La obesidad es un problema médico que aumenta el riesgo de enfermedades y problemas de salud. Desde hace años los científicos han buscado formas para combatirla, pero no han tenido éxito. Ahora, un grupo de investigadores ha logrado revertirla utilizando un fármaco que trata enfermedades cardíacas.
Los científicos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) fueron los encargados de conseguirlo. Probaron el medicamento primero en ratones. Los resultados revelan que se puede revertir la obesidad y varios de los trastornos asociados a ella, como la diabetes o la hipertensión. La digoxina, el fármaco utilizado, hizo que los animales perdieran hasta el 40% de su peso, comiendo incluso una dieta rica en grasa. Además hizo que se curaran de los trastornos metabólicos asociados a la enfermedad.
Pruebas con ratones
La investigación publicada en Nature Metabolism fue financiada por el Ministerio de Ciencia e Innovación, la Agencia Estatal de Investigación, el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, el Instituto de Salud Carlos III, la Fundación Europea para el Estudio de la Diabetes y la Fundación Pfizer. Fue liderada por el investigador francés Nabil Djouder, jefe del Grupo de Factores de Crecimiento, Nutrientes y Cáncer del CNIO. Djouder y su equipo comprobaron cómo los ratones, obesos por estar sometidos a una dieta hipercalórica, empezaron a perder peso a las pocas semanas del tratamiento. Pero lo más importante es que ninguno de ellos sufrió efectos adversos.
Para Djhouder el experimento ha permitido comprobar en ratones cómo se reduce la hipercolesterolemia. También la acumulación de grasa en el hígado, la diabetes tipo 2 y el desarrollo de cáncer de hígado. Además, en estudios epidemiológicos que han hecho en pacientes con enfermedades cardíacas que habían sido tratados con digoxina han observado también que reduce de manera significativa el colesterol.
El próximo paso es que el fármaco sea probado para reducir la obesidad en humanos. Ahora es fundamental que el equipo cuente con la colaboración de hospitales o empresas farmacéuticas y así realizar los ensayos clínicos que sean necesarios para comprobar que el tratamiento es también eficaz en humanos.
La obesidad es una enfermedad compleja
En la actualidad no hay algún medicamento o tratamiento eficaces contra la obesidad. Es una enfermedad causada por una sobre-alimentación crónica y una actividad física inadecuada. Los investigadores aseguran que con este fármaco podríamos tener una opción terapéutica contra este desorden.
Tras los resultados de los experimentos, el CNIO ha observado que la obesidad es una enfermedad inflamatoria, una reacción defensiva crónica del organismo ante la agresión que supone el exceso de nutrientes. Con esta premisa los científicos se propusieron combatirla evitando la inflamación, para ello usaron la digoxina.
La digoxina se usa para tratar la insuficiencia y la frecuencia cardíaca anormal. Ayuda a que el corazón funcione mejor y a controlar su frecuencia cardíaca. En las pruebas contra la obesidad, el fármaco actúa reduciendo la producción de una molécula que es la que generalmente provoca la inflamación. Esa molécula interviene directamente en el tejido adiposo, causando la obesidad y las alteraciones metabólicas graves asociadas al sobrepeso, como la diabetes tipo 2, la hipertensión o las enfermedades cardiovasculares, además de aumentar el riesgo de padecer cáncer.
Experimento sin efectos adversos
Tras años de estudios, los investigadores han precisado que las terapias para revertir la obesidad, como las dietas y la actividad física, logran reducir el peso aproximadamente un 10%. Cuando las personas que sufren de obesidad consumen fármacos contra el apetito o la absorción de grasas se consiguen reducciones de entre un 2% y un 7%.
La digoxina contiene un efecto «adelgazante» de que nunca se había hablado antes. Según los científicos, los pacientes que poseen alguna enfermedad cardiovascular sufren de una potente retención de líquidos que llega a enmascarar el efecto de reducción de peso de la digoxina.
La dosis de digoxina que se emplea actualmente en humanos es tres veces inferior a la que se ha usado en el experimento con ratones. No obstante, los animales no sufrieron efectos secundarios o tóxicos, por lo que los científicos sugieren que aunque se aumente la dosis en humanos no sería nociva. «Una dosis tres veces mayor que la que se usa para combatir la arritmia sería muy eficaz para adelgazar sin provocar toxicidad ni efectos secundarios; por tanto, hay que explorar la posibilidad de aumentar la dosis en humanos y ver el efecto de la digoxina en la pérdida de peso», insiste Djouder.
Obesidad en España
La prevalencia de obesidad en España se sitúa en torno al 23% de la población, es decir, unos 8,4 millones de personas. Cuando la obesidad va acompañada de otras enfermedades metabólicas, como la diabetes, esta prevalencia es superior al 35% y al 70% si hablamos de sobrepeso.
La obesidad es una de las enfermedades más prevalentes e infravaloradas del mundo. Además es una de las menos diagnosticadas y tratadas. En el mundo hay unas 1.900 millones de personas con exceso de peso de los cuales unos 680 tienen obesidad, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin contar que todas las enfermedades que trae la obesidad disminuyen la calidad de vida e incrementan el riesgo de muerte prematura entre quienes las padecen.
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