Por Cambio16
30/08/2017
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Las ruinas de Mansilla de la Sierra, en la provincia de La Rioja, ocultas desde hace casi 60 años bajo un embalse, aparecieron este mes a la vista como consecuencia de una prolongada sequía.
El poblado, situado a 270 kilómetros al norte de Madrid, tuvo que ser abandonado en 1959 para dar cabida a la expansión del embalse.
Los residentes del asentamiento fueron trasladados a una nueva aldea del mismo nombre, aunque algunos prefirieron emigrar y empezar una nueva vida fuera de su tierra natal, rememora ABC.
Desde entonces, y durante la mayor parte del año, Mansilla de la Sierra permanece bajo el agua. Sus ruinas reaparecieron ahora en la superficie solamente como resultado de una sequía severa.
El nivel actual del agua ha bajado tanto que permitió a «exploradores» curiosos y turistas pasear por las calles de la antigua ciudad y observar lo que queda de ella.
Los visitantes pueden caminar por sus calles, devenidas en senderos, y ver los ya frágiles edificios, árboles petrificados y puentes que se desmoronan, que, sin duda, crean un paisaje misterioso.
Historia a flote
Cada verano a mediados de agosto ya se ve la torre de la antigua iglesia, pero en otros veranos el embalse aún permitía el baño o utilizar barcas, ha recordado.
Sin embargo, las escasas nevadas del último invierno y la falta de lluvia de los meses pasados ha hecho descender el nivel del agua hasta un nivel histórico, por lo que este mes ya se puede ver el pueblo entero, y recorrer sin dificultad sus calles y plazas.
Los vecinos de Mansilla de la Sierra que tienen más de 60 años sí conocieron el viejo Mansilla, del que tuvieron que marcharse cuando se construyó una presa para embalsar el agua destinado al riego de los pueblos del Alto Najerilla.