El acuerdo inédito en los Presupuesto General del Estado entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias ha encendido muchas alarmas. Sobre todo en los partidos de la oposición.
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Este pacto entre el Partido Socialista y Podemos, inimaginable hace solo pocos meses, pende todavía de un hilo porque los nacionalistas vascos y sobre todo los catalanes tienen la llave para su aprobación definitiva.
Fuera de las circunstancias y de los intereses de unos y otros y de las presiones que se van a ejercer, el Gobierno de Sánchez, que se la juega, tiene las cuentas del Estado encarriladas porque es más que probable que la Comisión Europea, dé finalmente su visto bueno y porque en Bruselas están mas preocupados con lo que pase en Italia que en nuestro propio país.
Lo que pretenden Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, es de dar un giro social a los presupuestos. Un giro social necesario y que va dirigido a los más necesitados.
Los 5.000 millones, que se pretenden destinar a los que más han sufrido los efectos de la crisis; la subida del salario mínimo, de las pensiones o el gasto que se pretende adjudicar a la dependencia, la educación o la sanidad no debería ser rechazada por nadie.
Sin embargo, y cuando se habla de las cuentas y de sus gastos, hay que referirse también a los ingresos; y es ahí quizás el talón de Aquiles del actual Gobierno.
Segundas lecturas del Presupuesto
Ahora bien, nadie puede llamar al apocalipsis cuando se trata, al fin y al cabo de subir solamente el 0,5 % del PIB. Tampoco nos vamos a parecer a Venezuela, cuando lo que se pretende es acercarnos a Dinamarca. No podemos olvidar que en España hay 10 millones de personas con una renta por debajo del umbral de la pobreza.
El acuerdo presupuestario puede tener también una segunda lectura, y es lo que Pedro Sánchez vislumbra, para mantenerse en la Moncloa, y llegar si es posible, sin demasiadas complicaciones a convocar elecciones generales para el próximo otoño. Sánchez podría esbozar un programa electoral que coincida con el de Pablo Iglesias, pero esto es otra historia que solo desvelarán los distintos acontecimientos políticos que se produzcan en los próximos meses o semanas.
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