Filomena y su ola de frío extremo (con regalo de nieve incluido) ha dejado al descubierto las fallas que en materia de planificación urbana y de servicios tiene España en general y que se evidencia, principalmente, en las ciudades más afectadas por el inusual clima, como Madrid. Las muestras son muchas.
El tránsito y la vialidad colapsaron sin que hubiese una respuesta rápida y eficaz. El descenso en la generación de renovables y el incremento de la demanda eléctrica han disparado el consumo de combustibles fósiles y, con ello, las emisiones de CO2 y los precios. El más reciente efecto de la borrasca han sido las recurrentes caídas de la telefonía y de Internet en varias regiones de la península.
Y aquí no hay excepciones. Todas las grandes proveedoras de servicios de voz y datos han presentado fallas, en mayor o menor medida. Las empresas insisten en que los sistemas están preparados para soportar fríos extremos, pero los hechos no les dan la razón.
Caída eléctrica y de telefonía
La semana pasada, una avería del suministrador eléctrico Iberdrola causó cortes del servicio de Internet que Movistar presta en el distrito Centro de Madrid, Chamartín y Barrio del Pilar. La avería afectó a más de 30.000 clientes. Luego de más de 20 horas se restableció la conexión, pero al rato el problema volvió.
Los fallos también afectaron a otras telecos, como Vodafone y MásMóvil. No obstante, ambas empresas calificaron los problemas como de menor magnitud. Estar sin teléfono ni Internet veinte horas es de menor magnitud, ¿debe ser de un década?
Finalmente, Telefónica informó a través de Twitter que «el servicio se va restableciendo progresivamente y nuestro equipo nos confirma que la incidencia, si no hay un contratiempo adicional, quedó resuelta para los clientes afectados».
Sin embargo, y aunque los casos de esta zona de Madrid fueron los más graves, hubo reportes de que Movistar habría estado sufriendo problemas similares en diferentes puntos de España, como Valencia, aunque sin que la red se cayera de manera general.
De acuerdo con las quejas de los usuarios en redes sociales, no había acceso a Internet mediante ADLS o fibra. Tampoco llamadas desde el teléfono fijo. En cambio, la caída no parecía afectar a las líneas móviles de Movistar, o si lo hacía, era en una menor proporción.
Fallas en MásMóvil
Igualmente, fueron reportados problemas de conexión de Internet por los usuarios de las principales operadoras del Grupo MásMóvil, como la propia MásMóvil, Yoigo o Pepephone, en varias zonas de España. Fue afectada la conexión de Internet, pero no la telefonía móvil.
El Grupo MásMóvil no confirmó si las fallas tuvieron que ver con el temporal y la nieve. Horas más tarde, la fibra de Pepephone, Yoigo y MásMóvil funcionó con normalidad. Los problemas han quedado resueltos, por los momentos.
No termina allí elimpacto de Filomena
Los número son evidentes en cuanto a las recurrentes fallas en Internet y telefonía. Orange reconoció 2.000 intervenciones en más de 700 estaciones de telefonía de su red. Asegura que no afectó a los usuarios, ¿a quién, entonces?
Vodafone iguala la cifra. También se ha atendido 2.000 incidencias en diferentes puntos de la península. Para Cellnex han sido 669 operaciones y la mayoría relacionadas con la señal de televisión y la conectividad móvil.
Telefónica lleva la delantera. Atendió 2.500 incidencias. También manifestó que la gran mayoría de los clientes no sintieron los efectos. Las fallas que se reportaron como las de Madrid y Valencia fueron menores a la cantidad de incidencias que debieron atender.
Mayor consumo
España, como el resto del mundo, vivió en 2020 un incremento significativo del consumo de datos, producto de la pandemia del coronavirus y las medidas de confinamiento que le siguieron. La necesidad de estar informados y la imposibilidad de salir de casa implosionaron el tráfico en las redes.
Con la llegada de Filomena, las familias se han visto obligadas nuevamente a confinarse. Sin poder acudir a trabajar, con los más jóvenes en casa. La energía para las tareas vitales (cocinar, lavar o calentar la vivienda), para teleestudiar, así como los recursos digitales necesarios establecen se ha multiplicado una vez más.
En el caso concreto de las telecomunicaciones, algunas cifras comienzan a aparecer. Vodafone, por ejemplo, reporta un aumento de 12,8% del tráfico de la red fija y 13% en el servicio de voz. Orange se ubica en los mismos niveles, con un aumento del pico de tráfico de un 12%. Las cifras son más altas, incluso, que las del confinamiento de marzo.
En cuanto a los servicios, la mayor subida de tráfico se la llevaron los «streaming» de Netflix, Amazon y Twitch. WhatsApp también se benefició de la tormenta. El envío de vídeos y fotografías con Filomena y sus consecuencias fue masivo.
Filomena contra la planificación urbana
La pandemia ha ido avanzando y, poco a poco, ha habido una relativa normalización de las actividades (aunque sin regresar a los niveles prepandémicos). Pero Filomena ha puesto a prueba la planificación urbana. La borrasca trajo consigo la mayor ola de frío y nevadas en décadas. Ciudades atrapadas por la nieve, problemas en infraestructuras, imposibilidad de accesos a transportes, servicios básicos y logística, y el cierre de centros educativos, autopistas cortadas, hospitales sin acceso, la dispensa vacía.
Al igual que en el caso de la pandemia, la respuesta se ha quedó corta. Por ahora, el único consuelo es que los expertos dicen que una nevada igual no volverá a ocurrir en lo que resta de siglo. Habrá que preguntarle al cambio climático. Si no se avanza más en la planificación urbana, la suerte sería la única herramienta con la que contaremos ante la próxima borrasca sin importar qué nombre le pongan.
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