Fray Junípero Serra era un monje franciscano que nació en la localidad de Petra, Mallorca, en 1713 y falleció en Monterrey, México, en 1784. Fundó nueve misiones de California. Fue beatificado por san Juan Pablo II en 1988 y canonizado por el papa Francisco en el año 2015 en la Basílica de la Inmaculada Concepción de Washington (Estados Unidos). Pero en los últimos días se le ha involucrado en hechos muy diferentes.
Este lunes en la madrugada fue vandalizada una estatua de Fray Junípero Serra en Palma de Mallorca. El ataque ocurrió después de que se derribaron estatuas del monje en San Francisco y en Los Ángeles, Estados Unidos.
Un personaje histórico
Los defensores de Fray Junípero señalan que fue un defensor de los nativos y de los derechos humanos. También resaltan que fueron muchas personas nativas a las que ayudó durante su vida y que lloraron de dolor por su muerte.
«Para entender la historia de California hay que fijarse al periodo colonial español. Para los californianos, Serra es tan importante como George Washington o Thomas Jefferson», explica Steven W. Hackel, autor de «Junípero Serra: el padre fundador de California».
Hackel cuenta que España temía que Rusia fuera a apropiarse de ese territorio, por lo que envió a Serra para constituir las misiones en San Diego y Monterrey, y así bloquear el avance ruso».
Los franciscanos españoles fundaron 21 misiones a lo largo de la costa californiana, de las que 9 se pueden atribuir a Junípero Serra. Con el paso de las décadas,en esos enclaves nacieron importantes ciudades como San Francisco o Los Ángeles.
Una diatriba centenaria
Los críticos señalan que el santo es un símbolo del colonialismo europeo y que las misiones se dedicaron al trabajo forzado de los nativos americanos. Reclaman que Fray Junípero fue también abusivo y contribuyó a la aniquilación de los pueblos indígenas que habían vivido en esas tierras durante milenios.
En 2015, descendientes de las tribus originarias de California pidieron al papa que no canonizara a Serra, al considerar que actuó más como un conquistador que como un religioso.
Los franciscanos obligaron a bautizarse a los indígenas y no dudaban en utilizar el castigo físico si lo consideraban necesario. Pese a ello, los religiosos también levantaron la voz contra los abusos de los soldados españoles y apreciaban el valor de la cultura de los nativos, que contaban con una elaborada artesanía.
Pero la buena voluntad de los religiosos no evitó que la población indígena se redujera considerablemente. Según calculan los historiadores, antes del establecimiento de las misiones, en el territorio de California vivían unos 300.000 nativos, cifra que hacia 1850 rondaba los 100.000.
Acusado de racista
En el ataque de este lunes, vándalos escribieron la palabra “racista” con pintura roja en la base piedra en la que se asienta la estatua y también pintaron la parte inferior de la escultura de bronce en la que aparece con un nativo de las tierras de California.
Este ataque ocurrió después de que la concejal de Podemos en el Ayuntamiento de Palma, Sonia Vivas, edil de Justicia Social, Feminismo y LGTBI, señaló a través de su cuenta en Twitter que la estatua de Fray Junípero en la ciudad debía ser retirada aunque “de manera pacífica”.
“Las ciudades hablan mediante los nombres de sus calles, monumentos y estatuas. Cuentan la historia política de élites y oligarquías. Los habitantes toman la palabra en San Francisco y tiran la estatua de Junípero Serra. En Palma, pacíficamente, debería ser igual”, afirmó.
Los bárbaros han vuelto
El domingo pasado monseñor Juan Antonio Reig Plá, obispo de Alcalá, Madrid, aseguró durante la misa que la retirada de las estatuas de Fray Junípero Serra o Isabel la Católica “significa que los bárbaros han vuelto” y alertó de que “quieren acabar con la civilización cristiana”.
Dijo que “no podemos calificar este hecho simplemente de ignorancia. Es posible que quienes materialmente han hecho esto sean ignorantes, pero detrás de los ignorantes están los bárbaros de verdad. Y los bárbaros son lo que quieren es acabar con la civilización cristiana”.
“Hoy necesitamos escuchar la voz profética de la Iglesia, no sólo para denunciar estos hechos que sería algo simplemente negativo. Sino para dar el contenido de lo que verdaderamente dignifica la persona humana, desde su inicio como vida natural hasta la muerte, lo que da sentido para vivir con esperanza”, aseguró.
El obispo de Mallorca, monseñor Sebastià Taltavull, en nombre de toda la Diócesis, mostró su adhesión y apoyo a la comunidad de frailes de la Orden Franciscana Menor de Petra, Mallorca, “herederos de san Junípero Serra, así como a las piedras vivas de la comunidad del municipio, que tienen en el padre Serra un ejemplo de bondad y acercamiento a las culturas”.
Ante los hechos ocurridos en Estados Unidos, moneñor Taltavull se solidarizó también con los arzobispos de San Francisco, monseñor Salvatore Joseph Cordileone, y de Los Ángeles, monseñor José Horacio Gomez, así como con la Orden de Franciscanos Menores.
Las estatuas como objetivo
Los ataques contra las estatuas de Fray Junípero Serra son solo los más recientes actos vandálicos contra este tipo de monumento, que se han hecho parte de las protestas violentas luego de la muerte de George Floyd a manos de un policía blanco el 25 de mayo en Minneapolis.
Hace dos semanas los manifestante decapitaron una estatua de Cristóbal Colón en Boston. En Miami bañaron con pintura otra efigie del navegante genovés. En Richmond derribaron una del presidente de la Confederación Jefferson Davis. También atacaron otra del general confederado Robert E. Lee.
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