Hace más de 35 años, la mayoría de sustancias químicas que dañan la capa de ozono, conocidas como los clorofluorocarburos (CFC), fueron prohibidas en el llamado Protocolo de Montreal. La medida ha contribuido a que poco a poco el agujero de la capa se haya ido cerrando. A tal punto que los especialistas calcularon que para 2066 no quedará ni rastro de aquel terrible fenómeno. Sin embargo, un nuevo estudio afirma que los CFC alcanzaron niveles récord en el año 2020. Científicos aseguran que esto no debería estar pasando y responden qué ha cambiado para que se haya dado este repunte.
La investigación publicada esta semana en la revista Nature Geoscience revela que entre las décadas de 1970 y 1980 los gases CFC se utilizaron de forma «masiva» como agentes refrigerantes y dentro de los envases de aerosoles. Esto se debe a que el Protocolo de Montreal prohíbe la emisión directa a la atmósfera de los CFC, pero no su uso en la producción de otros productos químicos. Cabe acotar que algunos datos apuntan también a su utilización ilegal.
Los gases CFC se prohibieron en 1987 tras el acuerdo del Convenio de Viena porque descubrieron que provocan un poderoso efecto invernadero y eran los responsables del agujero de la capa de ozono. Y es que, según cifras del Global Carbon Project su nivel de acumulación calorífica es 10.000 veces superior al dióxido de carbono, principal responsable del calentamiento del planeta.
Repuntan los niveles de HFC
Para entender la presencia de estos gases y su repunte en el informe de 2020, los investigadores hicieron un análisis de cinco gases CFC entre 2010 y 2020, que se han producido fugas durante la producción de los productos químicos que deben reemplazarlos, en particular los hidrofluorocarburos (HFC). Es importante destacar que para el futuro ya está prevista la eliminación de los HFC mediante una reciente enmienda al Protocolo.
Mientras tanto, las emisiones de HFC tuvieron un impacto modesto en la capa de ozono. Luke Western de la universidad de Bristol y del Laboratorio de Vigilancia Mundial, quien participó en el estudio, afirmó que se se comparan los datos, las emisiones de hidrofluorocarburos representan el equivalente a las emisiones de CO2 de Suiza en 2020. O en su defecto, el 1 % de las emisiones totales de gas de efecto invernadero de Estados Unidos.
Tras la investigación, los expertos consideraron que los datos son alarmantes. Es por ello que realizarán varias investigaciones más para conocer con exactitud dónde se encuentra la fuente de este aumento de emisiones. Además, pondrán todos sus esfuerzos en hacer que cese la contaminación de HFC para poder seguir viendo los beneficios del descenso de emisiones de este tipo de gases.
Pero los de CFC continúan en descenso
En 2018 los científicos descubrieron los niveles de gases CFC habían descendido casi a la mitad respecto al ritmo de los cinco años anteriores. Especialmente porque se redujo drásticamente la producción de CFC en China, el país más emisor de gases a nivel global.
Más de 35 años después de que todas las naciones del mundo acordaran dejar de producir los CFC, por fin la recuperación está en progreso. Y esto, según los especialistas de la Sociedad Meteorológica Estadounidense, trajo una buena noticia este 2023. El agujero de la capa de ozono sobre la Tierra se cerrará por completo en gran parte del mundo en las próximas décadas. “En la estratosfera superior y en el agujero de ozono vemos que las cosas mejoran”, aseguró Paul Newman, copresidente del estudio.