Dos pilotos llamaron a la torre de control del aeropuerto de Los Ángeles para avisar de que se habían encontrado, en pleno vuelo, con un hombre atado a una mochila propulsora. El FBI ha tomado cartas en el asunto.
El hombre con un jet pack (una mochila con propulsión que permite volar) recorría las cercanías de la base aérea a unos 3.000 pies de altura, casi 1.000 metros.
“Torre, American 1997. Hemos pasado a un tipo con una mochila propulsora”, dijo el comandante a la torre de control. “American 1997, ok. Gracias. ¿Lo ha visto a la derecha o a la izquierda”, respondió el controlador. “A la izquierda”, contesta el comandante.
Poco después, un segundo avión alertó del mismo suceso, por lo que el aeropuerto puso en alerta a todos los vuelos cercanos. “Acabamos de ver un hombre volando”. “Esto solo pasa en Los Ángeles”, se le escuchó decir al controlador.
Los avistamientos fueron confirmados por la Administración Federal de Aviación (FAA). «Dos tripulaciones de vuelo de una aerolínea informaron haber visto lo que parecía ser alguien en un jet pack cuando estaban en sus aproximaciones finales a LAX alrededor de las 6.35 pm PDT del domingo», señaló el comunicado.
Rápidamente la investigación pasó a manos del FBI, para tratar de averiguar la identidad del individuo volador, así como sus motivaciones.
¿Cómo obtuvo un jet pack?
Las mochilas propulsoras (jet pack) han dejado de ser productos exclusivos del cine de ciencia ficción. Muchas empresas ya fabrican estos dispositivos capaces de impulsar y mantener en el aire a una sola persona, pero a un costo muy elevado.
El piloto profesional francés Franky Zapata fabricó algo parecido a una patineta voladora y JetPack Aviation Corp., con sede en Van Nuys (California), dice tener la exclusiva de la mochila propulsora.
La tecnología es real y el fundador de JatPack Aviation Corp., David Mayman, lo demostró hace cinco años, cuando voló alrededor de la Estatua de la Libertad, en Nueva York.
Los Ángeles es la ciudad donde los juguetes tecnológicos están a la orden del día. Actores, especialistas en doblaje y millonarios disfrutan de estos artilugios que no están a la venta en ningún establecimiento, pero que consiguen a través de “contactos”, por lo que el FBI no desestima ninguna hipótesis sobre quién fue el responsable de sobrevolar el aeropuerto.
No es la primera vez que Los Ángeles es testigo de un vuelo de estas características. En 1982, un conductor de camión llamado Larry Walters ató 42 globos llenos de helio a una silla de jardín y flotó a 5.000 metros, sorprendiendo al menos a dos pilotos. Walters, que fue multado con 1.500 dólares, regresó a tierra, usando una pistola de perdigones.
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