Por Cambio16
29/11/2017
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El polémico glifosato y la reciente extensión de su uso en Europa por otros cinco años es el pistoletazo de salida de una nueva batalla en el bloque.
En varios países de la Unión Europea han comenzado las manifestaciones callejeras en desacuerdo con el uso del herbicida.
A pesar del estancamiento en la renovación de su licencia y de la firma de 1,3 millones de europeos en contra de su renovación, 18 países -entre ellos España– le dieron el lunes el «Sí» al pesticida.
Sólo Francia, Italia, Austria y Bélgica mantuvieron posturas contra.
El Ejecutivo comunitario defendió que la renovación “garantiza la protección al medio ambiente en línea con la legislación europea”.
Asimismo, aseguraron que -en respuesta a las contra- tomarán «prontamente» medidas para su retirada progresiva.
El glifosato es el herbicida más vendido del mundo y un ingrediente activo en el herbicida Round-Up de Monsanto.
Se consideró «probable que sea carcinogénico para los humanos» por la OMS en 2015.
Y aunque la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ha dicho que es segura, la controversia no ha disminuido.
¿Glifosato para la política?
Como resultado, amen de las protestas, el conflicto vaticina escalar de las calles hasta la estructura política.
Especialmente relevante es el caso de Alemania, el país que emitió el voto decisivo.
Los socialdemócratas alemanes, totalmente en contra del uso del glifosato, estaban furiosos con los demócratas cristianos de Angela Merkel.
Este lunes, acusaron al ministro de agricultura alemán Christian Schmidt de romper un pacto acordado sobre el tema.
Esto es una mala noticia para Merkel, ya que Alemania todavía no tiene un gobierno y necesita de los socialdemócratas para volver a formar coalición.
Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, tuiteó que Francia buscará alternativas al glifosato y lo prohibirá internamente dentro de tres años como máximo.
Igual medida anunció el ministro de Agricultura de Italia, Maurizio Martina.