Médicos en Estados Unidos dieron con un fármaco capaz de combatir y vencer las formas más graves de la COVID-19. El hallazgo se produjo gracias al descubrimiento de la proteína que podría ser clave en la reacción hiperinflamatoria que produce la enfermedad, la proteína BTK.
«Inhibición de la tirosina quinasa de Bruton en pacientes con COVID-19 grave» es un avance de la medicina frente a la pandemia, que se publicó en Science Inmunology. El descubrimiento da esperanza en la consecución de un tratamiento de las formas más graves de la COVID-19, que también podría reducir la mortalidad.
Repuesta hiperinflamatoria
Los pacientes que padecen las formas más graves de la COVID-19 presentan una respuesta inmune hiperinflamatoria que activa los macrófagos (un tipo de glóbulos blancos en la sangre), lo que se ha denominado tormenta de citoquinas.
Una paciente en el hospital Walter Reed en Maryland, los Estados Unidos, presentaba una insuficiencia respiratoria muy grave y no quería ser intubada. Los descontrolados niveles de proteínas inflamatorias en la sangre indicaban que padecía los terribles efectos de la tormenta de citoquinas.
Para controlar los niveles de proteínas inflamatorias utilizaron un fármaco que inhibe la proteína BTK. La administración de acalabrutinib redujo la respuesta hiperinflamatoria del sistema inmune y aumentó su capacidad respiratoria. La paciente mejoró notablemente.
El acalabrutinib es un medicamento que se utiliza para tratar la leucemia linfocítica crónica y el linfoma linfocítico de células pequeñas. Actualmente, se estudia para tratar otros tipos de cáncer. El acalabrutinib bloquea la proteína BTK, y se cree que este bloqueo es lo que evita que las células cancerosas se multipliquen.
Pacientes con formas graves de COVID-19
Los resultados positivos en la paciente de Maryland llevaron a investigadores al Instituto Nacional de Cáncer de los Estados Unidos -que durante años se han dedicado al estudio de la proteína BTK- a contactar a la la empresa biofarmacéutica que produce el fármaco para ofrecerlo a más afectados por la enfermedad.
Entonces, el acalabrutinib se le administró a 19 pacientes hospitalizados con la COVID-19. Un total de 11 pacientes requería oxígeno suplementario, mientras que 8 necesitaban ventilación mecánica. Del grupo de los 19 pacientes, 18 mostraron un aumento en los requerimientos de oxígeno al principio del estudio.
Todos los pacientes presentaban niveles altos de proteínas inflamatorias como IL-6 (interleucina-6), CPR (proteína C reactiva) y la BTK. Los pacientes fueron tratados en 5 hospitales de los Estados Unidos entre el 20 de marzo y el 23 de abril.
Tratamiento con acalabrutinib
Los 11 enfermos que se encontraban con oxígeno suplementario recibieron una dosis de 100 mg de acalabrutinib dos veces al día durante 10 días. Los que se encontraban intubados (ventilación mecánica) recibieron las misma dosis, pero por 14 días. Los investigadores recomiendan que se suspenda la administración del fármaco en caso de que se observe toxicidad asociada con su uso, reacción que en el estudio no se observó.
De los 11 pacientes que recibían oxígeno con mascarillas, a los 10 días 8 ya no necesitaban el oxígeno suplementario y podían respirar por sí mismos. Para el 28 de mayo, 9 pacientes de este grupo salían del hospital. Sin embargo, uno seguía hospitalizado y otro había muerto. Los expertos señalan que en esta cohorte los resultados son buenos.
En el grupo de los 8 pacientes que estaban intubados, los resultados no fueron los mejores. Un total de cuatro pacientes se encuentran fuera del hospital, pero uno de ellos necesita rehabilitación. Mientras que los otros cuatro fallecieron.
Ensayos clínicos
La supervivencia de cuatro pacientes y la muerte de otros sugiere que el fármaco debería ser administrado en el momento que comienza la tormenta de citoquinas. El tratamiento con acalabrutinib debería iniciar antes de que ocurran daños graves en el organismo.
La investigación señala que los estudios clínicos revelaron que la proteína BTK probablemente aumenta la respuesta inflamatoria patológica en las formas más graves de la COVID-19. Luego de que los pacientes recibieron el tratamiento con el acalabrutinib, la oxigenación y el estado clínico mejoró relativamente rápido. Hecho que se asoció con la normalización de los marcadores inflamatorios.
El hallazgo respalda la hipótesis de que el fármaco tiene un efecto beneficioso en los pacientes al inhibir los niveles de la proteína BTK. Se espera que en los próximos días comiencen dos ensayos clínicos con 200 pacientes procedentes de los países más afectados por la pandemia: Estados Unidos, Rusia, Brasil, México, Perú y Chile.
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