El papa es uno de los líderes mundiales que más se ha involucrado en la guerra contra Ucrania. Desde antes de la invasión rusa hasta hoy dedica palabras, reflexiones, oraciones para el cese del conflicto. Pero, una entrevista al Corriere della Sera, desató polémicas y sus buenos oficios quedaron perturbados. Francisco afirmó que no sabe si el «enfado» de Vladirmir Putin fue provocado por la presencia de la Alianza Atlántica (OTAN) a las puertas de Rusia, pero cree que «sí lo facilitó».
Sus opiniones han provocado algunas críticas en el mundo político y diplomático. También en su ámbito natural como el eclesiástico.
El pontífice, convaleciente de una rodilla, dijo que los “ladridos de la OTAN a las puertas de Rusia” quizás llevaron al presidente ruso a reaccionar mal y desencadenar el conflicto. “Una ira que no sé decir si fue provocada, pero facilitada quizás sí”, comentó al periódico italiano. En la que también comparó el conflicto con el genocidio de Ruanda.
Por mucho “enfado” e “ira” que pueda ocasionarle a Putin la presencia de la OTAN en las puertas de Rusia, ¿justifican una guerra?, se preguntan algunos analistas. Declaraciones que despiertan asombro viniendo del papa Francisco, quien ha catalogado este conflicto como “una guerra loca”, una “guerra sin sentido, como todas”.
El ministro polaco de Educación, Przemyslaw Czarnek, señaló que “muchos de nosotros nos llevamos las manos a la cabeza al oír lo que ha dicho el Papa”. Comentó que esas opiniones habían “ofendido” a los polacos.
Polonia es miembro de la OTAN, país fronterizo con Ucrania y uno de los estados que mayor número de refugiados ucranianos está acogiendo.
Francisco, la OTAN y el patriarca ruso
Durante la entrevista, Francisco abordó la actuación de la OTAN. Y repitió que quiere viajar a Moscú para reunirse con Putin y pedirle que detenga la guerra en Ucrania. Pero que todavía no ha recibido una respuesta. Moscú ya ha dicho que por el momento esto no está sobre la mesa.
Según el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, este tipo de peticiones deben hacerse por los canales diplomáticos. Y “no hay acuerdos en reuniones ni iniciativas específicas expresadas”. Sin embargo, el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin reiteró que “Francisco está dispuesto a volar a Moscú. La Santa Sede está dispuesta a hacer todo lo posible para detener la guerra, y lo único que espera es una señal de apertura por parte de Rusia”.
En Moscú no ha gustado la entrevista de Francisco, sobre todo por sus comentarios sobre la videollamada que mantuvo con el líder de la Iglesia ortodoxa rusa, Kiril I. Según el Papa, el patriarca “no puede transformarse en el monaguillo de Putin” y lo criticó por respaldar las razones declaradas por Rusia para invadir Ucrania.
«Hablé con él durante 40 minutos vía Zoom», dijo el Papa al Corriere della Sera. «Los primeros 20 minutos me leyó, con una tarjeta en la mano, todas las justificaciones para la guerra. Le escuché y le dije: No entiendo nada de esto. Hermano, no somos clérigos de Estado, no podemos usar el lenguaje de la política sino el de Jesús».
«El patriarca no puede transformarse en monaguillo de Putin», adicionó.
La Iglesia ortodoxa rusa consideró que «es deplorable que haya elegido un tono equivocado». Aseguró que es “poco probable que estas declaraciones contribuyan al establecimiento de un diálogo constructivo entre las iglesias católica romana y ortodoxa rusa. Que es especialmente necesario en este momento”.
Las guerras son para probar las armas
El líder católico también se pronunció sobre el suministro de armas por parte de los países occidentales a la resistencia ucraniana, una cuestión que divide al mundo católico.
“No sé responder a la pregunta de si es correcto abastecer a los ucranianos. Lo que está claro es que en esa tierra se están probando las armas. Los rusos saben ahora que los tanques son poco útiles y están pensando en otras cosas. Las guerras se libran por eso: para probar las armas que hemos fabricado”, afirmó.
Asimismo, Francisco reiteró que está dispuesto a viajar a Moscú y reunirse con Putin, para tratar de detener la guerra en Ucrania, que fue facilitada por la presencia de la OTAN.
“¿Cómo es posible que no se detenga esta brutalidad? Hace veinticinco años, con Ruanda, vivimos la misma experiencia”, agregó al referirse al genocidio de Ruanda, en 1994. El intento de exterminio de la población tutsi por parte del gobierno hegemónico hutu, en el que murieron unas 800.000 personas, según cifras de la ONU.
Iglesia argentina respalda al papa
La Iglesia Católica en la Argentina salió a defender enérgicamente el papel del papa ante la invasión rusa a Ucrania frente a los que lo critican. Especialmente cuando Francisco se refirió a la OTAN y al patriarca ruso.
El clero de su país le transmitió su solidaridad. Y manifestó su dolor por “el maltrato injusto a tu persona y a tu misión, sobre todo en Argentina. Movidos seguramente por intereses de poder y hasta mala intención que buscan manchar tu imagen y confundir al pueblo”.
En una carta enviada al Papa desde la casa de retiros espirituales El Cenáculo, de Pilar, el centenar de obispos de todo el país le expresaron su apoyo. “Sabemos tu valentía y tenacidad incansables para trabajar por el bien y la paz entre Rusia y Ucrania y en todo el mundo”. Así como que “estás dispuesto a dejar el pellejo si fuese necesario, para que terminen ésta y todas las guerras”, reseñó Clarín.
Francisco es objeto de crítica por no mencionan por su nombre y apellido al presidente ruso. También por no viajar a Ucrania y solidarizarse in situ con el pueblo ucraniano, aunque él dijo que no es propio de un Papa mencionar a presidentes. Y que, antes de ir a Ucrania, quisiera ir a Rusia para pedirle a Vladimir Putin que frente los ataques, pero que este no dio señales de recibirlo.