El desarrollo de energías renovables no eléctricas, como es el caso del hidrógeno o el biogás/biometano, será fundamental en el proceso de descarbonización y en el impulso hacia una economía circular.
La compañía Enagás está haciendo una fuerte apuesta por el desarrollo de nuevas soluciones energéticas, con combustibles como el biogás o el hidrógeno, como vector energético clave para avanzar en la descarbonización e impulsar una economía circular. Se trata de energías renovables no eléctricas que pueden ser transportadas por la red de infraestructuras de gas existentes sin necesidad de llevar a cabo inversiones relevantes.
Según un estudio de Gas for Climate –un grupo de siete empresas europeas líderes en el transporte de gas, entre las que se encuentra Enagás, y dos asociaciones de la industria de gas renovable–, la utilización de gas renovable en las infraestructuras ya desarrolladas en Europa para sistemas de calefacción de edificios eficientes, producción de electricidad gestionable y como combustible en el transporte pesado rodado contribuiría a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta niveles nulos para mediados de siglo.
Además, supondría un ahorro anual para el continente de 140.000 millones de euros. Los miembros del consorcio Gas for Climate se comprometen a lograr emisiones netas cero de gases de efecto invernadero en la Unión Europea para el año 2050 con el objetivo de cumplir las exigencias del Acuerdo de París.
Enagás participa además en distintos proyectos nacionales e internacionales para promover el desarrollo de estos gases renovables y su inyección en la red de gasoductos existente.
Biogás/biometano
El biogás/biometano es un ejemplo de gas renovable que puede ser inyectado en la actual red de gasoductos.
De hecho, el parque tecnológico de Valdemingómez, donde se tratan los residuos generados en Madrid, ya inyecta en la red de infraestructuras de Enagás parte del biometano que produce y ha anunciado que aprovechará energéticamente el 100% del biogás que genere.
Esto supone un avance hacia una economía circular, ya que se trata de un gas cuyo origen está en los residuos sólidos urbanos, aguas residuales y residuos agrícolas, ganaderos y forestales. Tras un proceso de limpieza y separación del CO2, se convierte en biometano, un gas totalmente renovable y apto para ser transportado por los gasoductos.
Hidrógeno
Otro gas renovable que se está posicionando como un vector energético global con grandes posibilidades de futuro: el hidrógeno. El gran potencial del hidrógeno como alternativa energética a los combustibles fósiles hace necesario el desarrollo de nuevos procesos y tecnologías de obtención del mismo de manera sostenible.
Con este objetivo, Repsol y Enagás han firmado un acuerdo para producir hidrógeno a través de energía solar, que podrá ser utilizado en el refino de combustibles y en la producción de caucho.
El acuerdo fue suscrito por el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, y el consejero delegado de Enagás, Marcelino Oreja.
Este proyecto, desarrollado en su fase inicial por el Centro de Tecnología Repsol en Móstoles (Madrid), pretende producir hidrógeno usando energía solar como principal fuente, lo que permitiría reducir la huella de carbono en el proceso en un 90% respecto a otras formas de obtener este gas.
El potencial del hidrógeno se basa en que puede servir como almacenamiento del excedente de energía renovable, puede transformarse en varias formas de energía (electricidad, gas sintético o calor) y, además, cuenta con múltiples aplicaciones como, por ejemplo, en la industria o, incluso, en la movilidad.
Los gases renovables también pueden ser utilizados como carburantes sostenibles en forma de BioGNC (forma comprimida) y BioGNL (forma líquida) en vehículos ligeros y pesados.
Esta iniciativa forma parte de un proceso de investigación en el que Repsol tiene registradas tres familias de patentes, dos de ellas concedidas en Europa y de una línea de estudio que la petrolera lleva realizando desde 2014 con los expertos del Instituto de Investigación en Energía de Cataluña (IREC).
Por su parte, Enagás tiene en marcha una estrategia de desarrollo de energías renovables no eléctricas, como el hidrógeno y el biogás/biometano, donde se inscribe este proyecto.
Para la compañía de transporte de gas, este proyecto forma parte de las nuevas soluciones energéticas que pueden desempeñar un papel fundamental en el proceso de transición energética marcado por la Unión Europea.
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