Por Antonio Briceño Fotógrafo
16/07/2017
La íntima relación entre el mundo vegetal y el organismo humano se manifiesta en particular en que algunas plantas producen sustancias que pueden influir en las profundidades de la mente y del espíritu del hombre. Los efectos maravillosos, inexplicables y hasta pavorosos de estas plantas aclaran lo importante que fueron en la vida religiosa de las culturas antiguas y la veneración como drogas mágicas y sagradas con que son tratadas aún por ciertos grupos nativos que han conservado sus tradiciones… Su uso se remonta a la prehistoria, de tal manera que se ha postulado que la idea misma de la divinidad surgió como resultado de los sobrenaturales efectos de estos agentes.”
Las plantas sagradas han tenido relevancia central en la cultura y espiritualidad del ser humano desde sus orígenes. Durante siglos estigmatizadas y perseguidas como consecuencia de prejuicios, miedos e ignorancia, en la actualidad está aumentando el interés en sus potencialidades, no sólo desde el punto de vista espiritual, recreativo y visionario, sino desde la perspectiva de la psicoterapia y la medicina. Afirma Claudio Naranjo en su libro Ayahuasca. La enredadera del río celestial: “…no puedo dejar de esperar que en el mundo futuro pueda ser de utilidad el conocimiento del potencial transformador de esta “planta mágica” tan apreciada por los chamanes de las culturas autóctonas sudamericanas, que seguramente saben más que nosotros de la posible transformación de la mente humana…».
América es el continente con la mayor diversidad de plantas enteógenas. La serie Onirogenia se propone abordar, a través de imágenes, los estados modificados de consciencia alcanzados por medio del uso de estas plantas, por culturas indígenas americanas. Retratos de chamanes y curanderos, pero también de personas comunes, protagonizan esta iconografía. El uso de enteógenos es de importancia ritual, una vía colectiva de comunicación con ese otro mundo, al que Jung llama Inconsciente colectivo, donde ya todo pasó y todo se sabe, donde están ancestros, santos, dioses y demonios. En términos neurológicos, su mediación genera una conexión fluida entre ambos hemisferios cerebrales, conexión alcanzada también mediante el yoga, la meditación y otras técnicas orientales.
La serie, en desarrollo, incluye hasta ahora seis plantas utilizadas por ocho culturas indígenas:
– Ayahuasca (Banisteriopsis caapi ). Culturas Inga y Kamsá (Colombia).
– Yopo (Anadenanthera peregrina). Culturas Jiw (Colombia), Pumé y Piaroa (Venezuela).
– Epená (Virola theiodora). Culturas Huitoto y Nukak (Colombia)
– Peyote (Lophophora williamsii). Cultura Huichol (México).
– Campanita (Brugmansia sanguinea). Cultura Pasto (Colombia).
– Coca (Erythroxylum coca). Cultura Wiwa (Colombia).