Cádiz, una antigua ciudad portuaria en el suroeste de España, se convirtió este lunes y, por cuatro días, en la capital del Congreso para la Lengua Española. Entre sus callejas, torres y desbordante historia, unos 300 expertos internacionales analizarán la situación, el patrimonio y los retos de un idioma común que comparten casi 500 millones de hablantes en el mundo.
La localidad andaluza se convirtió en anfitriona de académicos, escritores, lingüistas, periodistas, editores, profesores y científicos. El encuentro, segundo que se realiza en España, tras la edición de 2001 en Valladolid, reúne a estos especialistas bajo el lema ‘Lengua española, mestizaje e interculturalidad. Historia y futuro’.
La IX edición del Congreso Internacional de la Lengua Española fue inaugurada por don Felipe y doña Letizia, en el Gran Teatro Falla. El monarca señaló que “la lengua nos une ahora y, por tanto, es un proyecto de futuro para el mañana. Tenemos que saber aprovechar el momento y esta es la hora del español. Con todas sus voces, sus giros y matices, con todos sus acentos, con toda su riqueza y diversidad”.
Felipe VI destacó que el siglo XXI “debe ser el siglo del español”. Manifestó que no se puede “dejar pasar la oportunidad que la historia le pone por delante a la lengua española».
Al acto de apertura asistieron también sus organizadores: el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero. El director de la Real Academia Española y presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española, Santiago Muñoz Machado. Así como el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares y, entre otros, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno.
Un Congreso para la Lengua Española
Felipe VI se refirió al mestizaje –tema central del Congreso– recordando que América es un continente “en el que se pueden atravesar sus diferentes y diversas naciones de Norte a Sur. Sin cambiar de idioma: el español, con toda su rica variedad, que hace nuestra lengua un idioma vivo», comentó. Luego puso en cifras el valor del español.
Confió que es el segundo idioma materno más hablado del mundo, tras el chino mandarín, y la segunda lengua de comunicación internacional, únicamente superada por el inglés. “El español es una lengua mestiza desde sus orígenes. Y este mestizaje trasciende a la convivencia social, a la enseñanza y a todo el mundo cultural”, subrayó.
El monarca celebró que en este Congreso para la Lengua Española, que se prolongará hasta el 30 de marzo, se escucharán palabras del náhuatl, el quiché, el quechua o el guaraní. Y lo catalogó como “el acontecimiento más relevante del idioma español”.
Los reyes recorrieron exposiciones organizadas por el Instituto Cervantes y la AECID en Casa de Iberoamérica. Entre ellas, ‘Libros y autores del Virreinato de Perú’, que reúne publicaciones y manuscritos de una entidad que irradió la cultura en el subcontinente, en la que colaboró el Centro Cultural Inca Garcilaso.
A este congreso de la lengua española asisten escritores como Sergio Ramírez, premio Cervantes 2017, y Gioconda Belli (Nicaragua). Juan Villoro y Gonzalo Celorio (México); Hugo Mújica y Martín Caparrós (Argentina); Héctor Abad Faciolince (Colombia). Alonso Cueto, Fernando Iwasaki, Jorge Eduardo Benavides y Santiago Roncagliolo (Perú). Carlos Franz (Chile); Horacio Castellanos Moya (El Salvador), Juan Carlos Chirinos (Venezuela), Giannina Barschi (Puerto Rico, EE UU), integrante del Comité Editorial de Cambio16. Y los españoles José Enrique Ruiz-Domènec, Daniel Cassany, Enrique Vila-Matas, Carmen Posadas y María Dueñas, entre otros.
El español, un mosaico mestizo lleno de color y de matices
Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, considera un honor participar de ese encuentro universal y “hacerlo rodeado de tan buenos amigos como son los paladines de la lengua más bella, diversa y viva del mundo. De esta lengua que durante los cinco últimos siglos ha venido forjando un cinturón de fraternidad y afinidad alrededor de toda la tierra”.
El presidente de la Junta agregó que, “en un mundo globalizado” como el actual, “hace ya mucho tiempo que habla un mismo idioma”, una lengua que “hablamos y construimos juntos” y que “consagra nuestro parecido pero también nuestras diferencias. Es la que nos convierte en un inmenso mosaico, un mosaico mestizo lleno de color y de matices”.
Moreno tuvo palabras de afecto para los miembros de todas las academias de la lengua española presentes. Así como para los vecinos de Arequipa (Perú), donde en un principio iba a celebrarse este Congreso. “Ellos son nuestros paisanos en la lengua, que es lo mismo que serlo en los pensamientos, en las emociones y en la visión de la vida”, dijo.
Comentó la conexión entre la ciudad peruana con Cádiz, donde Arequipa es considerada una “Ciudad Blanca como blancos son los pueblos de Cádiz”. Y es llamada “el León del Sur como león del sur fue esta ciudad, que detuvo a Napoleón. Mientras de puertas para adentro redactaba una constitución histórica que hablaba de libertad con acento andaluz y en un perfecto, variado y riquísimo español”.
La autoridad andaluza hizo votos por el éxito del Congreso, que sus debates “sean el alimento que ayude a seguir creciendo y fortaleciendo ese gran cuerpo vivo que es la comunidad hispanohablante”. “Ustedes tienen la magia, tienen la palabra, una vez más, hagámoslo posible”.
La lengua es mi patria
Una de las intervenciones más esperadas ha sido la del Premio Cervantes 2017, Sergio Ramírez. Se centró en la eterna obsesión de los “tiranos” por perseguir a la palabra, a la imaginación y al pensamiento. Y advirtió: “La lengua que nadie puede quitarme y de la que nadie puede desterrarme. La lengua que es mi patria”, recogió La Jornada de México.
El discurso del escritor nicaragüense fue el más aplaudido, no sólo por su contenido, sino también porque se convirtió en un homenaje improvisado de solidaridad. Por la reciente persecución política a la que está siendo sometido por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que le condenó a la expatriación, la expulsión y la confiscación de sus bienes.
Además, Ramírez advirtió que “las armas han cobrado siempre su precio a las letras que pugnan por la libertad porque el oficio de escribir es libre por naturaleza. Y el poder, cuando quiere ser absoluto, mal disimula su inquina contra la imaginación, que es libre y es crítica del poder, y contradictoria y rebelde a las servidumbres por naturaleza”.
Añadió que “la palabra múltiple contraria a la palabra única. Las tiranías castigan las burlas y ficciones de las novelas mandando prohibirlas y quien las escribe debe pagar con el destierro. Y enfrentar la pretensión de que te quieran quitar tu país, borrar tu fecha y lugar de nacimiento, tu memoria y tu pasado. Y tus palabras porque en el delirio de las arbitrariedades caprichosas que se adueñan de la cabeza de los tiranos creen suya la facultad de hacerte desaparecer”.
La lengua de todos, gran comunidad
Esta jornada estará dirigida a reflexionar sobre los retos actuales y futuros de la lengua española, impulsar la relación con América Latina. Consolidar el español como lengua de prestigio en la diplomacia y como lengua protagonista en las relaciones internacionales. O posicionar el idioma en la ciencia y en el núcleo central de la Inteligencia Artificial.
Asimismo, los expertos abordarán el mestizaje de la comunidad hispanohablante, el multilingüismo, las lenguas originarias de América. También la hibridación del español y el inglés, las literaturas nacionales, el uso literario del «espanglish» en América. O la lengua y la inteligencia artificial serán algunos de los asuntos que abordará este congreso.
Asimismo habrá temas relacionados con su sede como la influencia de la Constitución de Cádiz de 1812 o el habla viva de los gaditanos.
Los debates académicos estarán rodeados de una intensa agenda cultural para celebrar la cultura hispana con música, teatro, poesía y arte. Comenzó este lunes con el espectáculo «Tempo de Luz», en el que tres referentes del cante, Carmen Linares, Marina Heredia y Arcángel, ofrecerán un repertorio flamenco desde sus raíces hasta las propuestas más innovadoras. Acompañados al baile de Ana Morales, Premio Nacional de Danza 2022.