En las últimas dos décadas los bosques altos de Europa -que miden más de 15 metros- disminuyeron en 2,25 millones de hectáreas. Esta pérdida gigantesca de extensión, por demás dolorosa, equivale a la mitad del territorio de Dinamarca y limita las propiedades de estas arboledas encumbradas y tupidas para almacenar carbono y albergar biodiversidad.
En Europa, estos frondosos y espigados bosques, representan alrededor del 38% de la superficie terrestre del continente, regulan el clima, proporcionan agua, equilibran los ecosistemas y sostienen la vida. Pero poco a poco se han reducido en extensión, por la acción desmedida e imparable del hombre, a sabiendas de su impacto.
La mayoría de estos bosques altos ubicados en Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia ha experimentado los mayores descensos. Perdiendo el 3,5% de sus bosques totales y el 20% de sus bosques altos en veinte años, según datos del laboratorio GLAD de la Universidad de Maryland y la plataforma Global Forest Watch del World Resources Institute.
Este desplome es consecuencia de mayores y más intensos incendios forestales inducidos por el cambio climático, brotes de insectos. Y más recientemente, a una mayor extracción de madera para satisfacer la demanda adicional de biomasa “de cosecha propia” en respuesta a la guerra de Ucrania y las cambiantes demandas energéticas.
Disminuidos los bosques altos de Europa
La nueva Ley de Restauración de la Naturaleza de la UE introducirá salvaguardias críticas para proteger los bosques antiguos restantes. Así como reservar bosques adicionales para restauración y mejorar la biodiversidad de los gestionados para la producción de madera. Pero no es suficiente. El desafío es mayor y más envolvente. Incluye la participación de muchos actores en forma permanente y vigilante.
Cuando una porción de bosque alto es talado o quemado los efectos perversos para el hábitat son inmediatos. Sin embargo la recuperación de la cobertura arbórea mediante la replantación o la regeneración natural es lenta. Pueden tardar décadas en crecer hasta el punto en que proporcionen los beneficios climáticos y ecosistémicos equivalentes a los de un bosque maduro. Es posible que los beneficios del ecosistema nunca se recuperen en los casos en que sólo se plantan una o dos especies en lugar de rodales maduros con una diversidad natural de especies.
Una pérdida inducida por el hombre
En Europa, más del 80% de las pérdidas de cobertura arbórea en los dos últimos decenios fueron inducidas por el hombre, como la tala para obtener madera. Esta proporción es aún mayor en el norte y el este de Europa. Las tasas de perturbación se mantuvieron altas en los últimos años: Finlandia y Suecia, los países más boscosos de Europa, perdieron el 1,1% de su cubierta arbórea en 2023. Esto es superior a la media de la UE del 0,85%, revela un estudio del World Resources Institute.
Señala que alrededor de la mitad de la madera producida en la UE se utiliza para generar energía y muchos países han aumentado rápidamente su uso de energía de biomasa. Por ejemplo, Hungría experimentó un gran aumento en la cubierta arbórea en las últimas décadas, lo que sugiere un suministro disponible de madera para energía.
En 2023, Hungría experimentó la mayor cantidad de pérdida anual de cobertura arbórea desde que comenzaron los registros del WRI. Un aumento del 33% con respecto a 2022, tiempo durante el cual la producción de bioenergía de ese país también aumentó.
Calor, sequía e incendios forestales
La cubierta arbórea total de Europa ha aumentado ligeramente en las dos últimas décadas, pero sus bosques altos esenciales para capturar carbono y preservar la biodiversidad, disminuyeron 3% en las últimas dos décadas. El descenso de la biomasa forestal es prominente en países escandinavos como Suecia y Finlandia, con un 29% y un 22% respectivamente del aumento de la tala. Seguidos de zonas del sureste de Europa.
Esta importante pérdida de la cobertura arbórea, al menos en Hungría, se debió a la invasión rusa de Ucrania y la decisión de la UE de reducir significativamente el uso de gas ruso. Entonces el gobierno húngaro relajó las regulaciones sobre la extracción de madera para el suministro interno de energía, lo que puede impulsar aún más las extracciones de madera.
Si bien Hungría supervisa sus propios bosques, pronto tomará la delantera en las políticas forestales y ambientales del bloque ya que ostenta la presidencia rotatoria del Consejo de la UE. Este país se opuso a la Ley de Restauración de la Naturaleza de la UE.
Además de la tala de madera que aniquila los bosques altos de Europa, los incendios exacerbados por el cambio climático continúan afectando las arboledas del sur de Europa. 2023 fue un año récord en esos eventos en Grecia. Episodios que fueron provocados por el calor extremo del verano representaron el 85% de la pérdida de cubierta arbórea. La proporción más alta de pérdida relacionada con incendios en la UE. España y Portugal tuvieron la siguiente proporción más alta de pérdidas, con un 26% y un 20%, respectivamente.
Los incendios forestales han sido una tendencia constante en esa región. Las olas de calor y la sequía crean condiciones ideales para incendios sin precedentes.Así como las grandes plantaciones de especies no nativas altamente inflamables como el eucalipto,
La huella de los brotes de insectos
Los bosques altos de Europa se han visto cada vez más afectados por brotes de insectos debido al calentamiento global y a las malas prácticas de gestión forestal. Alemania ha sido la más afectada. Grandes áreas de abetos plantados que crecen en condiciones secas y cálidas son cada vez más vulnerables a las infestaciones de escarabajos de la corteza. Estas infestaciones debilitan y matan un número cada vez mayor de árboles.
Las tasas de extracción de madera en Alemania disminuyeron un 10 % entre 2022 y 2023. Pero los datos satelitales muestran un aumento del 42 % en la pérdida de cubierta arbórea dentro del mismo período. Sugieren además que la pérdida no estuvo relacionada con la extracción. En el estado federado de Turingia, que perdió la mayor parte de la cobertura arbórea de Alemania entre 2022 y 2023, se registraron altas tasas de perturbaciones por insectos en los abetos.
El parásito pone sus huevos en la corteza y, cuando estos eclosionan, las larvas descienden por el tronco del árbol hasta que muere. Donde alguna vez estuvieron pinos de 250 años, ahora las máquinas zumban mientras los trabajadores podan árboles infestados de parásitos. Entre esos animalillos y las talas, los bosques y su biodiversidad se ven acorralados.
Las nuevas leyes de la UE deben conducir a una mejor gestión de esos espacios naturales. Estas regulaciones permitirían preservar lo que queda de sus bosques maduros y más valiosos para el clima y la naturaleza. Sin dejar de suministrar madera y energía para las personas.