Andrew Young, icono de los derechos civiles en EE UU y colaborador cercano de Martin Luther King en la lucha por los derechos civiles y por la igualdad racial en ese país, recibió de manos del rey Felipe VI el Premio Mundial de la Paz y la Libertad, que concede la Asociación Mundial de Juristas (WJA, siglas en inglés). El galardón reconoce su labor internacional a favor del “progreso social, político y económico de los oprimidos de todo el mundo”.
Young, de 91 años de edad, político, diplomático y director ejecutivo de la Conferencia de Liderazgo Cristiano del Sur, fue alcalde de Atlanta entre 1982 y 1990 y el primer embajador afroamericano de estadounidense ante la ONU. Además, en los años sesenta acompañó a Luther King, y participó en la redacción de la Ley de Derechos Civiles de 1964 y en la Ley de Derecho al Voto de 1965 de EE UU. Estaba con King cuando fue asesinado en 1968.
La entrega «Nobel del Derecho», como se le llama en el mundo de los letrados, se efectuó en la sede de la asociación de juristas en Madrid. En presencia del comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, la ministra española de Justicia, Pilar Llop, y el presidente de la WJA, el español Javier Cremades, entre otros.
El Premio Mundial de la Paz y la Libertad ha recaído en personajes históricos como el británico Winston Churchill, el sudafricano Nelson Mandela, el francés René Cassin, padre de la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU, y el rey Felipe VI, que lo recibió en 2019.
Andrew Young, premio Mundial de la Paz y la Libertad
Al entregarle la estatuilla, el monarca distinguió la trayectoria de Andrew Young. “Ha contribuido a cambiar a mejor el curso de la historia de Estados Unidos. Y lo hizo con su propia experiencia y con el esfuerzo de toda una vida. El servicio a los demás ha definido su carrera siempre con un espíritu de humildad, pacifismo y serenidad”, resaltó.
Antes de recibir el actual reconocimiento global, Young fue distinguido con el Four Freedoms Award-Freedom of Worship Spingarn Medal (1978) y, la Medalla Presidencial de la Libertad (1981), entre otros.
En el podio Young manifestó su agradecimiento a los asistentes y al jurado. “Estoy dispuesto a seguir dándole duro, con la confianza y la fe en la justicia y esa voluntad de trabajar en favor del derecho”, asentó
El presidente de la WJA , Javier Cremades, expresó que Young “es un líder de la lucha de los derechos civiles y su batalla por los derechos humanos es parte de la historia contemporánea de Estados Unidos y del mundo”. Añadió que “Young ha sido a lo largo de toda su carrera profesional un ejemplo para la humanidad por su defensa del Estado de Derecho”.
El expresidente de República Dominicana Leonel Fernández exaltó a Young por ser “una poderosa voz para la paz, un verdadero modelo para todos los que persiguen la prosperidad y el bienestar”. Dijo que su liderazgo y su incansable dedicación en favor de la dignidad humana, la justicia y la igualdad es un ejemplo inspira. «Que Dios le bendiga» concluyó.
La democracia está seriamente amenazada
Felipe VI en su intervención dijo que durante 60 años, la Asociación ha realizado un trabajo excepcional. «Movilizando a la comunidad jurídica internacional en una campaña global para promover una gobernanza de las leyes, el Estado de derecho. No el imperio de las decisiones arbitrarias, el autoritarismo y la brutalidad. No a la tiranía», subrayó.
El rey defendió la importancia tanto de un poder judicial independiente como de la separación de poderes a los fines de preservar “el mejor modelo que la civilización para garantizar la coexistencia pacífica: un Estado constitucional y democrático de Derecho”. Manifestó que después de quince meses de la agresión rusa en Ucrania, urge abrazar la ley en un mundo cada vez más turbulento.
«Las repercusiones y el impacto global de este conflicto están obviamente afectando a la paz y la seguridad internacionales. La democracia está también seriamente amenazada. Muchos lugares del mundo están sufriendo la erosión en el funcionamiento y la lealtad a la democracia, lo que erosiona el imperio de la ley. Por consiguiente, es urgente que la defendamos”, enfatizó.
Dijo que se trata de una tarea de todos los que creen “en los derechos humanos, la separación de poderes, la independencia judicial, el respeto a la integridad territorial de los Estados y la resolución pacífica de los conflictos a través de la ley”.
Insistió en que está en juego la preservación del mejor modelo de civilización que jamás ha habido para garantizar la convivencia pacífica. «Un Estado constitucional y democrático bajo el Estado de derecho. Nuestro compromiso con estos principios es lo que nos define y lo que nos une. No puede haber mayor compromiso”, finalizó