Las características que hacen únicos a los caballitos de mar, como su hocico en forma de tubo, su cola prensil o la piel sin escamas, pueden resaltarse gracias a la aplicación de diferentes técnicas lumínicas. Esto es lo que ocurre en una de las siete imágenes seleccionadas en la 17ª edición de FOTCIENCIA, una iniciativa del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) que cuenta con la colaboración de la Fundación Jesús Serra. En esta edición, FOTCIENCIA se suma a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible declarados por Naciones Unidas.
Como en ediciones anteriores, un comité formado por once profesionales relacionados con la fotografía, la microscopía, la divulgación científica y la comunicación ha valorado y seleccionado las fotografías más impactantes y que mejor describen algún hecho científico.
Los grandes ojos compuestos de los mosquitos, formados por miles de fotorreceptores con apariencia de caramelos, los surcos geométricos de un cultivo sostenible de cebada o los microplásticos hallados en el aparato digestivo de organismos que se encuentran en la base de la cadena trófica marina son otros de los temas retratados.
Acercar la ciencia a la sociedad
FOTCIENCIA es un proyecto de ámbito nacional que pretende acercar la ciencia a la sociedad mediante la fotografía. Para ello, cualquier persona puede participar enviando una imagen acompañada de un breve texto explicativo que ilustre y describa algún fenómeno científico.
Una vez más, las fotografías y textos seleccionados, junto a otras propuestas elegidas entre las 448 que se han recibido, serán incluidas en un catálogo y formarán parte de una exposición itinerante.
A lo largo de 2020, la muestra recorrerá museos y centros culturales, educativos y de investigación de todo el territorio nacional. Dos copias de la exposición estarán disponibles para su préstamo gratuito, y todas las fotos presentadas se publicarán en la web de FOTCIENCIA.
‘La luz lo cambia todo’
Los caballitos de mar poseen características que los hacen únicos entre todas las criaturas marinas. La imagen presenta algunas de estas singularidades a través de cuatro fotografías realizadas a un ejemplar de la especie Hippocampus reidi. La primera (izquierda), tomada con luz incidente, muestra su morfología externa, en la que destacan los tres tipos de aletas, su cola prensil y los diferentes tonos de su piel, carente de escamas.
En la siguiente, realizada con luz transmitida tras un proceso de despigmentación, transparentación y marcaje de la estructura ósea, apreciamos tres pequeñas manchas negras detrás del ojo. Se trata de los otolitos, gracias a los cuales los caballitos de mar mantienen el equilibrio y perciben la profundidad a la que se encuentran.
La técnica del campo oscuro (tercera imagen) permite observar sus estructuras internas, como el tracto digestivo; y la de la fluorescencia (derecha), su tejido óseo. Así podemos ver el hocico en forma de tubo, que les permite succionar el alimento, y su esqueleto, formado por placas óseas.
‘Antenas y feromonas’
La selección natural ha dotado a las luciérnagas macho del género Ethra, como este ejemplar fotografiado en el bosque atlántico de Brasil, con una vistosa herramienta para maximizar sus posibilidades de encontrar pareja.
La forma en abanico de sus antenas les ayuda a detectar a grandes distancias las feromonas sexuales de las hembras que se encuentran en el territorio. En su fase adulta el objetivo primordial de los insectos es dejar descendencia, y las moléculas que señalan la disponibilidad para aparearse pueden desplazarse por el aire muy fácilmente.
‘Candy’
Lejos de un conjunto de deliciosos caramelos, esta foto muestra un grupo de unidades fotorreceptoras (omatidios) de las miles que forman los grandes ojos compuestos de los mosquitos. Aunque la visión de estos insectos aún no se comprende del todo, es evidente que no ven como los humanos.
Se cree que su sentido de la vista no tiene mucha definición y que pueden ver a entre 5 y 15 metros de distancia. Parece ser que a menos de un metro se guían por el calor, ya que pueden percibir el espectro infrarrojo.
‘Nanoplancton calcáreo’
El cambio climático es prácticamente irremediable, a no ser que ayudemos al planeta y este decida restaurarse por sí mismo. Para frenar el impacto de este desastre medioambiental se pueden tomar numerosas medidas, pero debemos saber cuáles son las más adecuadas y para ello hay que estudiar el medio.
La imagen es fruto de un experimento sobre el impacto del calentamiento y la acidificación del Mediterráneo en el que se pretende averiguar si la estructura del nanoplancton calcáreo (fitoplancton, cocolitóforos) está dañada o se mantiene intacta.
‘Geometrías sostenibles’
En pleno periodo de recolección, este campo de cebada maltera nos ofrece un espectáculo de hermosas geometrías. Se trata de un cultivo extensivo (más sostenible que los de tipo intensivo) que requiere pocos inputs: fertilizantes, productos sanitarios, combustibles, etc.
Este tipo de cebada es más resistente a la sequía y menos exigente en terrenos de escasa profundidad y fertilidad que el trigo. Además, compite muy bien con las malas hierbas y tiene un ciclo de cultivo amplio, que protege al suelo de la erosión en periodos de lluvia. Todo ello hace que exija un laboreo mínimo, lo que supone un bajo consumo energético. Otras de sus interesantes características son el bajo coste de la semilla y su condición autógama, que facilitan su obtención.
‘Líneas de alarma’
La fotografía, tomada con luz fluorescente, muestra el cortejo de dos crustáceos marinos del género Artemia. Lo más llamativo de la imagen es la iluminación naranja de los tractos digestivos, producida por micropartículas de plástico. Estos crustáceos son la base de la alimentación de muchas especies marinas en acuicultura y se usan como organismos modelo en estudios ambientales.
Al igual que ellas, la mayor parte del plancton ingerido por peces está contaminado con microplásticos, que son transferidos en la cadena trófica hasta que llegan a los consumidores finales: los humanos. No sabemos cuál es el efecto a largo plazo, pero sí que llegan a nosotros como contaminantes ambientales.
‘Naturaleza química’
La quimioluminiscencia es la emisión de luz en una reacción química que no produce calor. La bioluminiscencia es un proceso que se da en los organismos vivos como las medusas, los camarones o las luciérnagas en el que la energía que genera una reacción química se manifiesta como luz.
La imagen reúne material de laboratorio en un entorno natural para subrayar que la naturaleza es química y que la química está en la naturaleza. Aunque esta disciplina es injustamente tratada como sinónimo de toxinas o veneno, la química es fundamental para aportar soluciones a los desafíos del desarrollo sostenible, como el avance de fuentes alternativas de energía o la alimentación de la creciente población mundial.
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