni electricidad porque dos estaciones principales de estos servicios resultaron “gravemente dañadas por la explosión».
Una hermana de un convento que está hospedando a personas que quedaron sin hogar comentó a la BBC que la realidad “está más allá de lo que se ve en las fotos, es mucho más grande».
La solidaridad internacional
En respuesta a la tragedia, este domingo se realizó, virtualmente, la Conferencia internacional de apoyo a Beirut y al pueblo libanés, por invitación del presidente de Francia y el secretario general de las Naciones Unidas.
Los donantes internacionales prometieron recursos por el orden de 297 millones de dólares en ayuda para el pueblo libanés. Según la evaluación preliminar hecha por Naciones Unidas, las áreas principales que requieren asistencia son las de medicina y salud, educación, el sector alimentario y la rehabilitación urbana, que serán las prioritarios.
Los participantes convinieron en que esta asistencia sea “entregada directamente a la población libanesa, con la máxima eficiencia y transparencia”, bajo la coordinación de las Naciones Unidas.
También pusieron a disposición del Líbano toda la asistencia necesaria para que se realice “una investigación imparcial, creíble e independiente” sobre la explosión.
“Además de la asistencia de emergencia, los asociados están dispuestos a apoyar la recuperación económica y financiera del Líbano”. Esto requiere “una estrategia de estabilización”, y que el Gobierno libanés “se comprometa plenamente a adoptar las medidas y reformas oportunas que espera el pueblo libanés”.