El gobierno, a través del Ministerio de Transición Ecológico, desechó el proyecto de construcción del Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares en la localidad de Villar de Cañas, en Cuenca. El despacho consideró «inviable» esta opción, tras no haber logrado «el necesario grado de consenso social, político e institucional» para la construcción de una instalación de esta naturaleza.
Y, por tanto, se inclinó por la segunda de las opciones que contemplaba el borrador inicial del 7º Plan General de Residuos Radiactivos (PGRR). Es decir, la puesta en marcha de siete almacenes temporales descentralizados (ATD) en los emplazamientos de las centrales existentes.
Este proyecto de construir el ATC en Villar de Cañas data de 2011, durante el gobierno de Mariano Rajoy. Entonces gobernaba Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal también del PP. Y, en el inicio de su tramitación, surgieron dudas sobre la idoneidad de los terrenos. Luego, con la vuelta del PSOE en esa región, el proyecto fue cuestionado.
Ahora, el presidente de Castilla-La Mancha, el socialista, Emiliano García-Page, se mostró satisfecho por la decisión. “Hemos conseguido desterrar el cementerio nuclear de Villar de Cañas (Cuenca)”.
Enfatizó que el gobierno ha dado la batalla del agua y que, si no hubiera sido así, no se hubiera conseguido dar la vuelta a la explotación del trasvase Tajo-Segura. Y “hoy estamos dándole tajos al trasvase”.
Asimismo, dijo que “esa misma batalla se torna en una paradoja curiosa y es que en esta región, hace unos años, algunos de los de aquí, querían que viniera la basura nuclear y nuestra agua se fuera a otro sitio”.
El agua empieza a “quedarse aquí” y “se ha conseguido dejar a un lado el almacén temporal de residuos. Aunque con amenazas de futuro”, confió.
No va el almacén de residuos nucleares en Cuenca
La decisión del ministerio de Transición Ecológica de descartar el proyecto de construcción del Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares en la localidad de Villar de Cañas, en Cuenca, se recoge en la versión revisada del 7º PGRR. Aunque ya en 2018 el Gobierno había paralizado el permiso de construcción del ATC.
En el proyecto del citado Plan enviado al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y a las comunidades, el Gobierno contempla que cada central guarde sus propios residuos radiactivos.
En este documento se establece la política sobre gestión de residuos radiactivos y el desmantelamiento de las instalaciones nucleares. Y debe obtener el visto bueno del CSN antes de ser aprobado formalmente.
El texto prevé el cese de la operación de las centrales nucleares entre 2027 y 2035. Así como el inicio del desmantelamiento de las centrales nucleares a los tres años de su cese de operación definitivo. Excepto la de Vandellós I, cuya última fase se ejecutará a partir de 2030, señalan las publicaciones.
Igualmente se establece la continuidad de las actuaciones para ampliar la capacidad de los almacenes temporales individualizados. Para el combustible gastado en las centrales nucleares que permitan su explotación y su desmantelamiento. Así como dar continuidad a la operación del centro de almacenamiento de El Cabril, en Córdoba. Para residuos de muy baja, baja y media actividad, hasta completar el desmantelamiento de las centrales.
Surgía la pregunta de qué hacer con los residuos nucleares una vez finalizada su vida útil. El proyecto del almacén de residuos nucleares desde 2011 ha sorteado una serie de obstáculos y cuestionamientos.
La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, también se había mostrado desfavorable y decidió paralizar el proceso de construcción a la espera de diversos informes.
Siete Almacenes Temporales Descentralizados
Se espera que el Gobierno apruebe la puesta en marcha de siete Almacenes Temporales Descentralizados en los emplazamientos de las centrales para el combustible gastado y los residuos de alta actividad. Hasta su traslado al almacenamiento definitivo que será geológico profundo. Es decir, se descarta ya la opción del ATC.
Una vez recibidos los informes del CSN y de las autonomías, el Ministerio elaborará un informe final y lo remitirá al órgano ambiental para que formule la Declaración Ambiental Estratégica. Después, se considerará y aprobará en el Consejo de Ministros y se dará cuenta a las Cortes Generales y a la Comisión Europea. En cumplimiento de la Directiva de gestión de residuos radiactivos.
Hace trece años, el municipio de Villar de Cañas, en Cuenca, aceptó la instalación del almacén de residuos nucleares. La localidad se presentó voluntariamente para albergar las instalaciones del ATC. Por ello, recibirían una inversión de mil millones de euros, para la construcción de un vivero de empresas. Y a un centro tecnológico para dinamizar la economía local.
Además, se estimaba desarrollar un programa de investigación básica sobre combustible irradiado, prototipos industriales, robótica y restauración ambiental. Una inversión que podría seguir funcionando tras la desmantelación del ATC, al cabo de 60 años.