Por Jerôme Vignon
Consejero en el Institut Jacques Delors y Diplomado de la
Escuela Nacional de la Estadística y Administración Económica
La crisis migratoria en Europa es un problema que viene acarreando el continente y los países miembros de la Unión en la última década. Muchos de esos movimientos están ligados a migraciones laborales que no están debidamente reguladas o a numerosas peticiones de refugio debido a los conflictos que aún azotan a países de Oriente Medio y del África subsahariana.
Los numerosos conflictos armados que persisten en amplias zonas de Oriente Medio son la causa principal de la grave crisis migratoria que se ha acentuado en los últimos años en el panorama global y europeo. La Unión Europea veía cómo le llegaban peticiones de asilo de 1,2 millones de personas en 2015, cuando las solicitudes para refugiarse en la UE tuvieron su punto más álgido. Sin embargo, los últimos datos publicados por Eurostat parecen tranquilizadores, ya que muestran que esa afluencia de requerimientos ha bajado un 12% al pasar de 654.000 en 2017 a 533.000 en, 2018, recuperando así los niveles de 2014. En España y Francia tanto las demandas como las protecciones acordadas se incrementaron en 2018.
"La Commission européenne est prisonnière d'une vision très juridique sur la question. On ne réfléchit pas en terme de quota. Il faut prendre en compte la volonté des migrants" Jérôme Vignon de @DelorsInstitute pic.twitter.com/6BMZxvvSMI
— Maison de l'Europe de Paris (@MdEuropeParis) March 26, 2019
Si en los años 2015 y 2016 las migraciones hacia el continente europeo mostraron un pico agudo de desplazamientos hacia la UE, la cuestión migratoria permanece, por sí misma, cada vez más crítica en el horizonte, tal y como certifica un análisis más preciso de las cifras. En él se observa claramente un decrecimiento en las peticiones más recientes de asilo, pero es una caída dos veces más lenta que el descenso de entradas irregulares en territorio europeo, una muestra de la persistencia de flujos secundarios
constituidos por los desplazamientos de migrantes en situación irregular en el interior del viejo continente, en busca de un país que les conceda la condición de refugiados.
Para frenar estos movimientos migratorios no regulados está el “Reglamento de Dublín” –que tiene como fin determinar qué estado miembro se hace cargo de cada solicitud de asilo realizada por una persona en suelo europeo–, pero aún así ese tipo de desplazamientos están a la orden del día. Los nuevos solicitantes, más del 60%, se inscriben indebidamente en el procedimiento de refugio a falta de una posibilidad legal de encontrar trabajo en el seno de la zona Schengen. Como había ocurrido desde el inicio de 2010, el casi cierre de la inmigración legal de trabajo complica dramáticamente la vía de asilo en Europa.
Los ciudadanos europeos constatan la amplitud de filas de espera en el sistema de refugio, así como el incremento del número de ‘sin papeles’ con las tensiones que eso supone con sobre la acogida ofrecida por los organismos sociales reservados a los más necesitados. La crisis migratoria es la cuestión más urgente en la UE, según el último Eurobarómetro.
Conférence de presse sur notre rapport « Pour une politique européenne de l’#asile, des #migrations et de la #mobilité » avec @EnricoLetta et Jérôme Vignon, ce matin à Paris.
Rapport en ligne à partir de cet après-midi. pic.twitter.com/T0vF2XwoQJ— Jacques Delors Institute (@DelorsInstitute) November 28, 2018
El sentimiento permanente sobre si pertenecer o no a la Comunidad Europea y la gestión común de los desplazamientos son ese vínculo que une fuertemente y marca a la ciudadanía europea en la actualidad. Esto ha llevado al Institut Jacques Delors a proponer en un documento de orientación una respuesta articulada y global al desafío migratorio. Esta respuesta se inspira en el proceso tan característico de Jacques Delors cuando presidía la Comisión Europea: en primer lugar la dimensión social, demográfica y económica de los problemas; en segundo lugar comunicarse con los ciudadanos sobre los esfuerzos y beneficios esperados de una reforma de políticas existentes con el objetivo de controlar de manera sostenible los flujos de migrantes; y finalmente proponer a los responsables políticos formar parte de una negociación de la que cada uno podría sacar provecho con la condición de adoptar una visión a largo plazo.
Estrategia migratoria
El Institut Jacques Delors rompe con los tanteos y ajustes que han caracterizado las acciones de la Unión Europea sobre el plan migratorio entre 2015 y 2018. Describe una verdadera estrategia europea al anticipar las evoluciones venideras acerca del plan de cambios migratorios entre la Unión y los países próximos a ella, especialmente África.
El plan describe una cadena de negociaciones y de compromisos, que apela contra las concesiones mutuas de la parte de los países miembros, evitando enconar las posturas actuales entre progresistas y populistas. Es en el fondo un programa estratégico para el periodo de 2020 a 2025, que el Consejo Europeo podría encargar a las instituciones –la Comisión y el Consejo de Ministros en cooperación con el Parlamento Europeo –. La dinámica puede ser descrita a grandes rasgos y cada etapa hace posible la siguiente:
1) Reforma principal del reglamento de Dublín: como punto de partida, una quincena de países pioneros forman una clase de sector europeo de solidaridad, que comprende los países de primera línea tales como Italia, Grecia, España, Rumanía, además de un núcleo de países pertenecientes al Oeste de Europa. Este grupo decide asumir solidariamente en función de un reparto proporcional a las capacidades y necesidades de cada uno, la mayor parte de la instrucción de peticiones de asilo recibidas en las fronteras de la UE. Este gesto vuelve a abandonar el principio de una responsabilidad confiada, en práctica, al país de primera entrada, pero que no hace más que ratificar la situación que existe de hecho actualmente donde ya quince países asumen, por sí mismos, cerca del 85% de las tareas ligadas al refugio en el seno de Europa.
De forma paralela la decisión fue tomada de una armonización efectiva de los procedimientos de asilo en el seno de esos países, bajo los auspicios de una Agencia europea de refugio cargada de la buena aplicación de reglas comunes. Este avance innovador necesita recurrir a disposiciones jurídicas excepcionales: ya sea recurrir a disposiciones resultantes del razonamiento de Cooperaciones reforzadas – permiten a un grupo compuesto de al menos nueve estados de la UE de emprender una política específica si sirviese de interés general… – o a disposiciones con base en un acuerdo específico internacional.
2) Legitimidad y eficacia incrementadas del cuerpo europeo de guardacostas y la guardia fronteriza: en contrapartida de dicho gesto, tanto los países de primera línea hoy sobrecargados, como los países no miembros del sector de solidaridad deberían poder aceptar un mayor refuerzo del sistema de gestión integrado de los controles en las fronteras. Un refuerzo como este no exige solamente nuevas medidas financieras con lo previsto por la Comisión Europea, pero sí organizar en el territorio de los países situados en las fronteras exteriores un acuerdo real para la cooperación entre el cuerpo europeo de guardias fronterizos y las respectivas autoridades nacionales: un verdadero ejercicio práctico común de soberanía que implica una puesta en marcha y una proclamación final por una instancia de tipo federal como lo es hoy el Banco Central Europeo.
L'immigration: l'enjeu central des élections européennes : "C'est un sujet pour l'Europe avant même d'être un sujet pour les nations prises séparément" ~ Jérôme Vignon, conseiller migrations à l'Institut Jacques Delors. https://t.co/qcPdGmSXLP#migration #Europeenne2019 pic.twitter.com/6wPtLK1foM
— Jacques Delors Institute (@DelorsInstitute) April 4, 2019
3) Unificación y previsibilidad de políticas nacionales de migración laboral regulada: una protección eficaz de las fronteras exteriores europeas posibilitaría una unificación más desarrollada que hoy en día de las políticas nacionales de migración profesional controlada. Dispersadas y desiguales evitan la emergencia de una oferta europea legal de inmigración de trabajo ajustada en función de las transformaciones del mercado de empleo europeo, que tengan en cuenta especialmente las nuevas formas de movilidad circular.
Dicha oferta, expresada bajo la forma de llamamientos a candidatura, a la imagen del modelo canadiense, constituiría la mejor arma contra la dominación actual de las redes de contrabandistas que prosperan dentro de la organización de flujos irregulares.
4) Una cooperación migratoria de largo plazo con los países del sur alrededor de los desplazamientos: la organización de una oferta europea de inmigración legal de trabajo se inscribiría en la perspectiva de reciprocidad de responsabilidad entre países de emigración y de inmigración esbozada por el Global Compact de Marrakech. Ella constituiría, para los europeos, un verdadero mando de cooperación constructiva con sus compañeros africanos, asiáticos y latinoamericanos. El informe propone levantar, por ejemplo, ayudas de trabajo ajustadas a las necesidades de África subsahariana, beneficiándose de la experiencia europea de reconocimiento mutuo de cualificaciones. Para no evocar las incoherencias que presenta la relación de Europa con el continente africano la unión demuestra que los flujos migratorios se controlan cada vez más y que además apoya la formación de ciertas zonas de libre circulación africana. A través de un pilotaje conjunto de los flujos de movilidad indispensables al desarrollo humano y medioambiental de la ‘joven África’, se ofrece la posibilidad de despejar la perspectiva de un porvenir común y durable entre Europa y África, teniendo en cuenta, por el hecho de que el desarrollo de países del sur se acompañara de una aumentación de tasas de emigración.
Migraciones legales de trabajo
¿De esa manera es ella plausible, cuando constatamos el crecimiento de divisiones que traspasan hoy en día el Consejo Europeo? En las negociaciones internas bruselenses circulan ideas nuevas, a pesar de que hoy en día se encuentren interrumpidas por la inactividad del Parlamento Europeo y de la Comisión Europea. La de un grupo pionero de países que haga del asilo su camino. El proyecto de la directiva comunitaria sobre la reinstalación de solicitantes de refugio a partir de lugares de acogida situados en el exterior de la Unión debería, para algunos, ser el comienzo de una organización de migraciones legales de trabajo. Queda por dar a estas ideas parciales el crecimiento de una ‘iniciativa generadora a la medida de los desafíos’, según la expresión que utilizaba Robert Schuman para indicar que el camino de Europa quedará espolvoreado de innovaciones políticas.
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