La FAO, la OMS y la OMC alertan sobre los riesgos de una “penuria alimentaria” mundial como consecuencia de la pandemia mundial del COVID-19.
En una declaración conjunta QU Dongyu, Tedros Adhanom Ghebreyesus y Roberto Azevédo, directores denerales de esas organizaciones, advierten que se corre el riesgo de una peligrosa crisis de alimentos. Observan restricciones en fronteras, falta de mano de obra por limitaciones en la circulación y afectaciones del comercio.
Señalan que esas “perturbaciones deterioran los productos perecederos y aumentan el desperdicio de alimentos”.
Las restricciones al comercio de alimentos “podrían estar vinculadas con preocupaciones injustificadas sobre sus inocuidad». Si se materializara esa hipótesis, se interrumpiría la cadena de suministro de alimentos, con consecuencias especialmente graves en las poblaciones más vulnerables: migrantes, refugiados y comunidades pobres que padecen inseguridad alimentaria.
⚕️La salud es la máxima prioridad de los países en la lucha contra la pandemia de #COVID19, pero también deben hacer todo lo posible para mantener en funcionamiento la cadena alimentaria y proteger a las poblaciones más vulnerables.
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— FAO en español (@FAOenEspanol) April 3, 2020
FAO, OMS y OMC alertan
La incertidumbre o desinformación sobre la disponibilidad e inocuidad de los alimentos podría desencadenar una ola de restricciones a la exportación. «Una circunstancia que generaría escasez en el mercado mundial y empeoraría la situación de las naciones importadoras. De las crisis anteriores hemos aprendido que esas medidas son perjudiciales para los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos. También obstaculizan los esfuerzos de las organizaciones humanitarias para adquirir alimentos y llevar alimentos a quienes los necesitan de manera desesperada”, resaltan.
Las tres organizaciones multilaterales decidieron fijar una posición común frente al peligro de una crisis alimentaria en estos momentos de pandemia y después de superarla. «La posible escasez podría alterar el equilibrio entre la oferta y la demanda de alimentos, dar lugar a picos de precios y a una mayor volatilidad del mercado».
La FAO, la OMS y la OMC instan a impedir que se repitan esas medidas perjudiciales: «En un contexto de confinamiento para la contención del COVID-19, hay que asegurar que el comercio fluya tan libremente como sea permisible para evitar la escasez de alimentos»
El rendimiento del tráfico portuario de contenedores, un indicador de los Barómetros del Comercio de Bienes y Servicios de la OMC, cayó por debajo de la tendencia en enero en medio de la crisis del #COVID19. Acceda a los barómetro 👉 https://t.co/X4POJsTXEQ pic.twitter.com/YpJUE9HV1H
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Del mismo modo, destacan que es fundamental proteger a los productores de alimentos y a los trabajadores del sector, en el ámbito de la elaboración y la venta al por menor. El objetivo es reducir al mínimo la propagación de la enfermedad dentro de este sector y mantener las cadenas de suministro alimentario.
Momento de la solidaridad
Destacaron también lo importancia de informar en tiempo real sobre las medidas relacionadas con el comercio, la producción, el consumo y existencias de alimentos, así como los precios. Insisten en que es la mejor manera de reducir la incertidumbre. Permite a los productores, consumidores y comerciantes tomar decisiones informadas que ayudan a contener el pánico en las compras y el acaparamiento de alimentos y otros artículos esenciales.
La FAO, la OMS y la OMC argumentan que es el momento de mostrar solidaridad, actuar con responsabilidad y sumarse al objetivo común de incrementar la seguridad y la inocuidad alimentarias: “Debemos garantizar que nuestra respuesta al COVID-19 no cause involuntariamente una escasez injustificada de artículos esenciales y agrave el hambre y la malnutrición”.
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