Por Elena García Quevedo
16/05/2016
Sus palabras motivan, invitan a hacerse preguntas y señalan caminos para hacer frente al tiempo en el que estamos y salir airosos en ellos. Ex director general de la Unesco, destacado político, rector, profesor y científico, Federico Mayor Zaragoza ha sido pieza clave en el engranaje mundial del s.XX. Firmante de libros como Reacciona, asegura que estamos alcanzando lugares de no retorno en temas básicos como la habitabilidad del planeta pero también que aún estamos a tiempo de cambiar de rumbo. Invita a escuchar, a no aceptar lo inaceptable y a apropiarse del tiempo como claves para el cambio. Su frase: “En mi mismo mando yo”.
¿Qué hacer para cambiar el rumbo en este sistema que arrastra?
Propongo la reapropiación del tiempo, que cada día logremos tener diez minutos para pensar y decidir por nosotros mismos. También diría lo de Stephane Hessel que dice indignaos pero implicaros. ¡No puede ser que sólo seamos espectadores cuando estamos ante la posibilidad de que lleguemos al punto de no retorno y que tengamos que ofrecer a nuestros descendientes un legado reducido de habitabilidad de la tierra! Hay puntos de no retorno y no podemos ser sólo espectadores sino que nos tenemos que implicar.
¿Qué papel tienen los medios de comunicación?
El inmenso poder económico hace que el poder mediático esté sometido. A mi me gusta el fútbol pero está claro que está planteado en los medios para llevar nuestras emociones a la obcecación. Tenemos ahora que apropiarnos de nuestro tiempo. Rigoberta Menchu decía: «Perdona amanecer por no haberte recibido como mereces». Decir cada mañana qué voy a hacer y qué no me da esta libertad, esta responsabilidad y me permite pensar en los demás.
Suele hablar de la importancia de educar para ser libres y responsables y desde su dirección de la Unesco apostó por ello.
Tenemos que ser libres y responsables. Tenemos que actuar en virtud de nuestras propias reflexiones. Hemos de escuchar y comparar pero al final tenemos que reflexionar y decir en mi mismo mando yo. Hemos de decidir aquello que nosotros creamos que tenemos que expresar.
Sin embargo da la impresión de que en esta sociedad la mayoría de la gente vive inmersa en un ensueño del que parece imposible salir.
He vivido épocas que no sabíamos nada de lo que pasaba más allá de 50 kilómetros cuadrados. Éramos obedientes, ofrecíamos nuestra propia vida, la mujer no pintaba nada porque era un poder masculino. Pero gracias a la tecnología ya no somos solo espectadores sino que conocemos lo que está sucediendo y, si no actuamos, nos hacemos cómplices. Ahora tenemos unos medios que nos permiten decir sí o no. ¿Por qué no los utilizamos?
Suele hablar del fracaso de Europa…
Si en Europa no hubiéramos aceptado una Europa solo monetaria y decimos, no señores, o ustedes hacen una Europa política, una unión económica, una federación fiscal y si no los ciudadanos no seguirán. Hoy la rebelión es posible. En la Declaración Universal de los Derechos Humanos el primer párrafo dice: “Estos derechos son para liberar a la humanidad del miedo». Ya no estéis sumisos o acobardados, a partir de ahora podéis decir lo que quieras. En el segundo párrafo dice, y si no nos dejaran ejercer, podéis veros compelidos a la rebelión. ¿La rebelión? La rebelión no es necesariamente violenta, la violenta es la revolución. La juventud puede ver que nos van a dejar una tierra con una habitabilidad limitada, conceptualmente un mundo sin principios, sin brújula y sin valores.
¿Dónde está la esperanza?
En ocho años pasaremos del poder de la fuerza al poder de la palabra. En este panorama hay algo que es fundamental que es la mujer. Dentro de ocho años tendréis la suerte de que vosotras formaréis parte de los equipos de decisión. Fíjate lo que me decía Mandela: «La diferencia entre el poder en manos de un hombre y en manos de una mujer es que el hombre sólo excepcionalmente no utiliza la violencia. En el caso de la mujer en cambio sólo excepcionalmente la utiliza». Por ello vamos a pasar de la fuerza a la palabra, y vamos a tener seguridad.
Pero suele insistir en que hay puntos de no retorno…
Como científico veo que hay puntos de no retorno. Estamos en procesos que son potencialmente irreversibles. He trabajado muchos años en la prevención de los discapacitados después del nacimiento. Yo decía: Yo necesito un diagnóstico que me permita el tratamiento a tiempo porque dentro de diez días este niño ya tiene un daño neuronal para toda la vida. Este es el diagnóstico: Estamos en procesos que son potencialmente irreversibles. Esto es la prevención que tenemos que hacer ahora.