POR CAMBIO16
21/09/2017
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Poco más de 42 millones de personas padecen de hambre en América Latina y el Caribe, según un informe publicado por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés)
La nueva edición del informe anual de la ONU sobre seguridad alimentaria y nutrición revela que el hambre afectaba en 2013 a 39,1 millones de personas (6,3% de la población regional), subió luego a 40,1 millones en 2015 y llegó 42,5 millones en 2016, lo que significa el 6,6% de la población latinoamericana y caribeña.
«El hambre está aumentado en América Latina y el Caribe por primera vez en la última generación. Esto es inaceptable y todos los latinoamericanos y caribeños deberíamos sentirnos personalmente ofendidos por este retroceso. No podemos dar un paso atrás, poniendo en riesgo la salud, el bienestar o incluso la vida de miles de personas», dijo el representante regional de la FAO, Julio Berdegué.
A pesar de que los niveles de hambre en la región siguen siendo bajos, al compararlos con el resto del planeta, la FAO observa que la situación se está deteriorando.
«América Latina y el Caribe solían ser líderes mundiales en la reducción del hambre. Ahora estamos siguiendo la preocupante tendencia mundial«, indicó Berdegué.
El informe de la FAO detalla que la prevalencia de la subalimentación aumentó hasta el 11% a nivel mundial durante 2016, lo que se traduce en 815 millones de personas que sufren esta lacra. África y Asia son los continentes que presentaron las mayores regresiones.
Este retroceso, dijo el funcionario de la FAO, fue «especialmente fuerte en Sudamérica«, región en la que el hambre pasó de un 5% en 2015 a un 5,6% en 2016, lo que explica las cifras declaradas.
En la subregión del Caribe el hambre no aumentó. No obstante la zona presenta la mayor prevalencia de esta lacra con el 17,7%.
En retroceso
Para la FAO, son varias las razones que explican el aumento del hambre en Latinoamérica y el Caribe, entre las que destacan: la desaceleración económica de la región, motivada por la caída de los precios de los ‘commodities’ exportables; la contracción económica mundial que impactó la seguridad alimentaria y el aumento del precio de los alimentos.
«La contracción económica impacta sobre el empleo y el ingreso de las personas. Además, afecta los ingresos fiscales, con los consiguientes ajustes que reducen la capacidad de los gobiernos de mantener sistemas de protección de los hogares en condición de pobreza o vulnerabilidad», detalló Berdegué.
Para el organismo de la Naciones Unidas, la cifra de 815 millones de personas que padecen de hambre (un 11% de la población mundial), supone un incremento de 38 millones de personas con respecto al año 2015 y responde, en gran medida, a la proliferación de conflictos violentos y a perturbaciones climáticas.
Cifras mundiales
El informe de la FAO presenta otros datos que llaman la atención sobre la crisis de hambre en el mundo entero.
155 millones de niños menores de 5 años sufren desnutrición crónica. De ellos, 122 millones viven en países afectados por distintos niveles de conflicto.
Otros 52 millones de niños menores de 5 años están afectados por desnutrición aguda, subraya el informe.
Al referirse a otras formas de malnutrición, la FAO advierte que 641 millones de adultos (un 13% de los adultos del planeta) y 41 millones de niños padecen obesidad; y al menos 613 millones de mujeres en edad reproductiva presentan anemia.
Es la primera vez que este informe sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo es realizado de manera conjunta por varias instancias de la ONU: el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la citada FAO.