¿Qué piensa de la gente que busca lo positivo en todo, incluidos los desastres ambientales y la pandemia?
Yo busco siempre lo positivo, pero si no existe, tengo que crearlo. La gente que dice “todo bien” cuando no todo está bien está colaborando con el mal. Prefieren quedarse en un estado de inercia. Prefieren enajenarse y resignarse, y derrotarse ellos mismos en lugar de cambiar la situación. En el fondo son cínicos. Porque no quieren el cambio. Encontrar lo negativo no es buscar el mal. Sino no negar que las cosas no son como deberían ser. Tenemos que buscar lo positivo siempre, pero si no existe hay que crearlo.
¿Y que pasaría si se eliminara la contradicción?
No habría Don Quijote y Sancho. No habría Fausto y Mefistófeles. No habría diálogo, conversación, comunidad. No habría la revolución de los nosotros. No habría amor. No habría muerte. No habría vida. Seríamos zombis. Andaríamos muertos en vida. Si ya no lo estamos. Y además, si todo fuera positivo, no podríamos crear. Porque no hemos vencido la muerte. Antígona nace de la negación de Creón. De la negación del tirano nace la heroína.
Yo acabo de crear una Antígona en que no existe la acción negativa de Creón. Porque en la vida se ha tratado de eliminar la contradicción y la negatividad del otro. Lo que yo tuve que hacer es des-construir el nombre de Antigone: la negatividad en el contra (Anti-) “gone” (irse). Anti- (contra) “gone” (estar aquí). En mi obra, Antígona se convierte en una heroína que quiere afirmar la continuación de la especie humana, en camino de extinción. Una dialéctica del ser humano en contra de si mismo, de estar aquí o no estar aquí. Como si la contradicción de Antígona se convirtiera en un selfi contra ella misma –en contra de la extinción de nosotros mismos como especie.
¿Sera cierto lo que dicen algunos, que el arte salvará a la humanidad?
A Dios lo que es de Dios y al poeta lo que es del poeta. El poeta no es un redentor. Los grandes trágicos griegos — Esquilo, Sófocles, Eurípides — no salvaron a Grecia de su decadencia, pero nos enseñaron a todos nosotros a apreciar más la vida. El arte nos muestra lo que es. Lo que fue. Lo que pudo haber sido. Y lo que puede ser. El arte es espejo y lámpara. O estrella y candil como dijo Gustavo Adolfo Bécquer. Y en mi caso: apocalíptico, revolucionario, y profético.
¿Qué consejo les daría a todas las personas que quieren cambiar sus vidas y el mundo, después de la pandemia?
Hay que entender el amanecer —cómo amanece el mundo— para entender como tenemos que despertarnos. El mundo se levanta lento, y con luz tenue, y va escalando en sonidos, en voces, a través de diferentes gradaciones, hasta llegar al mediodía. Así debemos amanecer con gradaciones de luz y energía. El descanso profundo es necesario para salir del cansancio profundo que sufrimos antes, durante, y después de la pandemia. Después de un descanso profundo las ideas surgen nuevas y livianas —y los pensamientos fluyen sin trabajo. La creatividad empieza allí mismo donde el trabajo termina.