A pesar de que España e Italia son el centro del brote epidémico de la pandemia de la COVID-19 en Europa, Grecia presenta cifras mucho más bajas en contagios y muertes. Los expertos apuntan a que las medidas de prevención y control tomadas anticipadamente hacen de la gestión de Grecia un modelo efectivo para contrarrestar la epidemia.
Algunos señalan que debe esperarse el final de la pandemia para establecer un balance real, que la gestión griega no puede calificarse de exitosa todavía. Los campos de refugiados representan un peligroso foco de riesgo.
Grecia, España e Italia
Las últimas cifras en Grecia se cuentan 2.192 casos de la COVID-19 y apenas 102 muertes. En la Unión Europea solo tienen mejores cifras Bulgaria, Eslovaquia y Hungría. La tasa de mortalidad es 39 veces menor que en España y 36 veces menor que en Italia.
A pesar de que Grecia apenas viene recuperándose de la crisis económica de la pasada década ha sabido sortear el embate de la pandemia. Los expertos señalan que la clave de éxito ha sido escuchar más a la ciencia y a los expertos médicos que temerle al impacto económico de las medidas restrictivas. La prioridad del Gobierno griego ha sido salvar vidas por encima de la economía.
La gestión de Grecia de la COVID-19 comenzó cancelando la celebración del carnaval a finales de febrero. En España,en cambio, la cancelación de eventos se hizo luego del 9 de marzo, con el decreto del estado de alarma. De hecho, el gobierno de Pedro Sánchez fue fuertemente criticado por permitir manifestaciones multitudinarias la semana anterior al 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
Gestión anticipada de Grecia
En Grecia la actuación del Gobierno fue diferente. El 11 de marzo se decretó el cierre de escuelas y universidades,mucho antes de que murieran personas y el número de infectados alcanzara los 100. En España el cierre de centros educativos comenzó luego de que la cifra de infectados ascendió a 1.000.
A partir del 12 de marzo, se cerraron progresivamente sitios arqueológicos, museos, cafés, bares y hoteles. Un duro golpe para la economía griega, cuyo PIB depende en gran medida de la actividad turística. También se prohibieron los vuelos procedentes de Alemania, España, Italia y otros países no pertenecientes a la Unión Europea.
La cuarentena total dejó a los griegos sin la celebración de la Pascua ortodoxa para el próximo domingo. El confinamiento será hasta el 27 de abril y aún no se sabe si continuará después de esa fecha.
Filippos Filippidis, investigador y profesor de Salud Pública en el Imperial College de Londres, señala que tomar medidas tempranas marcan una gran diferencia en la velocidad en la que se propaga el virus. Apunta que en Italia y España era muy tarde para cuando se tomaron las medidas restrictivas, pues ya existían grupos de contagio en varios lugares, situación difícil de controlar.
España impuso medidas de restricción similares a las de Grecia el 14 de marzo, cuando las cifras de casos confirmados ascendían a 6.200 y había 191 fallecimientos. En Italia, las medidas de aislamiento se adoptaron en todo el país el 9 de marzo cuando se registraban 463 muertes.
Una década de crisis económica
Se cree que en la gestión de Grecia de la COVID-19 influyó el período de austeridad que vivió el país por la crisis económica. El país limitó el gasto público y en esta medida impactó el sistema sanitario. Con un sistema sanitario debilitado y el ejemplo de Italia y España, Grecia adoptó medidas que no pusieran en riesgo su sistema de salud pública.
Para ayudar a un sistema sanitario ya traumatizado, también el Gobierno griego obligó a los centros de salud privados a ceder sus camas de UCI a los centro de salud pública. Igualmente, aligeró la contratación de más de 3.000 profesionales entre médicos y enfermeros.
Retos y previsiones
Ahora el gran desafío para Grecia será levantarse económicamente luego de la pandemia. El Gobierno aprobó un paquete de ayudas de 14 millones de euros que incluye subvenciones, créditos y prórrogas fiscales. También subsidios de 800 euros mensuales para los que quedaron desempleados.
Otro reto para el Gobierno griego es la provincia, donde la atención médica es limitada dadas las condiciones del territorio. Aún mayor son los campos de refugiados, en donde el hacinamiento, la falta de agua y baños presagian una gran bomba de tiempo.
Como todo con la pandemia, el tiempo dirá si la gestión de Grecia de la COVID-19 es un modelo para repetir en futuras epidemias. Hasta los momentos se ha mostrado más eficiente que la gestiones de Italia y España.
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