Los anuncios de Emmanuel Macron encaran su primera prueba. Francia enfrenta su quinta jornada de protestas. Será la primera desde que el presidente de ese país dio a conocer una serie de medidas para tratar de aplacar las tensiones.
Los servicios de seguridad desplegaron en París el mismo número de efectivos que hace una semana. Son alrededor de 8.000 efectivos y 14 vehículos blindados. En todo el territorio francés fueron apostados 69.000 agentes de policía.
Como ocurrió hace siete días, diversos museos y comercios parisinos de lujo cerraron sus puertas por seguridad. La misma previsión tomaron el Arco de Triunfo, el Panteón y el Museo de Arte Moderno.
Sin embargo, en esta oportunidad permanecerán abiertos algunos lugares emblemáticos. Entre ellos, están la Torre Eiffel, el Museo del Louvre y la Opera de la Bastilla.
Detenciones preventivas abren la jornada
#GiletsJaunes : mobilisation en forte baisse, avec un millier de manifestants à Paris et une quarantaine d’interpellations https://t.co/6Jy4XB74ms
— Le Monde (@lemondefr) December 15, 2018
Francia enfrenta su quinta jornada de protestas con un amplio despliegue policial. Esta nueva convocatoria de manifestaciones ha sido denominada el “Acto V” de los «chalecos amarillos». El día se inició con la detención preventiva de 46 personas, informaron medios locales.
Una vez más, los Campos Elíseos se han convertido en el epicentro de la convocatoria parisina. Desde el inicio de la jornada, ha habido tensiones entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad.La prefectura de policía de París estima en mil el número de chalecos amarillos movilizados en la capital.
En el resto del país, habría unos 16.000 manifestantes. Esa es la cifra que estiman fuentes policiales. Las protestas habrían provocado 199 bloqueos en las carreteras. Los números son menores a los del fin de semana previo. Entonces, hubo 22.000 manifestantes y 297 cierres de vías.
Las principales concentraciones fuera de París se registran Marsella y en la circunvalación de Toulouse. Adicionalmente, se reportó una manifestación en homenaje a las víctimas del atentado islamista ocurrido esta semana en Estrasburgo. Este acto celebra en la ciudad de Grenoble.
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Efecto negativo en la economía
Las protestas de los «chalecos amarillos» han afectado sensiblemente a la economía francesa. Especialmente vulnerables han sido sectores como el comercio, el transporte y el turismo. A principios de esta semana, el Gobierno estimaba la pérdida en una décima del producto interior bruto (PIB), en el cuarto trimestre.
Por otro lado, las medidas anunciadas por el presidente Emmanuel Macron, para responder a la ira de los chalecos amarillos franceses costarán entre 8 y 10 mil millones de euros. Así lo afirmó el secretario del Estado de las Cuentas Públicas, Olivier Dussopt.
Esta situación ha encendido las alarmas en la Unión Europea. El costo de las medidas podría llevar el déficit público al 3.4% del PIB, cuatro décimas por encima del límite fijado por las reglas europeas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC).
Al afecto de la violencia generada por las manifestaciones, se suma el impacto ocasionado por el terrorismo. El martes, un tiroteo en la ciudad de Estrasburgo en el este de Francia causado al menos cuatro muertos y varios heridos. El suceso tuvo lugar cerca del famoso mercado navideño que atrae cada año a miles de visitantes a esta ciudad de Alsacia. El temor generado por este hecho, ha mermado el movimiento comercial y turístico en esta localidad.
Un movimiento sin líderes oficiales
El movimiento de los «chalecos amarillos» nació en pocas semanas al margen de los sindicatos y los partidos políticos. Su detonante fue el alza de los precios de los combustibles.
Su nombre hace referencia a las prendas fosforescentes que debe utilizar todo automovilista en Francia en caso de incidente en una carretera para tener mayor visibilidad.
Es respaldado principalmente por la gente que vive en la periferia, provincias o zonas rurales. Con el tiempo, se ha convertido en un movimiento más amplio contra la política tributaria del gobierno. Un elevado número de ciudadanos la rechaza, pues consideran que favorece a los más ricos.
El movimiento no tiene líderes oficiales. Articula sus acciones en torno a unos 300 grupos de Facebook, que agrupan a unos dos millones de usuarios. Ahora, Francia enfrenta su quinta jornada de protestas.
Para más información: Cambio16
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