A poco de que se celebre la cumbre ambiental de Dubái, el papa Francisco hizo otro llamado a los líderes mundiales a que actúen con urgencia para afrontar el cambio climático. “Una amenaza existencial para la humanidad”, advirtió.
Francisco expresó su preocupación y alertó: “El mundo que nos acoge se va desmoronando y acercándose quizás a un punto de quiebre”. Denunció que hasta ahora han sido insuficientes las reacciones contra el calentamiento global. Hizo una referencia directa a Estados Unidos, país al que señaló por el “exceso irresponsable” de Occidente. Denunció que los líderes mundiales han sido débiles y no han tomado medidas audaces para frenar el deterioro creciente del mundo que habitamos.
“Si consideramos que las emisiones por individuo en los Estados Unidos son aproximadamente dos veces mayores que las de los que viven en China, y aproximadamente siete veces mayores que el promedio de los países más pobres, podemos afirmar que un amplio cambio en el estilo de vida irresponsable conectado con el modelo occidental tendría un impacto significativo a largo plazo”, escribió el papa Francisco.
Papado y activismo ambiental
En el escrito divulgado, el papa insiste en que «el cambio climático es un desafío moral y ético que requiere una acción urgente». Afirmó que los líderes mundiales deben tomar medidas para reducir las emisiones de gases dañinos y ayudar a las comunidades que más padecen sus consecuencias.
El documento, Laudate Deum (Alabado sea), una actualización de la encíclica de 2015, fue presentado en la festividad de San Francisco de Asís. En su época, este santo defendía la idea de que todos los seres vivientes, incluidos los animales, son criaturas de Dios. Fue un amante de la naturaleza.
Desde comienzos de su papado Francisco ha mostrado preocupación por el cambio climático. En mayo de 2015 publicó su encíclica Laudato si’, centrada en el cuidado del ambiente y las personas, y asuntos relacionados con el vínculo entre Dios, los seres humanos y la Tierra. No por nada el subtítulo de la encíclica es «El cuidado de nuestra casa común».
Con Alabado sea el papa Francisco retoma su objetivo de animar a los líderes y negociadores mundiales a comprometerse con los objetivos climáticos que se ventilarán en la COP28, en Dubái. «Todos tenemos la responsabilidad de actuar para proteger nuestro hogar común», recordó en el documento.
La preocupación global por el clima
El documento del papa Francisco se da a conocer en un momento en que el mundo se enfrenta a la crisis climática. La última evaluación del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) encontró que es «extremadamente probable» que la actividad humana sea la causa principal del cambio climático.
El IPCC también advirtió que el mundo está en camino de superar los objetivos del Acuerdo de París, un tratado internacional que tiene como fin limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius. La temperatura en el planeta ya ha aumentado 1,2 grados Celsius respecto de tiempos preindustriales.
La encíclica Laudato si’ fue bien acogida en 2015 por los defensores del medio ambiente, pues contribuyó a asegurar el Acuerdo de París sobre el clima. En este nuevo documento el papa Francisco insiste en alertar al mundo acerca de la crisis climática. Aprovecha para pedir a los participantes de la COP28 que actúen «por el bien común y no acuerdo con los intereses de algunos países o empresas».
A diferencia de la encíclica de 2015, dirigida a los católicos del mundo, Alabado sea es un documento que no conoce de religiones ni de razas. Su intención es que todos, especialmente los líderes, se hagan responsables de lo que ocurre en el planeta. Sin embargo, en su escrito de este miércoles Francisco deja clara su exigencia de que las naciones ricas hagan más para ayudar a las más pobres. Advierte que estas sufren más, pero son las que han contribuido menos a la crisis climática.
La COP28, otra oportunidad
Se presume que el nuevo documento papal busca influir en la cumbre ambiental que se realizará entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre. Hasta ahora, a pesar de alarmas y advertencias, algunos países ricos se han resistido a ayudar a las naciones pobres a enfrentar los desastres climáticos.
Eso se había acordado en la cumbre ambiental COP27 del año pasado. Los negociadores hablaron de crear un fondo de ayuda a las naciones vulnerables. La intención era que estas pudieran hacer frente a las «pérdidas y daños» causados por el cambio climático. Pero todavía hay desacuerdos sobre quién debe contribuir y quién debe beneficiarse.
Así, y a pesar de las advertencias del Papa, no hay certezas sobre los resultados de la COP28. «Si confiamos en la capacidad de los seres humanos para trascender sus intereses egoístas y pensar en términos más amplios, podemos esperar que la COP28 acelere de manera decisiva la transición energética», dice Alabado sea.
Convencer a los escépticos
En Estados Unidos el escepticismo sobre el cambio climático y la resistencia a la financiación internacional para el clima pueden dificultar su participación en el fondo de pérdidas y daños. Es poco probable que la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, se apropie de cualquier iniciativa de ayuda internacional en relación con el clima.
«Hay un elemento aislacionista en el Partido Republicano que es bastante potente. Y luego está el escepticismo general sobre el cambio climático y la necesidad de abordarlo con urgencia», dijo Alden Meyer, asociado principal del grupo de expertos sobre el clima E3G.
El Papa atribuye la falta de progreso a las «grandes potencias económicas» que buscan maximizar sus ganancias a corto plazo. Estados Unidos, como el principal emisor histórico de gases de efecto invernadero, recibe críticas particularmente fuertes por su estilo de vida «irresponsable» y sus altas emisiones individuales.
En general, los activistas en favor del ambiente y el clima no han sentido como esperanzadoras las conferencias anuales del clima. Y este año el anfitrión es Emiratos Árabes Unidos, un país con una de las huellas de carbono per cápita más grandes del mundo. Su economía y desarrollo se basa en la extracción y bombeo de petróleo.
El rezo de los católicos
A pesar de estos augurios poco auspiciosos, algunos expertos creen que las palabras del papa Francisco podrían tener un impacto positivo entre los fieles católicos. No se espera tanto, en cambio, de los participantes en las conversaciones de Dubái.
El Centro de Investigaciones Pew determinó que alrededor de 54 % de los católicos estadounidenses creen que el cambio climático es producto de la actividad humana. “Se puede decir con seguridad que muchos católicos todavía no ven el cuidado del medio ambiente como un aspecto central de lo que significa ser católico”, dijo David Cloutier, profesor de teología moral en la Universidad Católica de América en Washington DC.
“Lo ven como una actividad opcional en la que algunos católicos podrían participar de forma paralela, no como un compromiso central. Pero el papa Francisco claramente está tratando de llevar a la iglesia en esa dirección”, añadió.