Casi desde sus comienzos el Foro Económico Mundial ha sido objeto de críticas. En teoría es una plataforma global que busca fomentar la colaboración entre líderes de diferentes campos para abordar los desafíos mundiales. Pero bajo su modelo y prácticas hay una sombra que genera enormes suspicacias. Ahora salen a la luz denuncias de exempleados sobre su tóxico ambiente de trabajo. Dicen que no practica lo que predica.
El Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) es una organización privada, internacional, independiente y, supuestamente, sin fines de lucro. Fundada en 1971 por Klaus M. Schwab, un profesor de economía en Suiza, tiene como objetivo principal facilitar el intercambio de ideas entre líderes empresariales, políticos, intelectuales y sociales, para mejorar el estado del mundo e influir en las agendas industriales, regionales y globales.
Originalmente, surgió como una iniciativa de un grupo de líderes empresariales europeos con el propósito de discutir estrategias para que las empresas europeas pudieran enfrentar los desafíos del mercado internacional. Con el tiempo, se ha convertido en uno de los principales centros de referencia para el intercambio de ideas entre gobiernos, empresarios e intelectuales de talla internacional. El Foro organiza conferencias anuales en diversas partes del mundo.
Élite rica y poderosa
La más reconocida el Foro de Davos, Suiza. En el cual participan CEOs de las empresas más influyentes, jefes de estado e intelectuales de renombre internacional. Además de las asambleas, el Foro genera informes de investigación e involucra a sus miembros en iniciativas específicas de cada sector. Se le critica por privilegiar una coalición de corporaciones multinacionales, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil por encima de las estructuras democráticas clásicas. También por su poca transparencia financiera. La percepción de que es una élite mundial rica sin vínculos con las sociedades más amplias, también es controversial.
El Foro se financia a través de las contribuciones de unas mil empresas miembro, (globales con facturación significativa). Según el comité de selección del Foro son las que juegan un papel de liderazgo en la formación del futuro de sus industrias o regiones. Desde 2005, cada empresa miembro abona un arancel anual básico por membresía y un arancel anual por asamblea, (cubre la participación del Director Ejecutivo en la reunión anual en Davos).
Controversial
Sobre el Foro Económico Mundial pesa la percepción de que representa los intereses de un grupo muy selecto e influyente. En lugar de abogar por el bienestar de toda la humanidad. El evento de Davos es altamente selectivo. Con un costo de inscripción que puede llegar hasta los 625.000 dólares. Limita el acceso a una pequeña fracción de la población mundial. Es visto como una reunión de la «élite global». Dominado por hombres blancos de alta posición socioeconómica. La terminología «Davos Man» se ha utilizado para describir el tipo de hombre rico que suele asistir al evento.
Algunos críticos sostienen que los líderes que asistían a Davos antes de la crisis financiera de 2008 jugaron roles significativos en la creación de las condiciones que la crearon. Lo que alimenta la percepción de que el evento es más una reunión de aquellos que se benefician del sistema económico global.
Al WEF le exigen mayor transparencia y responsabilidad fiscal por parte de los líderes empresariales y políticos que asisten. El historiador holandés Rutger Bregman criticó a los delegados por no pagar una parte justa de impuestos. El movimiento Occupy Wall Street protestó en Davos contra la desigualdad económica. Refleja las tensiones y conflictos emergentes en torno a la forma en que el Foro gestiona la representación e inclusión en discusiones globales de alto nivel.
Negocio rentable y de familia
Klaus Schwab, cuando era un joven académico alemán, creó la primera conferencia de Davos. Convirtió el evento en una cumbre global que reúne a líderes mundiales, multimillonarios y celebridades. En sus cinco décadas como líder del Foro Económico Mundial, transformó la pequeña organización sin fines de lucro a una institución que genera más de 400 millones de dólares en ingresos anuales. Cuenta con alrededor de 1.000 empleados en Ginebra, Nueva York y otras ciudades.
El Foro Económico Mundial no solo es una organización internacional, sino también un asunto familiar. Los dos hijos de Schwab ocupan puestos de responsabilidad en la institución y su esposa es copresidenta de la Fundación Schwab para el Emprendimiento Social. Una organización hermana del Foro. Los estatutos WEF establecen que Schwab, o al menos un miembro de su familia inmediata, deben formar parte del Consejo Directivo. Además, «El propio Fundador designa a su sucesor en el Consejo Directivo».
Muchos de los empleados llegaron como jóvenes profesionales deseosos de cambiar el mundo. Algunos dijeron que se beneficiaron de su tiempo en el WEF. Conocieron a colegas intelectuales y tuvieron jefes benévolos. Otros pintaron un panorama más sombrío. En el que las mujeres son sexualizadas y cosificadas rutinariamente. Una práctica que según parte desde lo más alto de la organización.
Tóxico ambiente laboral
La prestigiosa organización se autodenomina como un motor para mejorar el estado del mundo. Sin embargo, tras bambalinas, una serie de revelaciones perturbadoras arrojan sombras sobre su reputación. Según revela una investigación del Wall Street Journal se ha generado un ambiente hostil hacia las mujeres y los negros dentro de la propia organización. La investigación se apoya en quejas internas, correos electrónicos y entrevistas con empleados actuales y pasados, así como con otras personas familiarizadas con las prácticas del Foro.
Hace algunos años, Schwab, de 82 años, decidió que el Foro necesitaba una renovación generacional. Seleccionó a un grupo de empleados de más de 50 años y ordenó a su director de recursos humanos despedirlos a todos, con el fin de reducir la edad promedio de la fuerza laboral. Cuando el director de recursos humanos, el experimentado exejecutivo del Banco Mundial, Paolo Gallo, se negó, argumentando que se necesitaba una causa justificada para despedir a alguien, Schwab lo despidió.
Schwab ha sido acusado de conductas que violarían las políticas laborales estándar de los principales socios corporativos del Foro. Por ejemplo, en 2017, seleccionó a una mujer joven para liderar una iniciativa de nuevas empresas. Después de descubrir que estaba embarazada, le dijo que no era apta para el cargo porque no podría mantener el ritmo de trabajo. Fue despedida después de lo que el Foro describió como un breve periodo de prueba.
Conducta inapropiada del Jefe
Tres mujeres que trabajaron en Ginebra en estrecha colaboración con Schwab contaron al Journal que “El Jefe”, a lo largo de varias décadas, les hizo comentarios sugerentes que las hicieron sentir incómodas. Varios otros compañeros de trabajo dijeron que estaban al tanto del comportamiento de Schwab con cada una de las mujeres. La recepcionista que trabajaba para Schwab cuenta que la invitaba a cenas y excursiones privadas. Tuvo que ser muy clara con él más de una vez sobre “qué tipo de relación quería: profesional, nada sexual”.
Myriam Boussina, quien trabajó en el Foro en la década de 1990 como asistente personal de Schwab, en un rol de manejo de empresas asociadas, dijo a WSJ que Schwab elogió su vestimenta, corte de pelo y cuerpo de una manera que era inapropiada para un lugar de trabajo y la hacía sentir incómoda. “Sabía que le gustaba y que me encontraba bonita. Todos los hombres con mucho poder creen que pueden conseguir a cualquier mujer y no les da vergüenza”, dijo Boussina.
No practica lo que predica
El Foro Económico Mundial, conocido por su reunión anual de líderes mundiales en Davos, se presenta como un defensor de la igualdad de género. Pero, las denuncias de acoso sexual, discriminación y un ambiente laboral hostil para las mujeres pintan una imagen muy diferente. El Foro publica anualmente un «Informe sobre la brecha de género mundial» que detalla los avances de varios países hacia la paridad de género.
Las denuncias de malos tratos provienen incluso de exmiembros del equipo que organizó este mismo informe. «Fue lo más decepcionante, ver la distancia entre lo que aspira el Foro y lo que sucede detrás de escena», dijo Cheryl Martin, exfuncionaria del Departamento de Energía de Estados Unidos y exalta ejecutiva del Foro.
Maternidad indeseada
El Foro Económico Mundial ha publicado varios artículos y libros blancos que resaltan la importancia de apoyar a las nuevas madres en el lugar de trabajo. Sin embargo, la política interna de la organización contradice esos postulados. Algunas empleadas han experimentado comentarios degradantes y falta de apoyo por parte de la organización. Al menos seis empleadas fueron despedidas o vieron afectadas sus carreras mientras estaban embarazadas o regresaban de su licencia de maternidad.
Una exempleada denunció que Jeremy Jurgens, lugarteniente principal de Schwab, hizo comentarios ofensivos hacia ella poco después de su regreso al trabajo tras su licencia de maternidad. Cuando la mujer se quejó ante Recursos Humanos en 2018 por acoso, se le remitió a un terapeuta y el Foro afirmó que no había ninguna denuncia procesable.
Otra empleada, Topaz Smith, vivió una situación similar. Tras dar a luz a gemelos, Smith se encontró con que su puesto había sido eliminado justo una semana antes de regresar de su licencia por maternidad. A pesar de no tener ningún problema de desempeño, solo le ofrecieron un puesto temporal de seis meses. En cuestión de semanas, el Foro contrató a un reemplazo para ocupar un puesto con el mismo título y responsabilidades que el de Smith.
“Es una institución psicológicamente violenta. No entiendo cómo tienen la credibilidad para escribir ese informe sobre la brecha de género y dictar cómo se gestionan las economías y las industrias a nivel mundial”.
Topaz Smith exempleada del FEM
Directivos protegidos
Media docena de mujeres describió haber sufrido acoso sexual por parte de altos directivos, algunos de los cuales aún trabajan en la organización. Según denunciantes y documentos revisados por el Wall Street Journal el Foro mantiene y, en algunos casos, promovió a una docena de directivos contra los que se han presentado quejas por acoso e incluso agresión sexual. Una de las víctimas, Justyna Swiatkowska, denunció que George Karam, un gerente, la había acosado sexualmente en 2018.
Swiatkowska cuenta que Karam la invitó a salir después del trabajo y la besó y tocó contra su voluntad. Tras el incidente, Swiatkowska se sintió traumatizada y con miedo de acudir a trabajar. Descubrió que no era la única mujer con una historia similar con Karam. A pesar de que el Foro afirma haber investigado el caso y despedido al gerente en una semana, Karam rápidamente encontró trabajo en un socio del Foro. Sin que se le impidiera tener contacto con el personal del mismo.
Siguen en sus puestos
Otro caso preocupante es el de Malte Godbersen, el actual jefe de tecnología y servicios digitales del Foro. En 2010, durante una campaña de vacunación contra la gripe, Godbersen se hizo pasar por médico y engañó a una joven empleada para que se quitara la camisa. Según la denuncia, Godbersen le hizo preguntas médicas y respondió afirmativamente cuando ella le preguntó si debía quitarse la camisa. La joven denunció el incidente a Recursos Humanos. Según la organización se trató de un malentendido. Godbersen se disculpó y fue reprendido.
Poco después la joven comenzó a ser criticada por su jefe, pese a los comentarios favorables de las partes interesadas externas sobre su desempeño laboral. A los pocos meses, la despidieron. Godbersen continúa en su puesto. Los demás directivos contra los que se han presentado quejas también siguen en sus cargos pese a las denuncias que pesan en su contra.
Testimonios confirman patrón
El Journal entrevistó a más de 80 empleados actuales y anteriores, quienes han trabajado en el Foro desde la década de 1980 hasta la actualidad. Muchos de ellos se han unido en un grupo de WhatsApp llamado «WEFugees», que reúne a cientos de exempleados y donde comparten experiencias que describen como traumáticas.
«Fue angustioso ver cómo los colegas se alejaban visiblemente de sí mismos ante la avalancha de acoso a manos del personal de alto nivel. Es particularmente angustioso en comparación con el entusiasmo y la seriedad con la que muchos de nosotros nos unimos al Foro».
Farid Ben Amor, exejecutivo de medios estadounidense que trabajó en el Foro por más de un año antes de renunciar en 2019
Veteranos del Foro afirman que a Schwab le gustaba contratar a gente atractiva, que normalmente formaba parte del personal del evento anual en Davos. Exejecutivos del WEF señalan que tal situación propiciaba el acoso sexual. Varios miembros del personal se quejaron ante ellos por el comportamiento inapropiado de sus superiores. Incluso existía un término para el contacto sexual entre VIP y miembros del personal: «acción blanca sobre azul». En referencia al color de las insignias que llevaban ambos grupos.
Las empleadas relatan que sus colegas, especialmente los hombres, solían hacer comentarios sobre su apariencia. «Había mucha presión para ser atractiva y usar vestidos ajustados. Nunca en mi carrera había experimentado que la apariencia fuera un tema tan importante», dijo una mujer que trabajó allí en la década de 2010.
Las jóvenes empleadas también afirmaban ser acosadas por los asistentes al evento. Una mujer recuerda que en una cumbre del WEF en África, un director ejecutivo le preguntó si quería volver a su habitación y tomar un whisky japonés especial con él. Ella se negó. Dos mujeres dijeron que fueron acosadas sexualmente hace años por figuras importantes en las reuniones del Foro, incluso en Davos. Donde se esperaba que el personal femenino estuviera completamente disponible para los delegados.
Intentos de cambio fallidos
Durante su tiempo en la junta directiva del Foro, Cheryl Martin, exfuncionaria del Departamento de Energía de EE. UU., intentó realizar cambios internos para abordar los problemas de acoso. Presionó para fortalecer el código de conducta en Davos y alentar a los empleados a denunciar cualquier acoso en el evento.
Según su testimonio, Schwab y otros miembros de la junta directiva consideraron que su defensa de la causa era una reacción exagerada. En 2018, Schwab cambió su función de una manera que la despojó de responsabilidades, personal y recursos presupuestarios. Nunca le dijo por qué. Martin renunció más tarde ese año. “Cambié lo que pude y cuando me di cuenta de que realmente no podía hacer más, renuncié”, dijo.
Racismo en Davos
A pesar de promover la diversidad, la equidad y la inclusión, el Foro Económico Mundial ha tenido dificultades para cumplir con estos ideales. Los empleados negros presentaron quejas formales ante los líderes del Foro por no ser considerados para ascensos o excluídos en Davos. Seis empleados negros relataron que fueron excluidos de ascensos y eventos importantes y de haber recibido comentarios insensibles y racistas por parte de gerentes. A algunos de ellos les informaron que no eran lo suficientemente «visibles» para los altos directivos o que necesitaban sonreír más. Según la organización los ascensos se basan en el mérito.
Kimberly Bennett, una exempleada negra que trabajaba en Ginebra y que había ayudado a dirigir el grupo de recursos para empleados negros, envió una carta a Recursos Humanos en enero de 2023. Planteaba las preocupaciones de muchos empleados sobre su exclusión de las cuotas de personal para asistir a Davos, a pesar de organizar sesiones clave allí. Bennett señaló que cuando el equipo del Foro envió personal a Davos, «todos los miembros del personal eran blancos y de Europa». A pesar de que había miembros diversos en el equipo. Bennett no recibió respuesta a su carta. Según WEF sólo la mitad de su fuerza laboral asiste a la reunión anual en Davos y la selección se basa en las necesidades del lugar.
Palabra N
En dos incidentes más recientes, los empleados presentaron quejas internas después de que los directivos blancos del Foro usaran la palabra N frente a sus empleados. Dos gerentes utilizaron la palabra N frente a las mujeres negras que trabajaban para ellos. Uno de ellos fue el antiguo jefe de operaciones de Schwab, Jean-Loup Denereaz. Varios empleados denunciaron los comentarios subidos de tono que hizo a lo largo de los años. Incluído un incidente en 2017 en el que una mujer se quejó ante sus jefes de que había hecho comentarios inapropiados en respuesta a una denuncia de acoso sexual que le presentaron. Denereaz fue despedido del Foro en 2018 después de menospreciar a una mujer negra de su equipo. El Foro reconoció que el episodio de Denereaz fue abominable y que lo despidieron a los pocos días del incidente por violar su código de conducta.
El otro incidente ocurrió en septiembre de 2022 durante un almuerzo de equipo en Ginebra. Cuando Margi Van Gogh, una gerente sudafricana, y otro compañero de trabajo blanco compartían malvaviscos cubiertos de chocolate de Dinamarca. Comentaron que los dulces solían llamarse «N-balls» en Dinamarca y tenían un nombre que sonaba similar en Sudáfrica, utilizando la palabra completa frente a una colega negra. Quien quedó ingratamente sorprendida. Planteó el problema más tarde en un correo electrónico a Van Gogh, su gerente. «Existe un entendimiento común de que el único uso adecuado de la palabra es no usarla en absoluto», escribió.
Foro defiende a Schwab
Klaus Schwab, se mantiene en silencio. El Foro rechazó que WSJ lo entrevistara y emitió un comunicado en defensa de su cultura y fundador. Pero las voces internas persisten, cuestionando si el WEF puede cumplir su noble misión mientras luego de las denuncias y acusaciones formuladas por sus exempleados. Tras la publicación del artículo Yann Zopf, portavoz del Foro, lo calificó como «erróneo». Según sus palabras «describe mal nuestra organización, nuestra cultura y nuestros colegas, incluido nuestro fundador».
Sin embargo, en sus respuestas escritas al Journal, el Foro no niega directamente las acusaciones de discriminación y acoso. En cambio, enfatiza su compromiso con un conjunto de valores éticos e insiste en la existencia de canales de denuncia confidenciales y procesos de investigación exhaustivos.
La comunicación se centra en defender a su fundador. Niega que haya establecido un límite de edad para los empleados. Asegura que Schwab colaboró con el jefe de Recursos Humanos para facilitar que las personas trabajen más allá de la edad normal de jubilación. Pero no pudo desmentir el despido masivo. Asegura que Schwab nunca ha hecho insinuaciones sexuales hacia una empleada y que las acusaciones de las mujeres eran vagas y falsas. “Señor. Schwab no tiene ni nunca ha tenido los comportamientos vulgares que ustedes describen”, dijo un portavoz del Foro.
Poco convincente
La respuesta del Foro Económico Mundial no disipa todas las dudas. Las denuncias de discriminación y acoso son graves y las explicaciones ofrecidas no son del todo convincentes. En un memorando interno, Schwab anunció su plan de dejar el cargo de presidente ejecutivo. Dijo que permanecerá como presidente no ejecutivo del consejo de administración. Según él, era parte de una transición planificada desde hace mucho tiempo. Sin embargo, el anuncio se produce poco después de la publicación del artículo y de la carta que Schwab envió al Journal expresando su preocupación por su publicación.
- Puntos clave:
- El Foro niega las acusaciones de discriminación y acoso.
- Asegura tener tolerancia cero con tales conductas y responder adecuadamente a las denuncias.
- Schwab deja el cargo de presidente ejecutivo. Pero se mantiene como presidente no ejecutivo del consejo de administración.
- Las denuncias siguen siendo graves.
- La respuesta del Foro disipa las dudas.
Queda por ver si el Foro podrá recuperar la confianza de sus empleados y del público en general. El Foro Económico Mundial que pretende dictar cátedra de cómo debe cambiar el mundo, se enfrenta a un desafío importante para restaurar su imagen y credibilidad. Deberá abordar las denuncias de manera transparente y tomar medidas concretas para demostrar que efectivamente practica lo que predica. Y garantizar un ambiente de trabajo inclusivo y respetuoso para todos sus empleados.