Por Cambio16
06/10/2017
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El Fondo Monetario Internacional estima que «la prolongación de las tensiones y la incertidumbre relacionadas con Cataluña pueden pesar en la confianza y en las decisiones de inversión» en España. Así lo expresó Andrea Schaechter, la economista jefa de la misión del FMI en territorio español.
Schaechter considera que desde la perspectiva actual la economía española es sólida y, en conferencia telefónica con los medios de comunicación, reconoció la «exitosa» recuperación de la economía de España tras la recesión, destacando como dato relevante que el producto interior bruto (PIB) había regresado «en la primera mitad de 2017 a los niveles previos al estallido de la crisis».
Sin embargo, no quiso dejar de señalar el peligro de que esa bonanza económica se vea afectada por la crisis en Cataluña, en el marco de la presentación del informe anual sobre la economía española conocido como «Artículo IV».
Dicho informe valora las buenas perspectivas de una economía que acumulan tres años de sostenido crecimiento por encima del 3% anual, pero habrá que esperar al próximo martes 10 de octubre para ver si la incertidumbre política en Cataluña ha afectado a las perspectivas económicas de España. Ese martes, el FMI presentará sus nuevas previsiones de crecimiento global.
Nuevas previsiones
El FMI dará a conocer el próximo martes sus nuevas previsiones de crecimiento para España, que en julio pasado situó en el 3,1 % para 2017 y en el 2,4 % para 2018, en el marco de la asamblea anual del organismo que se celebrará en Washington.
Schaechter, en conferencia telefónica con los periodistas, remarcó la «exitosa» recuperación de la economía de España tras la aguda recesión y subrayó que el producto interior bruto (PIB) había regresado «en la primera mitad de 2017 a los niveles previos al estallido de la crisis».
Como causas de este sostenido repunte, con una tasa de crecimiento anual de más del 3 % en los últimos tres años (incluyendo 2017), el Fondo apuntó a «las reformas estructurales adoptadas, la moderación salarial y la resultante reducción de costes para aumentar la competitividad, favorables condiciones monetarias y externas, y la reciente relajación fiscal».
No obstante, remarcó que persisten importantes problemas como el «alto» nivel de deuda, cercano al 100 % del PIB; el «elevado paro estructural», así como «el envejecimiento de la población, que contribuye a las presiones fiscales».