Por Ores Lario
30/03/2017
Sus aguas cristalinas, su personalidad única y exclusiva, un clima cálido y una vegetación mediterránea que combina arena blanca, pinos y sabinas hacen de Formentera uno de los destinos más idílicos en los que desconectar. En un entorno idílico, rodeado de naturaleza y a primerísima línea de la playa de Migjorn, el Gecko Hotel & Beach Club es el enclave perfecto donde impregnarse del espíritu de la isla.
Tras un restyling liderado por el arquitecto e interiorista Antonio Obrador, el hotel volverá a abrir sus puertas el 27 de abril para recibir a los visitantes con el carismático estilo de la Riviera Balear.
Con su puesta a punto, el establecimiento que rememora el servicio y el glamour de aquellos años 50 del siglo XX, cuando la jet-set internacional comenzaba a disfrutar sus veranos en las lugares más privilegiados de las costas españolas. La decoración mantiene el espíritu mediterráneo, con colores, materiales, elementos y diseños que preservan ese estilo despreocupado y tranquilo que se vive solo en Formentera. En sus interiores, el blanco inmaculado juega con la paleta de los azules para crear espacios luminosos y neutros que se reflejan en cristales y espejos.
La terraza del restaurante mira hacia los jardines, ahora rediseñados, y al turquesa infinito del mar. Este es el lugar perfecto donde disfrutar de una carta que permanece fiel a la cocina mediterránea de verano.
En los jardines con césped hay una piscina rodeada de camas balinesas, sofás y hamacas, además de un bar, restaurante y una zona masajes. El club ofrece clases de yoga y anima las veladas con eventos: noches de gin-tonics, desfiles de moda y sesiones de música en directo para disfrutar de la isla.