Es un hecho. Francia prohibirá la venta de vehículos propulsados por combustibles fósiles para el año 2040, según afirmó la ministra de Transportes, Elisabeth Borne.
Un largo camino recorrido
Hace dos años el Gobierno de Emmanuel Macron sentó las bases para poner fin a las ventas de los coches de combustión en el país galo. Se elaboró un plan que establecía que Francia prohibirá totalmente la venta de los coches a partir del año 2040.
Ahora, la ministra de Transportes, Elisabeth Borne, anuncia la adopción de una ley que lo regule.
De esta manera, Francia le dirá adiós a estos coches. Hoy en día, estos representan el 95 por ciento de las ventas de vehículos en ese país.
Con el nuevo instrumento legal, se le dará paso al automóvil eléctrico.
Borne explicó que una ley de movilidad «es una respuesta a la urgencia ecológica con objetivos ambiciosos y realistas«.
El fin de las comercialización de automóviles de combustión será efectivo a partir de 2040. Para ese año, Francia prohibirá la venta de nuevos modelos de de vehículos a gasolina y diésel.
El salto es importante al considerar que los vehículos eléctricos representan hoy en día el 2 por ciento de las ventas de coches en Francia.
La #LoiMobilités est une réponse à l'urgence écologique, avec des objectifs ambitieux et réalistes : la décarbonation totale en 2050 des transports terrestres, et la fin des ventes de véhicules utilisant des énergies fossiles en 2040, conformément au #PlanClimat.
— Élisabeth BORNE (@Elisabeth_Borne) June 3, 2019
En busca de la neutralidad en carbono
El ex ministro de Medio Ambiente, Nicolas Hulot, dijo en julio de 2017, al comienzo del mandato del presidente Emmanuel Macron, que Francia prohibiría la venta de vehículos de gasolina y diésel en el año 2040. La medida es un intento de convertirse en un país neutro en emisiones contaminantes para el año 2050.
Hulot dimitió en septiembre de 2018. Adujo para ello una supuesta falta de compromiso de Macron con el medio ambiente. A partir de ese entonces, el Gobierno rara vez ha mencionado la prohibición. En parte, debido a las protestas de los “chalecos amarillos” contra los impuestos sobre el CO2 en los combustibles y el alto coste de la vida.
Borne confirmó en una entrevista con la televisión BFM que cumplirían el objetivo fijado por el ex funcionario.
Elisabeth Borne souhaite baisser de 40% les émissions de gaz à effet de serre des transports d'ici 2030 #BourdinDirect pic.twitter.com/ROqpo4IGPR
— BFMTV (@BFMTV) June 11, 2019
“Tenemos un objetivo de neutralidad en las emisiones de carbono para 2050 y necesitamos una hoja de ruta creíble, que incluye la prohibición de la venta de vehículos propulsados por combustibles fósiles para 2040”, dijo.
Combate al cambio climático
Añadió que Francia cuenta con una gran industria de fabricación de automóviles liderada por PSA y Renault. A través de ella, se podrá ayudar a realizar el cambio a electricidad, hidrógeno y posiblemente, biogás.
“Desde el inicio del mandato de Emmanuel Macron, nuestro objetivo es el programa climático que Nicolas Hulot anunció en el verano de 2017. Ahora vamos a convertir este objetivo en ley”, dijo Borne.
La norma sobre movilidad también facilitará el emplazamiento de los puntos de recarga de vehículos eléctricos (VE). Entre otras iniciativas, otorgará a los residentes de los edificios de apartamentos el derecho a solicitar la instalación de puntos VE en sus estacionamientos.
Espera por aprobación parlamentaria
El proyecto de ley está debatiéndose actualmente en el Parlamento. Se espera que los legisladores lo aprueben después del verano. De esta manera, Francia actualizará una ley de transporte de 1982.
La reforma quiere favorecer las alternativas al uso del automóvil para los particulares, mejorar las redes ferroviarias y crear un marco legal para nuevas propuestas de movilidad como las bicicletas compartidas, las motos eléctricas y el coche compartido.
También ofrecerá a las empresas la opción de conceder a los empleados una bonificación de 400 euros exenta de impuestos para acudir al trabajar en bicicleta o en coche compartido. Borne dijo que las empresas estarían obligadas a discutir esta bonificación en las negociaciones con los sindicatos, pero que la ayuda no sería obligatoria para todas las empresas.
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