La batalla por reducir las emisiones y mantener a raya el calentamiento global se gana o se pierde a diario. Los capitales globales, muchas veces, se colocan un traje de camuflaje verde para despistar sobre sus acciones y decisiones. En el Reino Unido, los principales fondos de inversión disponibles para los consumidores se promocionan a sí mismos como «sostenibles» y «éticos» mientras financian a las empresas de combustibles fósiles.
Reguladores y ambientalistas deben están atentos para denunciar o desmontar ese tipo de prácticas nocivas al medio ambiente.
Numerosos administradores de activos están utilizando términos «verdes» en su marca a pesar de invertir en gigantes petroleros. Uno de los casos más relevante por su “peor desempeño” es un fondo administrado por BlackRock, según muestra un informe de la revista Ethical Consumer.
La noticia llega en medio de un creciente escrutinio del «lavado verde» en el mundo de las inversiones. La Autoridad de Conducta Financiera actualmente está consultando sobre nuevas reglas para abordar el problema. Y HSBC recientemente prohibió una serie de anuncios por engañar a los clientes sobre los esfuerzos ambientales del banco.
Edward Lander, el autor principal del informe, detalló algunos hallazgos. “Estamos en una situación absurda en la que los administradores de activos pueden etiquetar los fondos como ‘sostenibles’ mientras siguen invirtiendo en las compañías de combustibles fósiles más grandes del mundo. La falta de regulación hace que la gestión de fondos sostenible sea un salvaje oeste”, recogió el portal DeSmog.
El 10% de los 108 fondos examinados tenían participaciones en empresas de combustibles fósiles y otro 14% no reveló todas sus participaciones. Esto impidió que los consumidores supieran si sus inversiones estaban financiando desarrollos de petróleo, gas o carbón.
¿ Fondos de inversión sostenibles?
Muchos de los fondos analizados tampoco tenían una política clara para excluir los combustibles fósiles de sus carteras o un compromiso de invertir activamente en soluciones climáticas, como la energía renovable.
La investigación utilizó los sitios web de inversión Morning Star y Trustnet para identificar fondos de inversión con términos ecológicos en su marca, como «sostenibles», «clima» y «ético». Se incluyeron fondos con más de 500 millones de euros en activos bajo gestión, así como 14 fondos específicamente enfocados en el clima investigados previamente por Ethical Consumer.
A continuación, se cotejó cada fondo con Carbon Underground 200, una lista de las empresas de combustibles fósiles más grandes del mundo, Macroclimate 30. Una lista de los 30 mayores propietarios de centrales eléctricas de carbón en economías desarrolladas, China e India, y una lista de los principales proveedores de servicios de la industria petrolera.
El fondo con la mayor cantidad de participaciones vinculadas a combustibles fósiles en su cartera fue iShares Dow Jones Global Sustainability Screened. El fondo, administrado por BlackRock, la compañía de inversión más grande del mundo, dice que está compuesto por «líderes en el campo de la sustentabilidad». A pesar de esto, posee participaciones en 17 empresas en Carbon Underground 200, incluidas Royal Dutch Shell, TotalEnergies y ConocoPhillips.
BlackRock se comprometió a apoyar la transición ecológica luego de años de críticas por su financiamiento de combustibles fósiles, pero aún parece respaldar la industria del petróleo y el gas a puerta cerrada.
Ethical Consumer recopiló datos de fuentes disponibles públicamente y de las propias empresas a partir de julio. Los fondos se clasificaron de cero a cinco. Con criterios que incluyen si la literatura del fondo contiene «un compromiso claro de excluir a las empresas que brindan servicios/infraestructura esenciales para la industria de combustibles fósiles».
Consumidores quieren que su dinero importe
Los fondos cotizados en bolsa (ETF, por sus siglas en inglés), los que se negocian en el mercado de valores, fueron la categoría de inversión de peor rendimiento en la investigación. Con el 30% de los ETF analizados invirtiendo en empresas en las tres listas que utilizó Ethical Consumer.
David Hayman es el director de Make My Money Matter. Una campaña creada por el director de cine Richard Curtis para evitar que los bancos y los fondos de pensiones financien la expansión de los combustibles fósiles. “Sabemos que los ahorradores y los ciudadanos quieren que su dinero importe. Quieren que sus pensiones y sus inversiones aborden la crisis climática, no que aviven el fuego. Pero este informe muestra la brecha entre la marca sostenible y el impacto serio. Y destaca la pesadilla que enfrentan los consumidores al navegar por el etiquetado sostenible”, dijo.
“La sostenibilidad no es una táctica de ventas y no se puede afirmar ser un líder climático. Mientras se invierten los llamados fondos verdes en los peores contaminantes del mundo”. Actualmente hay más de cuatrocientos fondos de inversión disponibles para los consumidores británicos que afirman ser sostenibles o éticos, según Ethical Consumer.
Pero la ausencia de una definición acordada para tales inversiones combinada con la falta de control regulatorio significa que los inversores podrían estar financiando combustibles fósiles que calientan el planeta sin saberlo. La investigación plantea dudas sobre si los fondos sostenibles deberían «desinvertir» de las empresas de combustibles fósiles. O adoptar una estrategia de «compromiso» en la que continúen invirtiendo en empresas e industrias altamente contaminantes. Con el objetivo de impulsarlas en una dirección más ecológica.
Algunas opciones en el mercado
Oscar Warwick Thompson dijo a DeSmog que era necesario que hubiera una fuerte supervisión de los fondos de inversión para evitar que el público fuera engañado por empresas sostenibles. Warwick es jefe de políticas y comunicaciones de la Asociación de Inversión y Finanzas Sostenibles del Reino Unido
“Si un fondo sostenible invierte una pequeña cantidad de compañías de petróleo y gas, pero busca avanzar hacia un camino más ecológico o una base más sostenible en los próximos años, entonces tal vez haya un caso para que se ponga en un fondo sostenible. Pero es necesario que existan muchas protecciones para garantizar que no engañemos al consumidor, esa es la clave”, agregó.
La investigación también encontró que el 15% de los fondos de pensión analizados estaban invertidos en empresas en Carbon Underground, Macroclimate 30. O en la lista de las diez principales infraestructuras, y otro 21% no reveló suficiente información para que los investigadores determinaran la composición de sus carteras.
Los formuladores de políticas buscan cada vez más regular lo que puede y no puede considerarse sostenible. La Unión Europea introdujo un nuevo marco importante para el sector financiero el año pasado. Pero recibió críticas por categorizar el gas y la energía nuclear como verdes.
El Reino Unido actualmente no cuenta con regulaciones para determinar qué califica como un fondo sostenible. Pero la Autoridad de Conducta Financiera (FCA) actualmente está consultando cómo abordar las «afirmaciones exageradas, engañosas o sin fundamento» que «dañan la confianza» en los productos.
Un portavoz de BlackRock dijo que ese fondo cumplía con sus propios criterios de selección. “Excluir los combustibles fósiles no forma parte de los objetivos de inversión del fondo y la compañía ofrece fondos libres de combustibles fósiles “para clientes que deseen invertir de esa manera”, comentaron.