Por Cambio16
02/01/2017
Al igual que las prendas de vestir, las fragancias describen y acentúan nuestra personalidad y, de cierta manera, reflejan las emociones que se irradian. Dar con la que más se adapta a cada carácter y estado de ánimo resulta fundamental para transmitir una identidad propia. El aroma que desprendemos no solo influye en la autoconfianza, sino también en cómo nos presentamos a los demás. La personalidad y las fragancias están íntimamente conectadas: a cada cual le favorecen unos matices.
Conviene elegir un perfume con el que nos identifiquemos. Por ejemplo, las personas extrovertidas pueden sentirse cómodas con una base de especias o maderas. Y los temperamentos suaves se decantarán, probablemente, por las fragancias cítricas, cuya sutilidad y ligereza también funcionan bien cuando se practica deporte. La elección del momento en que se va a usar es otro factor que se debe tener en cuenta. Así, por ejemplo, las bases frutales son perfectas para usar durante el día.
La noche debe ser una fiesta olfativa, escenario para los perfumes de aroma más intenso. Así, las fórmulas con toques amaderados u orientales, a base de especias como vainilla o canela, suelen ser más adecuadas para estas últimas horas.