Desde octubre, una comisión parlamentaria investiga sobre el contenido de los libros usados en las escuelas del estado de Texas «para lidiar con el racismo o el sexismo institucional». Detrás está la decisión del gobernador y, en total, 850 obras están siendo examinadas porque autoridades y padres consideran que despiertan sentimientos de culpa en los niños blancos o les causan pesadillas. Es probable que en el futuro, los debates e investigaciones sobre estos libros surjan en otras escuelas del país. Especialmente en áreas urbanas con más influencia conservadora.
La llamada «cacería de brujas» por algunos maestros locales comenzó cuando el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, pidió a las juntas escolares que eliminen los libros «pornográficos». A pesar de que en la carta que envió Abbott a la Asociación de Juntas Escolares de Texas no especifica a qué libros se refiere, se constató más adelante que se trata de libros con contenido LGBTQ+ que contienen «imágenes inapropiadas».
En paralelo, al menos dos legisladores estatales pidieran a los funcionarios que investiguen qué libros hay en las escuelas. Entre las obras examinadas, destaca la novela gráfica «Gender Queer» (Género Queer) de Maia Kobabe que trata sobre el género y la sexualidad. Así como «New Kid«, de Jerry Craft, un cómic que relata las microagresiones no intencionales que sufre un niño afroestadounidense por el color de su piel.
Prohíben la lectura de 11 libros en escuelas de Texas
El 1 de septiembre, una nueva ley entró en vigor en el estado de Texas. Mejor conocido como el proyecto de «teoría crítica racial», restringe cómo los maestros pueden hablar sobre racismo y temas controvertidos en el salón de clases. Desde ese momento, padres de familia de todo el estado han llevado una exitosa campaña contra varios libros. Además de haber cuestionado un plan de estudios que aborda temas controvertidos como la justicia social y la comunidad LGBTQ +.
El proyecto de ley está hecho para impedir a las escuelas obligar a los profesores de estudios sociales a discutir ciertos acontecimientos de actualidad o asuntos de política pública. De considerar abordar estos temas, los maestros deberán «explorarlos desde perspectivas diversas y contrastantes sin dar deferencia a ninguna en particular”.
Algunos fragmentos de la orden ejecutiva del expresidente Donald Trump, emitida en septiembre de 2020, que hacen referencia indirecta a la teoría crítica de la raza son reproducidos textualmente en esa ley. Posteriormente, los legisladores ampliaron las cláusulas de la ley para incluir a los maestros de todas las materias y ordenar a los docentes que discutan asuntos de política pública controvertidos “exploren ese tema objetivamente y de una manera libre de prejuicios políticos”. Esta última entró en vigor el 2 de diciembre.
Otros estados investigan libros con contenido LGBTQ+ en escuelas
Pero esta no es la primera vez que los libros con este tipo de contenido son el objetivo de políticos y miembros de la comunidad. En un distrito en Keller, una ciudad en el área metropolitana de Dallas-Fort Worth, retiraron el libro «Gender Queer» de Kobabe tras recibir una serie de quejas de padres y autoridades que aseguraban que contenía «imágenes inapropiadas».
“Las ilustraciones de este tipo nunca deben estar disponibles en el entorno escolar. Asegurar que nuestros materiales curriculares sean apropiados para los estudiantes es una prioridad”, dijeron. Además de agregar que están «cambiando el proceso que usamos para revisar y aprobar libros y materiales relacionados para prevenir incidentes futuros».
En Iowa pasó algo similar. El Distrito Escolar de la Comunidad de Waukee eliminó la misma novela gráfica de Kobabe. Además de otros dos libros con contenido LGBTQ+ de la biblioteca de la Northwest High School. ¿La razón? un miembro de la comunidad leyó «extractos sexuales» de estos libros durante una reunión de la junta.
La autora Maia Kobabe, al enterarse de que su obra estaba dando de qué hablar (de forma negativa) en varias escuelas del país, sugirió a las personas que llaman «pornografía» a su libro Género Gueer deben primero leerlo completo. «Lean todo el asunto y juzguen ustedes mismos. No se basen solo en uno o dos pequeños clips que han visto en las redes sociales», señaló Kobabe. También dijo que las bibliotecas deben ofrecer un espacio seguro para alguien que intenta averiguar sobre sí mismo. Especialmente si es un tema con el que no se siente cómodo.
También examinan libros que hablan sobre temas raciales
Al otro lado del país, el gobernador republicano de Virginia prometió que, en lo que respecta a los libros escogidos por las escuelas públicas, «las opiniones de todos los padres serán escuchadas». Se refiere al testimonio de una madre que se mostró preocupada por las pesadillas que tuvo su hijo liceal tras haber leído «Beloved«. Un clásico de Toni Morrison, la primera afroamericana que ganó el Premio Nobel de Literatura, que cuenta la historia de una esclava que decidió matar a su hija para evitarle que sufriera las atrocidades de esa condición.
Los conservadores denuncian la enseñanza de «la teoría crítica de la raza». Una corriente que «considera el racismo como un sistema que traspasa todos los niveles de la sociedad con sus leyes y lógicas de poder, en beneficio de las personas blancas, más allá de los prejuicios individuales contra las minorías».
¿Qué dicen los defensores de la educación?
A los defensores de la educación y bibliotecarios les preocupa la decisión que ha tomado el gobernador de Texas. Así como las quejas de los padres de familia con respecto a los libros con contenido de género, sexualidad y temas raciales. Aseguran que las escuelas deben esforzarse en ofrecerle a los niños material de todo tipo, más incluyente y diverso.
Muchos docentes dicen que un plan de estudios y libros que reflejen la identidad de los estudiantes «son esenciales para que mantengan el interés en aprender». La asociación de bibliotecarios de Texas se ha referido al proyecto de ley como «la creciente censura» en el estado. Señalaron que un «padre tiene el derecho de determinar lo que es mejor para su hijo, pero no para todos los niños».
Los bibliotecarios además, quieren tener esa literatura disponible y accesible para los alumnos que quieran leerla. «La idea de que los grupos más ruidosos puedan dictar lo que hay disponible para todos es de gran preocupación”, manifestó Jonathan Friedman, director de educación y libre expresión de PEN America.