El Museo Guggenheim Bilbao presenta la exposición Gego. Midiendo el infinito, una retrospectiva que ofrece una visión integradora del trabajo de la artista germano-venezolana Gertrud Goldschmidt (Hamburgo, 1912–Caracas, 1994), también conocida como Gego, y su singular enfoque del lenguaje de la abstracción.
La muestra incluye cerca de 150 objetos que datan de los inicios de la década de 1950 y llegan hasta el comienzo de los años noventa, como esculturas, dibujos, grabados, textiles y libros de artista, además de imágenes fotográficas de instalaciones y obra pública, bocetos, publicaciones y cartas. Patrocinada por Seguros Bilbao (próximamente Occident) y organizada de forma cronológica y temática, la exposición analiza las aportaciones formales y conceptuales de la artista a través de su obra de formas orgánicas, estructuras lineales y abstracciones modulares.
Este análisis sitúa la práctica de Gego en los distintos contextos artísticos latinoamericanos que atraviesa su extensa carrera y examina las intersecciones y rupturas con movimientos internacionales clave, como la Abstracción Geométrica y el Arte Cinético.
Gego nace en el seno de una familia alemana judía y se forma en arquitectura e ingeniería en la Technische Hochschule Stuttgart (actualmente, Universidad de Stuttgart). En 1939 huye de la persecución nazi y emigra a Venezuela, donde se asienta definitivamente y en 1953 inicia una carrera dedicada al arte que se prolonga durante más de cuatro décadas.
En sus obras en dos y tres dimensiones, que trabaja en diversos medios, la artista explora la relación entre la línea, el espacio y el volumen. Su compromiso con otros campos relacionados, como la arquitectura, el diseño y la educación, complementa su investigación.
Organizada de forma cronológica y temática, la exposición analiza las aportaciones formales y conceptuales de la artista germano-venezolana a través de su obra de formas orgánicas, estructuras lineales y abstracciones modulares.
Gego es una de las artistas más significativas de la escena latinoamericana de la segunda mitad del siglo XX y su trayectoria artística traza un camino marcadamente individual que se resiste a cualquier categorización. Aporta ideas radicales a través de sus investigaciones de los sistemas estructurales y, en su singular corpus artístico, aborda metódicamente la transparencia, la tensión, la fragilidad, las relaciones espaciales y los efectos ópticos del movimiento. Esta retrospectiva histórica pone de relieve la amplitud de su práctica multidisciplinar y aporta una mayor comprensión y apreciación de la artista y su obra en un contexto global.
PRIMERAS OBRAS (1951-55)
A partir de la Segunda Guerra Mundial, Venezuela experimenta profundos cambios económicos, políticos y sociales. En 1939 es uno de los principales países exportadores de petróleo y, gracias a la floreciente industria petrolífera y al apoyo económico de Estados Unidos, el país financia su modernización después de la guerra y el arte experimenta un giro igualmente transformador.
La aparición en los años cincuenta de la Abstracción Geométrica, un movimiento internacional caracterizado por el uso de la forma, la línea y el color puros y estructuras geométricas, marca un período de gran innovación creativa.
En este contexto, Gego inicia una nueva vida en su país de adopción, donde a principios de la década de 1940 empieza a trabajar por libre en despachos de arquitectura y estudios de urbanismo de Caracas.
En 1953 abandona esta práctica y se consagra plenamente a la creación artística cuando se traslada al pueblo de Tarmas, cerca de la costa caribeña venezolana. Es ahí donde empieza con la representación del paisaje, las formas arquitectónicas y la figuración, como se observa en algunos ejemplos que se muestran en esta sección.
LÍNEAS PARALELAS (1957-67)
Al desarrollar su práctica artística en su país de adopción, Gego adopta los conceptos de la Abstracción Geométrica venezolana, que se caracteriza por las formas, líneas y colores puros, y por un orden geométrico. Hace lo mismo con el Cinetismo, un movimiento artístico enraizado en el país que surge en los años sesenta y evoluciona a partir de los conceptos fundamentales del Arte Cinético (del griego “kinesis”, movimiento).
La selección de obras sobre papel y esculturas de esta sección examina la investigación de Gego en torno a las posibilidades espaciales y estructurales de lo que denomina “líneas paralelas”. En estas piezas, su uso de la línea, a veces libre, a veces comprimida, sustenta su pensamiento sintético de “la nada entre las líneas”, un principio fundamental en su búsqueda por “hacer visible lo invisible”, como se puede ver en los dibujos sin título de 1957 y 1964 ubicados en esta sala.
Hacia 1960, Gego comienza a experimentar con los efectos ópticos de la oscilación y la vibración y sintetiza sus exploraciones en torno a la luz, el movimiento y el espacio, temas dominantes en el Arte Cinético.
Algunas de las esculturas que se ven en esta sección, en su mayoría de hierro soldado y pintado, presentan elementos tubulares paralelos que forman planos geométricos que se superponen o entrecruzan, como 12 círculos concéntricos (1957) y Cuatro planos rojos (1967). Al ser observados desde puntos de vista diferentes generan una ilusión óptica de vibración y movimiento, alterando la percepción de los objetos.
EL TALLER DE LITOGRAFÍA TAMARIND Y ESTUDIOS SOBRE RETÍCULAS (1963-70)
Las obras que se presentan en esta sección encarnan los importantes desarrollos logrados por Gego entre 1963 y 1970 en su experimentación en varios medios. Aunque Gego había visitado Estados Unidos por primera vez en 1959, ahora viaja con mayor frecuencia y en 1963 y 1966 recibe sendas invitaciones para asistir al Taller de litografía Tamarind de Los Ángeles, donde produce un sólido conjunto de estampas y libros de artista, como Sin título (Tamarind 1843IV) y Sin título (Tamarind 1848B) (1966).
La selección que aquí se muestra da una idea de la evolución de Gego en su indagación sobre la línea, la forma y el espacio, así como su uso de nuevas técnicas y materiales. Su experimentación con el gofrado, el grabado, el aguafuerte y la litografía le convierten en una experta estampadora en este periodo.
En 1969 Gego toma un nuevo rumbo alejándose de las “líneas paralelas” para pasar a las “reticuláreas”, término con el que designa diferentes formas reticulares (estructuras en forma de retícula o similar) dentro de su producción en dos y tres dimensiones.
Los dibujos sin título que pueden verse en esta sección, que datan de 1969-70, son creados por Gego durante un período de intenso estudio y experimentación con el diseño de formas reticulares. Estas composiciones abstractas realizadas en tinta sobre papel presentan formas geométricas interconectadas, como triángulos y cuadrados, que en conjunto generan la impresión de una red o malla que se ondula.
CHORROS, TRONCOS, ESFERAS Y OTRAS TIPOLOGÍAS EN RETÍCULA (1969-88)
En esta sección se presenta una selección de esculturas colgantes de Gego que sintetizan la noción de un “mesurado infinito”, un oxímoron poético que emplea el poeta venezolano Alfredo Silva Estrada en su poema Variaciones sobre reticuláreas (1979), en homenaje a Gego, estructura, el espacio, la luz, la sombra, la línea y la retícula, el poema interpreta el espacio infinito como elemento finito y limitado, a la manera de un intento simbólico (y paradójico) de medir el infinito a través de las propias formas de Gego.
Los visitantes pueden explorar ejemplos de tres series relevantes en esta sección: Chorros (1970–74), Troncos (1974–81) y Esferas (1976– 77). Suspendidas verticalmente en el espacio central de la sala, estas obras minimalistas ponen de relieve temas como la fragilidad, la gravedad y la transparencia, lo que permite comprender la evolución formal de la artista.
También se presentan aquí otras piezas reticulares colgantes basadas en cuadrados o triángulos, como Sin título (1969), Columna (1972), Reticulárea cuadrada (1977) y Chorro Reticulárea (1988), compuestas de elementos geométricos de metal que evocan constelaciones de líneas entretejidas en el espacio al ser mostradas en conjunto.
TEXTILES (1956–88)
El interés de Gego por el concepto y el acto de tejer está presente en su lenguaje artístico. En la década de 1940, tras emigrar a Venezuela, Gego abre un taller de diseño de muebles, lámparas y alfombras, entre otros artículos, y durante los años setenta y ochenta, en distintos momentos vuelve a experimentar con el diseño de alfombras y textiles de intrincados patrones.
Las piezas que se exponen aquí representan el retorno de Gego a las artes aplicadas, destacando en particular el gran tapiz colgante sin título creado por la artista hacia 1987, cuyas hebras de fibra sintética entrelazadas atraviesan la composición en paralelo y forman bucles en los extremos, dando lugar a una superficie a intervalos traslúcida. Colgada del muro, la obra ejemplifica el uso de elementos lineales, en este caso en forma de cuerda, para generar un motivo abstracto.
DIBUJOS SIN PAPEL (CA. 1976–88)
Los Dibujos sin papel (ca. 1976–88) constituyen uno de los conjuntos de obra más complejos de Gego a nivel conceptual y suponen un punto de infl exión en su evolución artística. Estas esculturas minimalistas realizadas con alambre, fragmentos de metal reciclado y pequeños herrajes cuelgan del techo o del muro como si estuvieran dibujadas sobre la superficie vertical y en el espacio, y funcionan como construcciones sin papel y sin marco.
Aquí se presenta una selección de piezas de esta serie que brinda a la artista infinitas posibilidades de modular el espacio. Con ellas también desafía el concepto de autonomía de la escultura al subordinar la obra al muro, atribuyendo así las cualidades bidimensionales del dibujo a la forma tridimensional.
Algunos de sus primeros ejemplos muestran planos dispuestos de tal manera que se proyectan hacia afuera, mientras que otros se estructuran en torno a simples líneas horizontales, verticales o entrecruzadas. En 1979 estas piezas comienzan a tomar forma de marcos cuadrados o rectangulares vacíos y, a comienzos de los años ochenta, Gego introduce estructuras circulares realizadas con mallas, hilos y alambre.
A partir de 1984 su interés pasa a la representación de retículas deformadas o rotas, a través de composiciones geométricas de patrones lineales interrumpidos o inacabados. En sus últimos Dibujos sin papel, Gego opta por una escala más pequeña y elimina cualquier estructura que enmarque la obra, generando configuraciones de líneas deshilachadas en zigzag con excéntricas composiciones geométricas.
ÚLTIMAS OBRAS: TEJEDURAS, BICHOS Y BICHITOS (1987–91)
A finales de la década de 1980 Gego desarrolla sus tres últimas series: Tejeduras (1988-91), Bichos (ca. 1987-91) y Bichitos (1987-89), retomando el trabajo sobre papel a medida que su edad le impide manipular metales y otros materiales rígidos. Las Tejeduras son piezas pequeñas, en dos dimensiones, realizadas con tiras de papel entrelazadas procedentes de sus propias obras, de revistas y folletos. En el marco del constante interés de la artista por componer tejidos, nudos y redes, esta última serie viene a sintetizar las metodologías formales y conceptuales que estructuran el lenguaje artístico de Gego.
Sus dos últimas series escultóricas, Bichos y Bichitos, representan la deformación y el colapso total de la geometría, la forma y la retícula en el trabajo de Gego. Además de su significado habitual, el término bicho también se emplea para designar aquello que no tiene un nombre específico. Con su precaria construcción, los Bichos y Bichitos están creados con materiales recuperados y elementos de otras obras descartados por la artista, que crea estos caóticos ensamblajes de configuraciones impredecibles de formas y texturas diversas, liberándose así de la forma rígida en favor de estructuras irregulares y orgánicas.
Organización y patrocinio
Gego. Midiendo el infinito está organizada por el Museo Guggenheim Bilbao, en colaboración con el Solomon R. Guggenheim Museum, Nueva York; Museo Jumex, Ciudad de México; y Museu de Arte de São Paulo Assis Chateaubriand–MASP.
El museo agradece a la Fundación Gego y sus directores, Tomás Gunz y Barbara Gunz, así como el Consejo y el personal de la fundación por su gran apoyo y colaboración a la exposición.
La exposición fue desarrollada por Julieta González, directora Artística, Instituto Inhotim, Brumadinho, Brasil; Geaninne Gutiérrez-Guimarães, Curator Asociada, Museo Guggenheim Bilbao y Solomon R. Guggenheim Museum and Foundation, Nueva York; y Pablo León de la Barra, Curator at Large, Latinoamérica, Solomon R. Guggenheim Museum and Foundation, Nueva York; en colaboración con Tanya Barson, ex conservadora jefa, Museu d’Art Contemporani de Barcelona; y Michael Wellen, Curator Senior, Arte Internacional, Tate Modern, Londres.