La decisión polémica del Tribunal Supremo que ha levantado ríos de tinta y la indignación de la gran mayoría de la sociedad, ha supuesto un auténtico escándalo cuyas consecuencias son todavía imprevisibles.
Retractar como se ha retractado el Alto Tribunal con una mayoría exigua de 15 a 13, y tras 48 horas de debate para revocar una sentencia anterior del mismo tribunal, es una chapuza y una irresponsabilidad que pone en entredicho a la cúpula de la justicia.
Lo que es incomprensible, es que todo este embrollo, se tenía que haber resuelto antes. Nunca después.
Todos los partidos sin excepción han rechazado la decisión del Tribunal Supremo, inclusive el PP que ha propuesto suprimir el impuesto sobre las hipotecas.
https://www.youtube.com/watch?v=W9li55pBG6U
¿Injerencias?
Ante el revuelo general, el presidente Pedro Sánchez ha salido con celeridad para anunciar que su gobierno aprobará un Decreto Ley para que sean las entidades bancarias quienes asuman estos gastos que habían caído sobre los hipotecados.
Ahora, la pregunta que nos hacemos, es si ha habido presiones o injerencias externas para que el TC cambie de criterio y dé el bandazo que ha dado. El único dato objetivo que disponemos, es que la Bolsa sufrió un auténtico varapalo, al conocerse la primera sentencia y que esta vez las ganancias han sido sustanciales al comunicarse el veredicto final del Alto Tribunal.
Que cada uno y cada cual saque sus propias conclusiones.
Carlos Lesmes, presidente del Supremo, que no ha hecho ni la menor autocrítica, achaca esta sentencia a la falta de claridad de la ley.
Carlos Lermes tiene que dimitir como lo ha propuesto Jueces para la Democracia. Dimitir por haber convocado el pleno, y dar el espectáculo que se ha dado durante dos semanas y, que ha puesto en vilo, no solo a los sectores financieros sino que a toda la opinión publica
Esta gestión nefasta es un tiro en el pie a toda la Justicia. Es una pérdida de crédito en toda regla a escasas semanas del inicio del juicio contra los líderes catalanes encarcelados.
La solvencia democrática de un país se mide en la solidez y credibilidad de sus instituciones. La Justicia es uno de sus pilares fundamentales.
Entradas anteriores:
- A vueltas con los restos de Franco
- Más que unos presupuestos
- Ultimátum interruptus
- Cloacas y podredumbre
- Los cien días
- Una Diada triste
- Una rentrée endiablada
- Por fin
- Dejen a las víctimas en paz
- Que nadie utilice la inmigración
- Casado, pata negra
- “Les bleus” multicolor
- El valor del diálogo
- Sacar a Franco
- Efecto Huida
- Sánchez viento en popa
- Sánchez, presidente
- Elecciones o elecciones