La necesidad de una agenda de conservación global ambiciosa adquirió una nueva urgencia en 2020 después de la rápida propagación de la COVID-19. Con esta premisa, un grupo internacional de investigadores evaluó la superficie terrestre que se debería preservar para proteger la biodiversidad global y mejorar la resiliencia al cambio climático. Aseguran que si no revertimos las políticas y nos empeñamos en en recuperar los ecosistemas la humanidad lo tendrá difícil para existir en el planeta Tierra.
Este primer análisis integral a escala global de áreas terrestres esenciales para la biodiversidad y la resiliencia climática se publicó en Science Advances. Destaca la importancia de proteger y restaurar el mundo natural para abordar tres crisis convergentes: el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la aparición de nuevos virus como el SARS-CoV-2.
Global Safety Net
El proyecto, denominado Global Safety Net (Red de seguridad mundial), establece que aproximadamente la mitad de la superficie terrestre de la Tierra se considera en condición natural o seminatural. Por tanto, las áreas humanizadas, moldeadas por la intensificación de la cría de animales y la extensión de las áreas de cultivo desde el siglo XIX, cubren el 55% del mundo. Además advierten que solo el 15% de estas áreas se encuentran bajo protección.
La investigación fue dirigida por la organización de investigación RESOLVE en colaboración con la Universidad de Minnesota, la Universidad Estatal de Arizona y Globaïa, con fondos proporcionados por One Earth. Los datos recopilados para Global Safety Net (GSN1) están disponibles a través de una aplicación web interactiva denominada GSNapp, que está desarrollada por One Earth en asociación con Google Earth Engine y la empresa de visualización de datos Graphicacy.
Para navegar a través de la app, los usuarios deben hacer clic en un país, estado o ecorregión y así podrán ver las configuraciones de tierras biológicamente importantes para cada región. Los desarrolladores aseguran que este es el primer mapa digital de este tipo que crea un “plan” para salvar la vida en la Tierra.
El mapa está basado en la red actual de áreas protegidas, pero se conecta con parcelas actualmente desprotegidas que conservan la riqueza biológica de la Tierra. Al conectar estas parcelas con corredores de vida silvestre, los hilos vitales crean una verdadera red de seguridad, una que puede inocularnos de una mayor pérdida de biodiversidad y futuras pandemias al conservar los hábitats donde es probable que las enfermedades zoonóticas se transmitan a las poblaciones humanas.
Un enfoque «común pero diferenciado»
El informe Global Safety Net presenta por primera vez objetivos “comúnes pero diferenciados” en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (CDB), que se llevará a cabo el próximo año en Kunming, China. También podría ayudar a orientar la mitigación terrestre en las contribuciones determinadas a nivel nacional.
Cada una de las 846 ecorregiones del mundo tiene una combinación única de capas que, cuando se combinan, abordan la protección ampliada de la biodiversidad y la estabilización del clima para el ámbito terrestre. Por tanto, cada país está en condiciones de hacer una contribución única para salvaguardar nuestra biosfera y proporcionar los servicios ecosistémicos esenciales de los que depende la humanidad para la salud y el bienestar.
Sí hay solución pero hay que actuar rápido y ser más ambiciosos
Varios estudios indican que si se superan los 1,5 ° C de temperatura media mundial, muchos ecosistemas no podrían adaptarse y, con una mayor pérdida de biodiversidad, podrían colapsar. Y si no protegemos las tierras para los servicios de los ecosistemas y el secuestro de carbono, no podremos lograr el Acuerdo Climático de París. El informe concluye que sí es posible lograr un futuro en el que las personas y la naturaleza prosperen, pero se requerirán objetivos de conservación más ambiciosos.
Es poca la cantidad de tierra natural que podría convertirse para uso humano antes de que perdamos la ventana de 1,5 ° C. Por lo tanto, debemos proteger todas las tierras naturales restantes para 2030, aproximadamente el 50% de la Tierra, para salvar la biodiversidad y estabilizar nuestro sistema climático global.
Lea también: