‘LOST IN TRANSLATION’
Un viaje a los recovecos que esconden otras culturas, conocidas y desconocidas y las historias que rodean a los idiomas, más allá de la traducción palabra por palabra
Por Marta Jurado
08/04/2016
Aunque la convivencia con la comunidad gitana data de siglos en muchos países, sobre todo europeos, donde hoy viven más de 12 millones de personas del pueblo romaní o romà, poco se sabe sobre los orígenes de una de las minorías étnicas más extendidas del mundo. Quizás el desconocimiento haya fomentado también que sean una de las comunidades más discriminadas y afectadas por los prejuicios, según constata Human Rights Watch. Su éxodo desde las lejanas tierras de Oriente hasta las fronteras de la Europa, comenzó hace más de 1.500 años dejando diferentes huellas en el camino. El 8 de abril, Día Mundial del Pueblo Gitano, recordamos los detalles de su procedencia india, confirmada científicamente en 2012.
Durante mucho tiempo se pensó en Egipto como lugar de origen, ya que sus primeras apariciones en el continente europeo coincidieron con las peregrinaciones de artesanos egipcios hacia Constantinopla. Por su semejanza, se les comenzó a llamar “egipcianos” y de ahí la palabra derivó a la actual “gitano”. Fueron precisamente los lingüistas alemanes los primeros en encontrar una raíz común entre su idioma, el romanés, y el sánscrito, lo que llevó a establecer definitivamente en la zona noroeste de la India, el origen del pueblo Rom, nombre que designa a los gitanos en la lengua gitana.
Ni la fecha exacta ni los motivos de la dispersión del pueblo gitano se conocen con exactitud. “Una de las primeras referencias a este éxodo la encontramos en el relato de Bahram Gur, rey de Persia en el siglo V, que solicitó al rey Sankal de Canogia 10.000 músicos de la tribu gitana de los Koli para entretener a su pueblo”, según explica el especial Itinerancias de Fundación Secretariado Gitano (FSG). Pero se tienen pocos datos de su manera de vivir entonces: en tiendas de campaña a las afueras de los poblados fabricando utensilios y formando parte de las castas inferiores de herreros y músicos.
De hecho, el folklore es una de las señas de identidad que aún se conservan de la cultura rom, que ha ido dejando su huella en diferentes territorios, tal como refleja el documental Latcho Drom (1993) de Tony Gatlif, que sigue el legado gitano en los diferentes países del camino emprendido desde la India a España, a través de la música y la danza.
Entre los siglos XI y XIII las invasiones de los ejércitos turco y mongol aceleraron la diáspora romaní, obligando a las tribus de gitanos asentados a tomar diferentes caminos: el grupo de los Ben viajaría a través de Siria hacia próximo oriente y por el Mediterráneo hasta el valle del Nilo; el grupo de los Phen a través de Armenia hasta Bizancio. Tras años de conflictos en la zona, muchos de ellos migraron a tierras europeas a finales del siglo XIV.
Su esencia errante está incluso presente en el himno romaní, “Anduve, anduve por largos caminos…” reza la letra, creada hace ahora 45 años por el yugoslavo romá Jarko Jovanovic, en homenaje también a los sucesivos viajes que tuvieron que hacer los gitanos en los siglos posteriores: desde las migraciones durante la Revolución Industrial, su paso por los países nazis y comunistas hasta los traslados desde 1960 en busca de nuevas oportunidades.
También su bandera, verde y azul, con una rueda de carro roja en el centro, simboliza el cielo y el campo, y el continuo «recomenzar», tal como se estableció en el Congreso Gitano de Londres el 8 de abril de 1971, que cumple ahora 45 años.
Es importante también comenzar a escribir una nueva historia ya que «en los últimos 150 años se han estado repitiendo las mismas ideas limitantes sobre los gitanos», explica Miguel Ángel Vargas, asesor cultural de la Fundación Secretariado Gitano. Pese a numerosos estudios a nivel internacional, la investigación no siempre llega a España, porque tampoco interesa.Hay además un importante problema de traducción. Esperamos que el año que viene se habra un centro de estudios gitanos en Sevilla», añade.
El escritor español Manuel Rivas ha elaborado además un manifiesto con el que se suma a los actos de solidaridad organizados por la FSG en España y una campaña en contra de la estereotipación de esta comunidad en lo medios de comunicación españoles #TeleBasuraNoEsRealidad.
Entradas anteriores:
- EEUU retrata a su nuevo presidente
- ‘Los acentos de Tom Hardy’
- ‘2016: El año de Shakespeare y Cervantes’
- ‘Sufragettes’
- ¿Triunfaría ‘OCho apellidos…’ en otro país?
- Diwali o la India iluminada
- ‘Remember, remember… the 5th of November’
- El otro Bunbury
- ‘Lost in translation’