El Fondo Monetario Internacional (FMI) comienza a visualizar el fin del confinamiento. Cree prudente enmarcar la recuperación económica sobre la base de una disciplina fiscal y una inversión sostenida en el mejoramiento de la seguridad social.
El organismo observa el despertar progresivo de la actividad productiva y comercial en algunos países. Asegura que han sido las políticas fiscales las que han sostenido la emergencia sanitaria y serán las que recuperen a los países.
“Cuando finalmente cese el gran confinamiento, la posibilidad de una fuerte recuperación económica que beneficie a todos, dependerá de redes de seguridad social mejoradas y un apoyo fiscal generalizado”, señala Vitor Gaspar, director del Monitor Fiscal del FMI.
Esto incluye inversión pública en atención de la salud, infraestructura y cambio climático, sostiene el informe. Los países con altos niveles de endeudamiento tendrán que equilibrar cuidadosamente el apoyo fiscal a corto plazo para la etapa de recuperación, con la sostenibilidad de su deuda a largo plazo.
La nueva edición de Monitor Fiscal ayuda a los responsables de políticas a elegir cómo invertir para el futuro con prudencia fiscal. Adoptar políticas discrecionales bien planificadas para estimular la demanda y mejorar las redes de seguridad social y las prestaciones de desempleo.
FMI: Mejorar las redes de seguridad social
Señala el análisis que la pandemia ha demostrado el grado de vulnerabilidad de las personas y ha servido como llamada de atención.
Para garantizar que la asistencia necesaria llegue a las personas más vulnerables, es esencial mantener la lucha contra la #corrupción y prevenir el uso indebido del financiamiento de emergencia para la #COVID19. https://t.co/dAlvCE5SYJ pic.twitter.com/rMqKYcYE6m
— FMI (@FMInoticias) May 11, 2020
En respuesta, “los países han ampliado temporariamente las prestaciones de desempleo y las redes de seguridad social en diversos grados”.
Si bien algunos de estos paquetes vencen en el tiempo, “la decisión de dar carácter permanente a algunas de estas disposiciones y mejorar los sistemas de beneficios tributarios también puede estabilizar automáticamente los ingresos de las personas en caso de crisis y epidemias futuras”.
Sugiere tres puntos básicos para mejorar la seguridad social de los países:
1.- Dar una amplia cobertura y prestaciones adecuadas para grupos vulnerables con un criterio progresivo. Es decir, prestaciones más generosas para los más pobres.
2.- Preservar los incentivos del trabajo y ayudar a los beneficiarios a encontrar empleo. Así como obtener prestaciones de salud y acceder a educación y capacitación.
3.- Tratar de evitar una red compleja y fragmentada de programas de protección social que termine siendo más costosa y no beneficie a las personas de un modo justo y sistemático.
Planificar políticas sociales, de salud y ambiente
Para ayudar a que las empresas vuelvan a contratar trabajadores después de la pandemia, los gobiernos podrían planificar recortes parciales en el impuesto sobre la nómina para incentivar la contratación.
Y para estimular el gasto de consumo, pueden aplicarse reducciones del impuesto al valor agregado acotadas en el tiempo o utilizarse vales de consumo, plantea el texto del Fondo Monetario Internacional.
En términos más generales, los países pueden anticiparse legislando medidas que se activen automáticamente durante contracciones, por ejemplo algunas prestaciones sociales o desgravaciones tributarias. De esta forma, el apoyo fiscal tan necesario llegaría a la gente más rápido. Al mismo tiempo, el alcance del apoyo depende de la capacidad de un país para financiar estas medidas.
IMF researchers show that #pandemics progressively widen gap between rich&poor, as measured by the net Gini coefficient (inequality measure). Further, pandemic-related job losses disproportionately harm workers w/ only basic levels of education. https://t.co/xisXkJg7fA #IMFBlog pic.twitter.com/FXNhJJsvbi
— IMF (@IMFNews) May 11, 2020
Monitor Fiscal advierte la necesidad de una inversión pública de calidad en sistemas de salud que protejan a las personas y minimicen los riesgos de epidemias en el futuro.
Otras prioridades incluyen infraestructura, tecnologías verdes como la energía solar y eólica. Asimismo, avances en otros Objetivos de Desarrollo Sostenible tales como la educación y el acceso a agua potable y sanidad. A los precios actuales, las necesidades de inversión adicional posiblemente superen los 20 billones de dólares a nivel mundial en las dos próximas décadas.
Cuidado con las políticas fiscales
El documento insiste en apoyar la recuperación con herramientas fiscales mientras se gestionan niveles de deuda pública más elevados que requieren de un delicado equilibrio.
La pandemia y sus consecuencias económicas, junto con las respuestas dadas por las políticas, han contribuido a un importante aumento de los déficits fiscales y coeficientes de deuda pública. Cuando la pandemia remita y la economía se recupere, se espera que los coeficientes de deuda pública se estabilicen, aunque en niveles más altos.
Si la recuperación demora más de lo previsto, apunta el informe, la dinámica de la deuda podría ser más desfavorable. A medida que cede la pandemia, los países pueden apuntalar su reactivación económica con la mirada puesta en promover planes de reforma creíbles a mediano plazo.
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