Por Gorka Landaburu
14/03/2018
Llevamos varios días consternados, conmocionados, sin palabras y sobre todo con una rabia inmensa. La trágica noticia del descubrimiento del cadáver del pequeño Gabriel ha puesto en vilo a todo el país. Es el mal absoluto.
El mal absoluto
Todos estos sentimiento de impotencia se incrementan y se amplían cuando se trata de un menor. El mal absoluto se ha cebado en él. Un niño de ocho años que con su inocencia y su sonrisa solo pretendía vivir y traer alegría.
Su asesinato además de cruel e injusto es el mal absoluto. Es la demostración del horror y la degradación que es capaz de cometer un ser humano.
La presunta culpable, Ana Julia Quezada, compañera del padre del niño, detenida por la Guardia Civil deberá explicar las causas de su crimen horrendo. Y pagar con todas sus consecuencias.
Prisión permanente
Este asesinato ha vuelto a abrir el debate sobre la prisión permanente revisable apoyada por el PP. Una medida penal que al fin y al cabo es una cadena perpetua encubierta.
Quizás sea exactamente esto, lo que nos pida el cuerpo. Pero es muy peligroso y hasta contraproducente debatir y legislar en caliente. Y, además, con todo un país conmocionado todavía por el asesinato de Gabriel.
Estamos a la espera de lo que dictamine el Tribunal Constitucional sobre este tema. Mientras tanto, no debemos olvidar que España tiene una de las tasas de homicidios mas bajas del mundo con poca criminalidad. Pero las penas de cárcel son mucho mas duras que en los países de nuestro entorno y aplicar la justicia nada tiene que ver con el sentimiento de venganza.
Morbo y amarillismo
Otro de los temas de preocupación es el tratamiento de los medios de comunicación sobre el asesinato del pequeño Gabriel. Hemos comprobado que a menudo se confunde la información con el amarillismo de la morbosidad.
Todos tenemos que quedarnos con la entereza y la integridad de la madre del pequeño Gabriel. Nos ha dado toda una lección con sus palabras.
“Si algo ha conseguido Gabriel es que estemos más unidos. No quiero que todo termine con la rabia que esta mujer ha sembrado”.
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