Por Efe
(Actualizado) 14/08/2016
Fidel Castro apareció en público por primera vez desde abril pasado y eligió para hacerlo una actuación infantil con motivo de su 90 cumpleaños, día en que también publicó en los medios estatales su «Reflexión» más íntima hasta la fecha, plagada de recuerdos de infancia.
Ataviado con chándal, el atuendo característico que luce desde su retirada del poder, Castro entró en el teatro Karl Marx de La Habana a las 18.03 hora local (22.03 GMT) entre aplausos encendidos y gritos de «Fidel, Fidel, Fidel» y «felicidades padre», y asistió a una actuación infantil desde un butacón.
El exmandatario, de aspecto frágil, y asistido en ocasiones para mantenerse erguido, estuvo flanqueado por su hermano, el presidente Raúl Castro, y por el gobernante venezolano, Nicolás Maduro, desde el viernes en la isla para asistir a la celebración.
Castro había compartido en la más reciente de sus «Reflexiones» escenas de su niñez, sobre la figura del padre y los paisajes de su Birán natal. Aunque también aborda temas como las armas nucleares, el problema de la superpoblación mundial y no se deja en el tintero una crítica al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el escrito publicado este sábado por la prensa oficial es uno de los más personales y extensos escritos por el líder de la Revolución Cubana.
«Mañana cumpliré 90 años. Nací en un territorio llamado Birán, en la región oriental de Cuba. Con ese nombre se le conoce, aunque nunca haya aparecido en un mapa», comienza el artículo, uno de los muchos, aunque cada vez más esporádicos, que ha escrito Castro desde que hace una década la salud le obligó a delegar el poder en su hermano Raúl.
Recuerda también de su infancia los «muy duros» años del hambre para los cubanos, un viaje en el que acompañó a su padre, el español Ángel Castro, y la muerte de éste poco antes de la Revolución y tras sufrir «bastante» por la ausencia de sus hijos.
En el día en que se estrena como nonagenario, Castro hace también un llamado a la paz, alerta de la superpoblación como el mayor riesgo al que se enfrenta la humanidad y alude con sorna a los centenares de veces en que su otrora enemigo acérrimo quiso liquidarlo. «Yo casi me reía con los planes maquiavélicos de los presidentes de Estados Unidos», escribe.
Así, en un mismo día, los cubanos desayunaron con una nueva reflexión de Fidel y fueron después testigos de otra de sus contadísimas apariciones públicas, que son recibidas como «pruebas de vida» ante los constantes rumores sobre su muerte que periódicamente se difunden en las redes sociales.
La posibilidad de que el líder de la Revolución se dejara ver en una fecha tan señalada se ponderaba desde hace semanas. El comandante no aparecía en público desde abril pasado, cuando intervino en el séptimo Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC, único) con un discurso que sonó a despedida.
Los festejos comenzaron hace meses en la isla caribeña en forma de exposiciones, libros, artículos y obsequios que compiten en originalidad, como el habano más largo del mundo (90 metros) o una subida al pico más alto de Cuba.