Solo es posible vivir apasionadamente si todo lo que hacemos tiene un propósito, un significado, que es la única manera de adelantarnos a lo que vaya suceder y estar preparados para cuando suceda. Una mente abierta y una actitud flexible son las mejores herramientas para interpretar estos tiempos difíciles que nos han tocado.
Su vida transcurre entre Madrid, Londres y Milán, donde vive su mujer, aunque él nació en la localidad siciliana de Messina, un enclave milenario encrucijada de civilizaciones y crisol de culturas. Eso se nota en su carácter abierto y amable, en su trato exquisito y en su espíritu emprendedor, inasequible al desaliento, que sorprende gratamente cuando en los consejos de administración, en los que se implica con todo su talento innovador, susurra: «Se me ocurre que…». Contribuyó a encumbrar a Mediaset como grupo de comunicación y ahora impulsa su marca personal, siempre atento a descubrir oportunidades, siempre dispuesto a promover la solidaridad y la inclusión.
MARCA PERSONAL
Giusseppe Tringali es Vice President International Advisory Board IE, President of GCC IE/EY, President of the Advisory «Top Board» en Headspring IE/FT, Patrono de la Fundación Vodafone y Senior advisor de Pedersen & Partners.
La economía se rediseña pensando en el futuro y teniendo en cuenta los nuevos desafíos tecnológicos. ¿Qué papel debería desempeñar la mujer?
Las mujeres pueden aportar mucho al desarrollo de las transformaciones tecnológicas de la sociedad. Por eso, las más jóvenes, que están en periodo de formación, tendrían que elegir las asignaturas que se cursan en el ámbito STEM. Actualmente, aunque muchas empresas tecnológicas en España están lideradas por mujeres, el número de jóvenes que eligen las asignaturas científicas son muy pocas. En España, solo un 16,3% de los adolescentes de 15 años prevé dedicarse profesionalmente al área STEM y de ese porcentaje, solo el 4,2% son alumnas. Esta tendencia, si no cambia, puede ampliar el gap entre hombres y mujeres.
La mujer evidencia empatía, habilidad de comunicación, disposición para el trabajo en equipo, cooperación, sensibilidad y capacidad para potenciar las emociones. ¿Por qué lo tiene tan difícil en el ámbito empresarial?
La dificultad de la mujer depende sobre todo de una radicada tradición cultural. La igualdad de derechos y de oportunidades en una democracia debería ser lo normal y no se tendría que reivindicar. La causa fundamental es que la cultura tradicional es todavía la masculina.
El resultado de esta cultura tradicionalmente masculina se visibiliza cuando analizamos el número de mujeres directivas, que es todavía muy bajo, y también cuando detectamos desconfianza en las mismas mujeres, que muchas veces, quizás condicionados por cierto complejo de inferioridad, no creen lo suficiente en sus capacidades y posibilidades.
Otra causa que incide considerablemente es la falta de soluciones concretas para una igualdad real de oportunidades que permita a las mujeres tener hijos y compatibilizar al mismo tiempo la función reproductora con su propia carrera profesional. En relación con las evidencias que caracterizan a las mujeres, muchos estudios han demostrado que la diversidad es una clave de la innovación y, en ese sentido, la diversidad de género es beneficiosa para el crecimiento económico.
Se lamenta de que la falta de liderazgo y de visión impide a la política encontrar soluciones compartidas. ¿Cómo poner fin a tanta mediocridad?
En este momento, se ha generalizado una falta de liderazgo político con visión de medio y largo plazo. La concentración de los políticos en el enfrentamiento continuo y en los intereses de parte no les permite pensar de manera estratégica y en el interés general. Se necesita una nueva ilusión para regenerar la política con el objetivo de que sepa interpretar las necesidades de una sociedad actualmente castigada por la crisis y la pandemia.
Precisamos una política que sepa mediar entre distintas opiniones, que sepa crear las bases de una convivencia sana y que vele por la igualdad de oportunidades y el Estado de derecho. En definitiva, una política capaz de salvaguardar la libertad y la iniciativa individual, que son los pilares de la democracia, y que regenere y mejore un modelo de capitalismo que hoy más que nunca tiene que construirse más a la medida del ser humano.
Afirma que en ningún mundo virtual podrá subsistir nunca la realidad. En el metaverso ya se ha denunciado el primer delito de violación a una mujer. ¿Qué efectos podría tener sobre la igualdad esta vida virtual?
Ya muchas personas que sufren problemas identitarios se aíslan y se enmascaran para ser lo que no son o lo que no quieren ser. Es evidente que en el Metaverso el riesgo de que personas psicológicamente inestables se construyan una vida virtual, que se aíslen y enfermen de patologías como el síndrome de Hikikomori es un riesgo real –hikikomori es un término japonés para referirse al fenómeno social en que las personas escogen apartarse y abandonar la vida social, buscando grados extremos de aislamiento y de confinamiento–. Esto vale igual para mujeres que para hombres. La cultura y la experiencia de la vida real seguramente tendrán consecuencias en la vida virtual y, por lo tanto, es posible que las desigualdades se repliquen.
Distingue entre el cerebro del hombre y el de una mujer: son como Android e iOS, procesan de forma diferente. ¿Qué quiere decir?
Presupongo que las diferencias son el valor de la diversidad, quiero decir que está científicamente probado que el cerebro de una mujer procesa las informaciones de manera distinta respeto al de los hombres. Por citar solo un ejemplo, un estudio de la Universidad de Pensilvania ha concluido que las mujeres procesan mejor la información social y los hombres tienen más conciencia espacial.
¿Cómo pueden las mujeres involucrar a los hombres en un diálogo abierto para entenderlas mejor?
El proceso para generar una igualdad real necesita que los hombres sean parte y participen en esta evolución ya ineludible. Para eso, se necesitan debates y asociaciones de mujeres siempre más abiertas a los hombres.
El patriarcado pesa mucho. ¿Cómo educar en valores e igualdad?
Mi opinión es que todo pasa por la educación y además desde muy pequeños. Desde los primeros años de vida, la educación de los padres en el seno familiar y la educación al civismo son esenciales para generar el respeto hacia todos sin diferencias. También se tiene que enseñar a las chicas la importancia del estudio y del trabajo porque la independencia económica es fundamental para ser realmente libre.
IGUALDAD
«Una mujer para ser igual no tiene que parecerse a un hombre. Ser mujer tiene su característica mental y física. Distingo el cerebro de hombre del de una mujer, son como Android y iOS. Funcionan los dos, pero procesan de una manera distinta. Está científicamente probado que los dos cerebros tienen diferentes maneras de procesamiento. Físicamente también somos distintos. Aparte de esto, no hay otras diferencias»
Para usted no es tan importante el cambio en sí como la predisposición, esa flexibilidad necesaria para sacar lo mejor de uno mismo. Sin embargo, hay aspectos que es preciso cambiar. ¿No cree que para hacer una tortilla hay que romper los huevos?
La época en que vivimos se puede definir como la de la velocidad. No es una época de cambio, sino de movimientos continuos que, además, se producen tendencialmente siempre más rápidos. Esto significa que no se trata de cambiar, sino de aceptar una evolución continua. La flexibilidad y una mente abierta son las claves de una buena interpretación de nuestra era.
¿Es mejor procurar que las cosas pasen que esperar a que pasen sin más?
Lo mejor es adelantarnos a las cosas y estar preparados para cuando pasen. Si suceden cosas imprevisibles, lo importante es actuar de manera adecuada y conmensurada para que también el acontecimiento inesperado pueda convertirse en una oportunidad. El pensamiento positivo está en la base de un sano equilibrio individual.
¿El secreto es hacer todo apasionadamente?
Si ponemos pasión en lo que hacemos, el resultado será mejor y la satisfacción también. Tener pasión es dar un significado a lo que hacemos; es tener propósitos.
¿Es verdad que las personas mejoran cuando tocan fondo?
Depende, no siempre, pero sí que muchas veces las personas reaccionan solo cuando está en juego su supervivencia. En la vida se tiene que actuar constantemente y creer en nuestras posibilidades. Y si a veces nos ocurre algo imprevisible, hay que reaccionar con equilibrio, conscientes de que nuestras actuaciones pueden determinar y cambiar los cursos y resultados de los eventos.
La inteligencia artificial no deja nada al azar. Tenemos todos los datos al alcance, pero hay que saber interpretarlos. ¿Dónde queda la intuición?
La diferencia entre ser protagonistas de la evolución tecnológica y ser víctima de ella es nuestra capacidad de considerar la tecnología como una herramienta a nuestra disposición para mejorar nuestras decisiones y nuestras vidas. Lo más valioso de la tecnología y de la inteligencia artificial es la información que genera. Esta información es útil solo si somos capaces de interpretarla y aprovecharla correctamente, pero sin perder el bien más precioso que tenemos que es la intuición. No debemos olvidar nunca que la actual tecnología o la misma inteligencia artificial tienen su origen en nuestra inteligencia e intuición.
El mundo de la comunicación debe informar, formar y entretener. ¿Dónde perdimos el rumbo?
Desde luego, el mundo de la comunicación tiene que informar, formar y entretener. El rumbo se pierde cuando se confunden entre ellas información, formación y entretenimiento. Ahí tiene que aparecer la capacidad de discernimiento del individuo.
La primera etapa de la vida es la formación, después vienen los años productivos y, por último, la tercera edad, en la que se cultivan los valores no productivos y se transmiten a las nuevas generaciones. ¿No parece la etapa más importante?
Todas las etapas de la vida son importantes. La última es la etapa en la que podemos efectivamente apreciar nuestra experiencia, ayudar a las nuevas generaciones y dar un sentido más a nuestra vida. En conclusión, dejar rastro de vida vivida a través de la experiencia es prolongar y aumentar el valor de la existencia.