Por Jaume Esteve
30/04/2017
Gran parte de las voces críticas que pusieron el grito en el cielo cuando se anunció que Fargo se convertiría en una serie de televisión se callaron tras la excelente primera temporada y la más que notable continuación. FX, cadena responsable de la ficción, ha vuelto a la carga este abril con la tercera entrega de la producción y con un ingrediente de primera: Ewan McGregor interpretando, a la vez, a dos hermanos.
La tercera tanda de episodios de la serie vuelve sobre las premisas de las dos anteriores: gente normal, criminales de poca monta, honrados policías y situaciones que se escapan de las manos al común de los mortales. En este caso, la trama gira alrededor de dos hermanos, Emmit y Ray Stussy. Ambos no pueden ser más distintos: el primero se ve a sí mismo como el clásico modelo a seguir al que la vida le ha ido bien mientras que el segundo se ha juntado siempre con personas de mala vida y mira con celos a su hermano mayor. A los McGregor les acompaña Mary Elizabeth Winstead en el papel de una convicta que acaba de adquirir la libertad condicional. Y, cómo no, habrá una policía de por medio, esta vez interpretada por Carrie Coon, y que será la encargada de tirar del hilo y de molestar lo suficiente a los protagonistas para sacarles de quicio.
¿Qué ha sucedido para que no hayamos tenido dosis de Fargo desde que la segunda temporada se estrenara en octubre de 2015? La razón es tan sencilla como los parajes por los que discurre la ficción: la nieve. Los creadores de la serie no tuvieron tiempo para finalizar el guion a tiempo y, una vez listo, tuvieron que esperar a que llegara el frío para poder rodar en exteriores en Canadá y simular así el gélido clima de Minnesota.
Uno de los aspectos que explican el fenómeno de Fargo es la estructura de la serie. Organizada en diferentes compartimentos estancos, en los que cada temporada es independiente de las demás (aunque tienen ciertos lazos narrativos), la serie se permite el lujo de no arrastrar cargas ni peajes de un año a otro y se centra así en desarrollar una historia a lo largo de diez episodios.
Además, el creador de la ficción, Noah Hawley, ha sabido conjugar el escenario del Fargo original de los hermanos Coen para dar cabida a un puñado de referencias y de tramas sacadas de otras de sus películas. Una de las más notables es el personaje de Billy Bob Thornton en la primera temporada, el implacable asesino Lorne Malvo, que bien podría ser una reinterpretación televisiva del Anton Chigurh que le valió un Oscar a Javier Bardem.
Una nueva joya
“Veo Fargo como una combinación de comedia y tragedia. Pero esa tragedia no es casual. En cada uno de esos momentos oscuros, los personajes podrían haber tomado una decisión distinta”, expresaba Hawley poco después de haber finalizado el rodaje de la segunda temporada.
En esta tercera, la acción se sitúa de nuevo en el presente más cercano. Estará ambientada en 2010, lo que abre la puerta a que personajes de la primera temporada (e incluso de la segunda) puedan volver a aparecer en algún momento puntual. Pero el foco de estos próximos diez episodios parece claro: el dueto interpretativo de McGregor frente a esas dos mujeres que encarnan los dos lados de la justicia y que, crucemos los dedos, pueden regalarnos otra pequeña joya de la televisión.