Por Andrés Tovar
30/11/2016
Desde su ascenso como cabeza de la Iglesia Católica, el Papa Francisco ha demostrado ser una figura polémica que muchos no esperaban. Basta recordar que muchos pensaban que este pontífice traía consigo una maldición propuesta por Nostradamus, para darse cuenta que su llegada siempre estuvo llena de un halo de misterio.
Lo que hace a Francisco diferente de sus antecesores es su afán –al parecer- por cambiar la doctrina con la que la Iglesia se ha mantenido a lo largo de su existencia. El Papa afirma que sus cambios están hechos con la idea de buscar un camino de mayor compasión. Sin embargo, no todos dentro de la Iglesia han aplaudido sus decisiones, afirma el artículo de The Wall Street Journal, titulado Pope Francis Decries ‘Virus of Polarization’ in the World.
En uno de sus más recientes sermones, durante la ceremonia de nombramiento de los nuevos obispos, el Papa afirmó que se debe tener cuidado con el “virus de la polarización” que se está viviendo hoy en día. En una clara referencia al presidente electo Donald Trump, Francisco habló de tener cuidado con aquellos que “levantan muros, construyen barreras”. Afirmó que también hay que tener cuidado por juzgar a alguien según su raza.
Sin embargo, las declaraciones más polémicas de Francisco este año no han sido estas últimas. Recientemente, el Papa aceptó que los clérigos decidieran qué parejas divorciadas podrían recibir la comunión, cosa que hasta el momento era impensable en la Iglesia. Además, el Papa también ha permitido recientemente que no sólo él pueda perdonar abortos, otro punto inamovible en los últimos años dentro de la doctrina de la Iglesia.
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Los obispos temen que ese virus de la polarización del cual hablaba el Sumo Pontífice también se esté extendiendo dentro de la Iglesia, separando en un grupo a quienes apoyan al Papa y sus reformas; y en otro a quienes no lo hacen. Sin embargo, los nuevos obispos nombrados en noviembre mostraron su fe y apoyo al Papa.
Sin embargo, no se puede dejar de lado el miedo de muchos feligreses del ala más conservadora de la Iglesia quienes se encuentran temerosos de que el Papa esté llevando a su pueblo por un camino el cual no esperaban recorrer. Pero, no se puede dejar de lado los esfuerzos del Papa por tratar de acercar a la Iglesia a un mundo que cada vez se siente más alejado de la institución.