Fátima Bridle es la mujer británica que desafió a la COVID-19, la pandemia que le ha quitado la vida a más de 46.286 personas en el Reino Unido. Permaneció más de 141 días hospitalizada, de los cuales 105 fueron conectada a un respirador artificial en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital General Southampton. Regresó a casa con un pulmón menos, pero exclama: «Es genial estar de vuelta».
En declaraciones al diario The Sun, la técnica de laboratorio Fátima Bridle contó que contrajo el virus a principios de marzo tras un viaje que hizo a Mohammedia, Marruecos. Al presentar los síntomas ingresó el 12 de marzo al hospital. A los pocos días le diagnosticaron neumonía. La transfirieron a UCI y la conectaron al respirador artificial.
Los médicos le aplicaron todos los tratamientos conocidos para contrarrestar la neumonía, pero ni los antibióticos minimizaron la infección. La británica entró en coma. Le duró 40 días. A finales de abril, Bridle había superado el coronavirus, pero continuaba presentando neumonía y sepsis. Los médicos decidieron que siguiera conectada al ventilador, aunque no dependía totalmente del aparato.
“Es un milagro estar viva”, Fátima Bridle
La británica no ha cesado en hacer público su agradecimiento a todo el personal del hospital; sin embargo, asegura que por un momento quería estar muerta. “Fue un dolor horrible cuando me conectaron al respirador. En un momento, deseé morir. Fue muy aterrador. Quise gritar, pero no pude», contó.
Su esposo Tracy no pudo acompañarla en los 141 días que estuvo hospitalizada. “Fue horrible. Nadie podía visitarme», insistió.
Ahora asegura que, tanto para su familia como para ella, fue un milagro librarse de la pesadilla que resultó contraer el coronavirus. «No puedo creerlo. Siento que me han regalado una nueva vida», anotó.
Otra perspectiva de vida
Bridle ha trabajado como técnica de laboratorio, por lo que tenía conocimiento de algunos procedimientos médicos que le realizaron en el Hospital General Southampton. Ahora tiene otra visión de la vida. Quiere ayudar a salvar vidas. Espera trabajar para el Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés). “El NHS me salvó la vida. Todos fueron increíbles. Todos merecen una medalla», aseguró.
Ha recuperado la salud y está en casa con el esposo. Sin embargo, uno de los pulmones de Bridle quedó completamente destruido. Y deberá tener siempre a la mano un pequeño nebulizador. No podrá respirar a plena capacidad, pero sus ganas de vivir le ayudaron a ganarle la batalla a la muerte y a la COVID-19.
El coronavirus en el Reino Unida contabiliza, hasta el momento, 306.319 casos confirmados desde el inicio de la pandemia y 46.295 decesos.
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