El éxito de Finlandia es discreto. Mientras los países europeos endurecen las medidas para frenar una segunda ola de la COVID-19 que ha sembrado la desesperación en varios países, en Finlandia baja la tasa de infecciones.
Opacados por su vecino sueco que se ha llevado la atención del mundo por su estrategia de no confinar ni poder medidas, los finlandeses han conseguido mantener los niveles de infección cinco veces por debajo de la media de la Unión Europea. Además de una de las tasas más bajas de letalidad en el continente.
Durante los últimos 14 días Finlandia ha registrado solo 45,7 nuevos casos por 100.000 habitantes, la tasa más baja de la UE, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.
La estrategia detrás del éxito
De acuerdo con el World Happiness Report de este 2020, Finlandia es el país más feliz del planeta. Y desde que empezó la pandemia, a los 5,5 millones de habitantes no les han faltado mascarillas, batas sanitarias ni respiradores. La situación pasó por un momento de alarma cuando aumentaron rápidamente los casos a principios de octubre. Pero ahora, un mes después, parece que el pico finalmente ha pasado.
Las autoridades sanitarias explican que esta rápida acción se debe a las medidas del Gobierno de la primera ministra finlandesa, Sanna Marin, que instauró un semiconfinamiento en el mes de marzo y prohibió los desplazamientos desde y hacia la capital. Una vez que terminaron estas restricciones, se hizo hincapié en el establecimiento de sistemas eficaces para diagnosticar y trazabilidad con una aplicación.
Actualmente la app se utiliza en todo el país. La han descargado 2,5 millones de veces, eludiendo los problemas de confidencialidad o funcionamiento frecuentes en otros países de Europa.
Los finlandeses y el confinamiento
La evolución de la pandemia en Finlandia tiene que ver con las medidas de prevención que adoptó el Gobierno. El 16 de marzo se empezaron las restricciones de contención nacional después de haberse declarado el estado de emergencia nacional. En ese momento el Gobierno emitió algunas pautas administrativas, decretos y proyectos de ley que también estaban acompañados de recomendaciones para el distanciamiento físico, trabajo a distancia y una mayor higiene. El objetivo era disminuir la transmisión del virus y la población respetó ampliamente la medidas.
En una primera instancia se prohibieron reuniones de más de 10 personas y visitas a hospitales y hogares de ancianos. Además, se cerraron las instituciones educativas y lugares como museos y bibliotecas. También se ordenó a las personas que regresaban del extranjero a mantenerse en cuarentena por dos semanas.
Poco después, el Parlamento activó las competencias gubernamentales previstas en la ley de poderes de emergencia y como consecuencia Finlandia cerró sus fronteras para la mayoría de los viajes. Asimismo, se ordenó el cierre de restaurantes y se les permitió solo vender comidas para llevar desde principios de abril hasta finales de mayo.
De acuerdo con un estudio del Parlamento Europeo realizado a finales de octubre, un cuarto de los finlandeses estiman que el confinamiento ha mejorado sus vidas. Una característica que convierte a Finlandia en el país más positivo de Europa respecto a las restricciones.
Quizás tiene que ver con la facilidad para trabajar en una sociedad altamente digitalizada, como lo es el país nórdico. Su economía está estructurada también para que no sea necesario que una gran parte de la mano de obra esté presente en su lugar de trabajo.
Otras estrategias exitosas de Finlandia
Además de todas las medidas que se tomaron y que sus habitantes cumplieron al pie de la letra, en Finlandia un grupo de investigadores iniciaron un proyecto de perros rastreadores, entrenados para detectar a personas infectadas con la COVID-19.
Tres perros, Kössi, ET y Miina olfateraon al menos a 2.200 pasajeros hasta finales de octubre desde que se instaló la cabina de prueba en la sala de llegadas al aeropuerto de Helsinki a finales de septiembre. Detectaron el virus en el 0,6% de los viajeros.
El experimento continuará hasta diciembre. El equipo que lidera el proyecto afirma que los primeros resultados parecen conformes con las tasas de detección de las pruebas RCP que también han efectuado en viajeros voluntarios a su llegada.
Entre 16.000 y 17.000 pruebas que han hecho, menos del 1% es positivo, de acuerdo con el alcalde de Helsinki, Timo Aronkytö. Comparado con los resultados que obtuvieron con los perros, las pruebas RCP son «casi idénticas».
Todavía los investigadores se encuentran analizando en qué medida los dos metodos coinciden. Esperan publicar sus conclusiones a finales de año, pero los experimentos que realizaron durante la primera ola a principios de año arrojaron que los perros pueden detectar la COVID-19 con una precisión de casi 100% y hasta cinco días antes que una prueba RCP.
Seguir adelante a pesar de los cambios, el lema de los finlandeses
Durante estos días los transeúntes caminan por las calles de la capital. Pocos usan mascarilla, pese a que las autoridades lo han recomendado. Eso sí, las reuniones sociales se han reducido considerablemente.
En Punavuori, en el centro de la capital, algunos trabajadores reforman las terrazas de sus restaurantes o en locales comerciales para ajustarlos con nuevas medidas de distanciamiento social. En las primeras instalan pantallas de vidrios para separar las mesas y recibir a los clientes con seguridad.
Los restaurantes no deben superar el 50% del aforo en el interior y las horas de apertura se han reducido. En cambio, no hay restricciones en el exterior y los protectores instalados en las terrazas han permitido volver a contratar a más personal, pues el sector resultó afectado al principio de la pandemia.
Se trata de seguir adelante y encontrar nuevas formas de hacerle frente a la vida cotidiana. Ahora con nuevos retos.
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