Burguillos, un pequeño pueblo sevillano de apenas 7.000 habitantes, enfrenta una crisis sin precedentes. La sombra de una deuda millonaria amenaza con despojar al municipio de sus propiedades más preciadas, poniendo en riesgo su identidad y futuro. La tranquilidad de Burguillos se ha visto sacudida por la noticia de que un fondo de inversión, KSAC Europe Investments, ha adquirido su deuda de 27 millones de euros por tan solo 7 millones. Este movimiento ha encendido las alarmas en el ayuntamiento y entre los vecinos, ya que el fondo “buitre” ha iniciado acciones legales para embargar bienes municipales hasta saldar la deuda.
El patrimonio municipal, que incluye solares, viviendas y monte público, está en peligro de ser embargado. El ayuntamiento tiene un plazo para presentar un inventario detallado de todas sus propiedades. Entre los bienes en riesgo se encuentran el centro cultural, el pabellón deportivo, la piscina municipal, tierras agrícolas y varias viviendas. Además, la acción legal podría extenderse a bienes no tangibles como saldos bancarios y subvenciones de otras administraciones.
Para entender cómo Burguillos llegó a esta situación, es necesario remontarse al mandato de José Juan López, exalcalde del municipio entre 1995 y 2009. Durante su gestión, la empresa municipal Burguillos Natural acumuló una deuda inicial de 13,5 millones de euros, que con el tiempo y los intereses se disparó a 27 millones. López fue condenado en 2014 por delitos contra la ordenación del territorio y prevaricación urbanística.
Como buitres hambrientos
El nombre «fondos buitre» proviene de la analogía con las aves carroñeras, ya que se enfocan en empresas y estados al borde de la quiebra. Aunque su actividad es legal, a menudo se considera de dudosa ética debido a que obtienen beneficios de mercados cuya solvencia está comprometida. Son fondos de capital o de inversión de alto riesgo que compran títulos de deuda —pública o privada— de países o empresas en problemas, cercanos al default o a la quiebra. Por lo general los adquieren por el 20% a 30% de su valor nominal para posteriormente litigar en tribunales internacionales y cobrar la totalidad del valor de esa deuda. Además de los intereses por los años adeudados, sin aceptar reestructuraciones.
De esta forma, los originales tenedores de los bonos, ante un incumplimiento de los pagos inminente, están dispuestos a deshacerse de ellos por una pequeña fracción de su valor nominal. A partir de ese momento, los fondos inician un largo periplo en tribunales reclamando el pago del monto original de la deuda más intereses. Los fondos “buitre» suelen tener amplios conocimientos sobre los mercados en los que van a entrar. Además, están integrados por grandes equipos de abogados y especialistas en reestructuración de empresas. Si bien se trata de un proceso lento, cargado de trabas y complejidades, la estrategia de los fondos buitre resulta en jugosas rentabilidades.
Algunos de los más activos a nivel global y en España son Apollo Global Management, especializado en gestión inmobiliaria; Cerberus, que adquirió numerosas carteras de morosos y activos inmobiliarios en España; Blackstone, con grandes adquisiciones de viviendas sociales; Colony Capital, que se ha hecho con activos significativos en Europa; Lone Star, enfocado en activos inmobiliarios y créditos hipotecarios en España, y Intrum, gestión de carteras de deuda en el mercado español.
Nunca antes
Lo de Burguillos es una situación inédita. Aunque hay ayuntamientos mucho más endeudados, en ninguno de los casi 9.000 municipios que hay en todo el país había ocurrido algo así, según fuentes de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP) y de la FEMP. Una sentencia dictada en 2020 por el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Sevilla dio por bueno el acuerdo del pleno del Ayuntamiento de Burguillos aprobado en 2007 que ligó la suerte y las deudas de la empresa municipal al consistorio.
El fondo «buitre» lleva meses pidiendo que se ejecute esta sentencia y que el consistorio pague la deuda. Ello significa el embargo de todos los bienes tangibles o intangibles a nombre del ayuntamiento. Eso incluye también los fondos que pueda tener en los bancos, las subvenciones que están por llegar o suelos y locales municipales. Recientemente, el fondo de inversión KSAC Europe Investments, cuya empresa matriz tiene sede en Nueva York, pidió al juez que tomara medidas contra el Ayuntamiento de Burguillos por no abonarle ya la deuda millonaria que tiene contraída.
Los abogados del fondo solicitaron al juzgado que impusiera multas coercitivas o dedujera testimonio por la conducta presuntamente delictiva de las autoridades municipales por no abonar la deuda precisó el alcalde de la localidad Domingo Delgado, del PP, que debe dar solución a la herencia envenenada de décadas atrás del alcalde socialista López. Para los representantes del fondo, se podría estar incurriendo en un delito de desobediencia por no abonar la cantidad fijada en la sentencia judicial.
Presupuesto modificado
Para evitar represalias o que el ayuntamiento sea «víctima de alguna sanción económica», el alcalde ha habilitado ya una partida de 2,5 millones de euros como primer plazo para abonar la deuda. El Pleno no ha tenido más remedio que modificar su actual presupuesto. Cargó a la tesorería de la administración municipal esos recursos que sirven como primer pago de la cantidad demandada.
Este abono no es suficiente. El consistorio tendrá que poner a disposición de un juzgado todos los bienes patrimoniales del ayuntamiento, como solares, casas o parcelas rústicas. El alcalde denunció en redes sociales la situación en la que queda la institución «por un acuerdo absolutamente ilegal» adoptado por alcalde y concejales del PSOE hace 17 años. La sociedad Burguillos Natural formaba un grupo de diferentes sociedades. Dejó impagos a más de 140 entidades y varios edificios municipales sin terminar, como un pabellón o una piscina climatizada.
Debido al déficit de la empresa, los bancos ofertaron su pasivo a los fondos de inversión y fue adquirido por KSAC Europe Investments. La compraron por 7 millones de euros, ya que, en estos casos, la cantidad por la que se adquiere siempre es menor al total de lo adeudado. La localidad sevillana calcula que este año tendrá ingresos de poco más de 5 millones de euros. Esto hace inviable afrontar a corto plazo la totalidad de lo adeudado. Por ello, la corporación negocia una condonación.
Preocupación vecinal
La comunidad de Burguillos ha reaccionado con indignación y rechazo ante la posibilidad de perder su patrimonio. Los vecinos defienden que los bienes del pueblo pertenecen a ellos, quienes pagan los impuestos, y no a un fondo de inversión extranjero. La situación ha generado un ambiente de tensión y preocupación, con muchos habitantes dispuestos a luchar para proteger lo que consideran suyo por derecho. Gregorio Fernández, agricultor con más de 50 años en la zona, dijo que ve con mucha preocupación lo que está pasando. «Vienen como buitres, como los buitres que son. Esto es del pueblo, no se lo pueden llevar así como así», comentó. «Nos tenemos que aguantar», dijo otra vecina, que aseguró que se pondrán «en pie de guerra»
El alcalde indicó que el dinero que van a tener que pagar al fondo estaba previsto para «cuestiones muy necesarias para los burguilleros, concretamente a la construcción de un nuevo polideportivo al final de la calle Pepe Luna, un nuevo recinto ferial o un plan de empleo», con el que se pretendía dar trabajo a todos los desempleados del municipio. También había una partida destinada al asfaltado de varias calles.
Delgado ha pedido ayuda en busca de dinero. “En la Diputación de Sevilla nos dicen que no nos pueden dar nada», dijo el alcalde. De la Junta de Andalucía sí recibieron apoyo, pero solo pueden ofrecerle unos 5,5 millones de euros. A la par de estas diligencias, los representantes legales del fondo estaban solicitando en el juzgado medidas en contra del consistorio. Que para colmo tiene también compromisos con el Gobierno central. En total son unos 33 millones de euros. El consistorio está preparando una lista de los bienes patrimoniales municipales, como solares, casas o parcelas rústicas, pero su venta no será suficiente para pagar la deuda.